El rechazo de la docencia pública santafesina a la oferta salarial del gobierno provincial, aceptada por el resto de los gremios estatales, que son acompañadas por medidas de fuerza, puede analizarse desde varios ángulos, pero no hace más que visibilizar el malestar y el agobio de maestros y maestras de todos los niveles por las condiciones laborales. A partir de las investigaciones que realizaron para describir el trabajo docente en escuelas primarias públicas durante la pandemia, las antropólogas Elena Achilli y María de los Angeles Menna plantearon las dificultades que tuvo la docencia, particularmente en contextos atravesados por la desigualdad social y la pobreza, que en la actualidad siguen teniendo repercusión y por lo tanto obligan a repensar y profundizar la situación. "A nivel del trabajo docente, todo el proceso post pandemia muestra también un agobio fuertísimo en todos los niveles, otorgó visibilidad a una serie de situaciones que no hacen más que destacar la importancia social y política de los docentes", sostuvo Achilli. "Lo preocupante de este momento es cómo ese esfuerzo inmenso por sostener y garantizar el derecho a la educación es totalmente desconocido", señaló Menna.

Achilli investigó durante muchos años el trabajo docente, en particular con maestras y maestros de escuelas primarias y en contextos de pobreza. Es autora de varios libros, entre los que se destacan Escuela, familia y desigualdad social. Una antropología en tiempos neoliberales; Investigación y formación docente y Práctica docente y diversidad sociocultural. Menna, es antropóloga, maestra, dicta clases en profesorados e integra los Equipos Socioeducativos Interdisciplinarios del Ministerio de Educación provincial. En diálogo con Rosario/12, las antropólogas analizaron la tarea docente y los procesos educativos durante la pandemia, lo que para ellas implica un tiempo de inflexión a la hora de pensar el escenario actual de conflictividad laboral.

"Lo primero que me surge después de tantos años es la relevancia que tiene el trabajo docente y las instituciones educativas, y la pandemia dio visibilidad a varias situaciones, entre ellas justamente la relevancia que adquiere la tarea de los docentes y que va mucho más allá de las lógicas educativas específicas, pedagógicas, va más allá como proceso social en general", planteó Achilli. "También puso de relevancia lo que supone las desigualdades sociales; en definitiva, otorgó visibilidad a una serie de situaciones que no hacen más que destacar la importancia social y política de los docentes, por eso es tan merecida la lucha por sueldos dignos", agregó.

La antropóloga junto a un equipo fueron documentando durante el 2020 y el 2021 los procesos que se fueron dando: "Allí destacábamos algunas dimensiones fuertes que no habría que dejar de mencionar en los procesos educativos. Una es la dimensión emocional, lo veíamos particularmente en niñas, niños y jóvenes, lo que significaba conectarse o no conectarse; la idea de estar separados, no en contacto con sus amigos, amigas y con los mismos docentes, fue también un impacto emocional".

Según Achilli, otra dimensión fuerte fue la comunicacional, donde registraron distintas situaciones, incluso más allá de las escuelas en contexto de pobreza. "Se notó una desigualdad muy grande entre las escuelas públicas, y dentro de una misma escuela donde había grados que no se conectaban nunca, otros que tenían horarios y estaban organizados. Eso también visibilizó las condiciones del magisterio, en cuanto a posibilidades de conectividad, de uso de herramientas para conectarse, puso de manifiesto las condiciones de vida de los docentes que siguen teniendo hoy repercusión", apuntó.

"La otra dimensión fuerte que ya no se puede desconocer es la de género, por la feminización tanto del trabajo docente como del trabajo de la carga de cuidados de familiares que se mete en la familia, esa porosidad entre lo público y lo privado que también mostró la pandemia de forma particular. La pandemia supone un tiempo de inflexión del trabajo docente y los procesos educativos, hay mucho para seguir repensando y profundizando", consideró una de las referentes más importantes del país en el campo de la Antropología y la Educación.

"A nivel del trabajo docente, todo el proceso post pandemia muestra también un agobio fuertísimo en todos los niveles, pero fundamentalmente como lo estamos trabajando con las maestras y maestros en contextos de pobreza se nota muy fuerte el tema, no sólo por la precarización laboral, una superposición de tareas, hacerse cargo de los gastos para estar conectados y seguir trabajando, si no por la incorporación de situaciones de violencia barriales. En general lo que sí estamos viendo es este agobio, incluso de situaciones muy estresantes que repercuten en la salud de muchos docentes", describió Achilli.

En ese marco, la investigadora consideró que "no son casuales las votaciones que se están dando, y trasciende lo salarial, que por supuesto es un elemento importante. Estamos hablando de las condiciones de trabajo y de las instituciones, eso habla de cómo se pondera o no el trabajo docente y los procesos educativos".

"La pandemia profundizó procesos de fragilidad del lazo social y vuelve más duro el trabajo docente", dijo Menna, para luego destacar que en pandemia la docencia en general "estuvo atenta a cuestiones de cuidado, sostuvo ese cuidado, desde constituirse en el centro de distribución de alimentos para las familias más humildes, instancia de acercamiento a las familias para entrega de cuadernillos, tareas, comunicación y diálogos respecto de ese cuidado con preocupaciones que surgían del contacto a través de la pantalla, los grupos de whatsapp hasta altas horas de la noche porque hay familias que no tuvieron otra manera, las formas alternativas que se dieron para que la educación estuviera presente". 

"Lo preocupante de este momento es cómo ese esfuerzo inmenso por sostener y garantizar el derecho a la educación es totalmente desconocido", apuntó la antropóloga, para quien lo que "se denominó 'retorno a la presencialidad' desconoció todo lo anterior, la riqueza de la producción de estrategias pedagógicas, la situación subjetiva de agobio y cansancio extremo de la docencia y cómo aun así se enfrentó la profundización de las problemáticas que atraviesan las infancias y adolescencias y que siempre han acompañado de distinta manera, pero que actualmente han tomado ribetes más dramáticos no sólo por su densidad sino por la cantidad inabarcable de padecimientos emergentes".

De todos modos, Menna subrayó que "aun así se trata de dar respuesta, se comunica a las autoridades, se buscan y construyen estrategias se elevan propuestas a las autoridades pero las 'distancias' crecen, se toman decisiones de forma unilateral desoyendo las voces de quienes están en los cotidianos escolares y barriales, eso que llamamos territorios, desconociendo las estrategias de resolución que la docencia se ha dado y que es posible retomar para construir política educativa con y no para".

"Esto eclosiona en la cuestión económica porque realmente los docentes estamos agobiados y pareciera que no es real. La mayoría de los docentes alquilamos, somos jefes de familia, todo eso parece que no entrara en la cuenta de la realidad. Cuando uno viaja y se topa con miles de camiones que transportan soja, mientras una se paga absolutamente todo, pone el cuerpo y la subjetividad a disposición de políticas que no pueden hacer lo que hace un Estado, redistribuir el ingreso", remarcó.

Para Menna, si bien se puede pensar en continuidad y profundización porque la rotura del lazo social no es nueva, como así también la cuestión del narcomenudeo, que se profundizó, hay cuestiones propias de la pandemia, del encierro, del no estar con otro durante más de un año: "El afuera ahora se presenta como peligroso, tenemos cantidad de situaciones que creemos tienen que ver con esto, problemáticas específicas por no haber podido duelar a los muertos. Todas esas heridas sociales, todo ese sufrimiento, no aparece en ningún discurso, aunque quisiera que aparezca en la posibilidad de abordaje de esto. Nos preocupa mucho el desconocimiento del sufrimiento social, no aparece en ninguna mirada".