Un informe de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires advierte sobre una serie de desmanejos en uno de los programas de "Escuela Abierta", que depende del Ministerio de Educación porteño, conducido por Soledad Acuña. Se trata de un programa al que asisten, sobre todo, niños y niñas en situación de vulnerabilidad social.  El informe detalla el descontrol en las contrataciones -donde hay gastos que no terminan de justificarse y personas ejerciendo la docencia sin formación- y un marcado recorte a las actividades destinadas a niños, niñas y adolescentes vulnerables. Pero no todo es ajuste: mejor suerte tuvieron los funcionarios jerárquicos del programa (que, casualmente, son los ligados al PRO) a la hora del reparto de recursos, según detalló el auditor porteño Lisandro Teszkiewicz: sus fondos subieron un 94 por ciento contra un magro 16 por ciento de las partidas para atender a niños y niñas.

Mientras Acuña se encuentra de campaña y denunciado a padres y madres por las tomas de escuelas que protagonizan sus hijos, se le escapan algunas otras pequeñas cosas de la gestión. Es el caso de los Centros de Actividades Infantiles (CAI) y Juveniles (CAJ), que tuvieron un lapidario informe de la Auditoría porteña, que relevó su funcionamiento en 2019, previo a la pandemia (por lo que las "escuelas cerradas" no sirven para justificar). Los centros dependen de la dirección de "Escuela Abierta" y funcionan como un espacio lúdico, expresivo y recreativo destinado a complementar y fortalecer la formación de niños, niñas y adolescentes que concurren a los CAI y CAJ en sus propias escuelas en jornada extendida.

Es un programa que proviene de la época de Daniel Filmus y atravesó un sinfín de gestiones hasta llegar a Acuña. Su objetivo es fortalecer el acceso igualitario a la educación y la cultura, mediante actividades culturales, deportivas, recreativas como puede ser "vacaciones en la escuela", tanto en verano como invierno. Las maestras comunitarias trabajan con niñas y niños del último año de la primaria. La mayoría de los que concurren se encuentran en situación de vulnerabilidad social.

¿Qué encontró la Auditoría al analizar el funcionamiento de este programa en la era Acuña? “El último informe de auditoría expone que el desmanejo es de tal magnitud que los gastos que involucran a 269 personas contratadas para prestar servicios en los CAI no pudieron ser identificados en la actividad que corresponde. Lo mismo sucede con 104 personas que se desempeñan en los CAJ, de los que el ministerio no pudo informar qué servicio prestan, siendo que muchos de ellos no cuentan con formación docente alguna. Ya da vergüenza la falta absoluta de interés y compromiso por parte de la gestión de Horacio Rodríguez Larreta y Acuña para sostener políticas fundamentales que garanticen igualdad de oportunidades de acceso a la educación y la cultura a niños y jóvenes”, consideró Teszkiewicz.

Además de las personas sin identificar, el informe señala que "se detectó la incorrecta imputación y devengamiento del 62,17 por ciento (373/600) del personal contratado para prestar servicios". Y también que "se observó que en nueve personas que trabajaron en los CAJ como maestros comunitarios, no consta formación profesional". Lo mismo ocurre con otras 25 personas en los CAI. Además, "de las personas que cumplieron rol de maestros/as comunitarios/as en CAJ, quince no poseen formación docente" y lo propio ocurre con otras seis en los CAI.

Las prioridades

Pero la trama se complica cuando los auditores observan el reparto de fondos del ministerio de Acuña, quien hace días cuestionó un supuesto ajuste educativo a nivel nacional (varios le respondieron que cómo andaba por casa). "Cuando vamos a revisar el cuadro presupuestario del Programa Escuela Abierta nos encontramos con que al tiempo que todo el programa recibía un incremento promedio superior al 34 por ciento, que llega al 94 por ciento de incremento en los gastos de conducción, la partida destinada a los CAI y CAJ recibió solo un 16 por ciento y la de Música para la Equidad directamente se redujo en un 5 por ciento", advirtió el auditor porteño. Es decir que la conducción recibe un aumento del 94 por ciento mientras las áreas docentes tiene aumentos bajísimos.

"Esto demuestra que Soledad Acuña destina los recursos a pagar a sus funcionarios mientras deja sin fondos los programas que atienden a los estudiantes", remarcó Teszkiewicz. El auditor consideró que el informe deja en claro no solo la falta de control interno en las distintas áreas de la gestión que no pueden explicar con claridad cómo se gastó el dinero, sino también "el desinterés del Ejecutivo de la Ciudad que abandona sus funciones, como venimos observando hace años. El vaciamiento de programas educativos para destinar los fondos a los funcionarios militantes del PRO es una constante de Rodríguez Larreta y Acuña”.