“Inspirándome en imágenes de fotógrafos de principios del siglo XX -como Karl Blossfeldt e Imogen Cunningham, por citar algunos referentes-, mi último proyecto busca canonizar la belleza del entorno natural a través de una colección monocromática de flores y plantas”, anota la artista española Griselda Duch en la presentación de su serie Botanicals, un trabajo “a largo plazo” donde queda de manifiesto lo que voces especializadas le elogian: su gran ojo para la estructura y la forma, y un enfoque minimalista que, combinado con el uso creativo de la luz natural, le da a sus obras carácter y expresividad dramática. Todo comprobable a través de la atrapante colección, dicho está, donde pueden verse tomas de jacintos, siemprevivas, tulipanes, clavelinas de pluma, proteas rey, ranúnculas, por citar apenas algunos de los ejemplares de la natura que, aún en blanco y negro, sin desplegar sus colores, revelan “la belleza olvidada de la botánica, que contiene en sí misma una infinidad de formas potenciales”, en palabras de la propia fotógrafa.

A partir de perspectivas cenitales, frontales y, en ocasiones, diagonales, las fotografías de Griselda Duch trabajan con un fondo gris neutro, para no quitarle protagonismo a la flora, según ella misma aclara, a la par que asegura que su propósito con esta serie es interpretar la naturaleza a través del arte para convertirla en pura emoción. Menuda meta la de esta muchacha nacida en 1987, que estudió Turismo pero eventualmente se volcó de lleno a su pasión por la fotografía, una vocación que despertó en ella en la tierna infancia, cuando su papá le mostró el interior de una cámara analógica.

“Ese primer contacto inocente permaneció en su retina hasta el día de hoy”, dicen sobre esta mujer con residencia actual en Barcelona, que efectivamente llega al puerto deseado con Botanicals. No es casual, en ese sentido, que ella señale que “desde un punto de vista poético, mi trabajo fotográfico documenta imágenes narrativas cinematográficas que abordan el paisaje, el retrato, los bodegones y la arquitectura”. Una historia en cada foto, en fin; y en la medida de lo posible, que cada relato visual no deje indiferente al público.