Los 1.369.825 estudiantes becados con el Progresar respondieron una encuesta con que el Ministerio de Educación de la Nación evaluó el alcance del programa hasta agosto de 2022. Los resultados, presentados este lunes por el ministro Jaime Perczyk junto a la secretaria de Cooperación Educativa y Acciones Prioritarias, Andrea García; resumen el primero de tres trabajos realizados sobre el impacto de estas becas destinadas a estudiantes de 16 y 17 años en el nivel medio obligatorio, y los mayores de 18 en ese nivel, más terciarios y universitarios, y las formaciones específicas como Enfermería, una de las sorpresas ya que suma el 6 por ciento del padrón. Además, se incluyen las respuestas de los becarios del Progresar Trabajo que hoy alcanza a 25.760 estudiantes.

Se trata de “una encuesta extraordinaria, ya que no es una muestra” señaló Perczyk, y fue realizada por las y los estudiantes inscriptos a la primera convocatoria del Progresar 2022. El total de encuestados representa "la mayor tasa de cobertura desde que se creó el programa en 2014", que en su segunda inscripción --agosto de este año--, ya incorporó a 354.000 becarios. Así se llega a 1.700.000 inscriptos en la actualidad. A esto se suman 329.000 becarios al programa de Lenguas extranjeras, incorporado este año, quienes no participaron de la encuesta.

Los resultados desafían al “sentido común mayoritario”, expresó el ministro, dado que los datos confirman que el 83,4 por ciento de las y los becados “no tiene hijos”; que en el nivel obligatorio “8 de cada 10 estudiantes busca el primer título secundario del hogar”, y en el nivel superior “son 9 de cada 10”. Se destaca que las familias "de sectores de alta vulnerabilidad", procuran que sus hijos terminen sus estudios secundarios ayudándolos económicamente. Y entre otros resultados sobre los complementos con que cuentan al momento de estudiar, se observa que un 17 por ciento de los becados no posee celular.

Entre las líneas de becas con que cuenta el Progresar, el 35,2 por ciento de los estudiantes cursa el nivel medio obligatorio y tiene 16 o 17 años. El 22 por ciento es universitario. El 17,8 por ciento cursa secundaria con más de 18 años. Hay un 14,5 por ciento en terciarios y un 4,5 son Progresar Trabajo, destinados a formaciones profesionales específicas. Una sorpresa es la cantidad de estudiantes de Enfermería; pandemia mediante, alcanza a un 6 por ciento del padrón; y en esta línea, el 86 por ciento son mujeres. En el total de becas, las mujeres representan el 64,71 por ciento.

El valor del Progresar

La beca tuvo cuatro aumentos este año. Incluye un plus para la conectividad de los estudiantes. Y hoy entrega 7.400 pesos por mes, los 12 meses del año, contra los 10 meses que se cubrían hasta 2019. Entre 2016 y 2019 --durante el macrismo-- “los recursos del programa cayeron de manera sostenida”, especificó el ministro. Hoy, el programa alcanza su mayor nivel de inversión, con 120.000 millones de pesos distribuidos en sus seis líneas de acción.

"El apoyo del Estado y de las familias", afirma el ministro, es central para completar los estudios en esta franja socioeconómica. Los datos lo confirman: 51 por ciento de los becados cuentan con apoyo económico de sus familias para terminar los estudios. Cabe señalar que la condición para obtener la beca es que el hogar no cuente con más de tres salarios mínimos. Y por supuesto “estudiar, la condicionalidad educativa es imprescindible”, advierte Andrea García. “El esfuerzo por parte de las familias y de los chicos se suma al esfuerzo del Estado para que puedan estudiar”, subraya Perczyk.

“Esta beca tiene tres certificaciones con avances de aprendizaje --detalla la secretaria de Cooperación--, y entre los 600.000 estudiantes del nivel medio obligatorio (16 y 17 años), la certificación de presentismo y la certificación académica, son centrales para sostenerla”. Los estudiantes responden positivamente a estos requerimientos. "Los chicos viven como algo valioso el requisito de presencialidad y certificación académica" completa García. 

Se destaca que el 19 por ciento cuenta “solo con la beca como principal fuente de ingresos” para sus estudios. El 47 por ciento no trabaja o “busca empleo”, en tanto el 10 por ciento tiene un empleo no remunerado, y el 11 por ciento percibe un salario.

En el nivel terciario, el 28 por ciento mencionó la beca como su principal fuente de ingresos. “Esto se repite en el 25 por ciento de las becas en Enfermería y en el nivel universitario”, señala la encuesta. Y se destaca entre quienes tienen la beca para formaciones específicas “que buscan una certificación para poder ingresar al mundo del trabajo”, explica Perczyk.

Por regiones, el resultado responde a características demográficas: mientras la región Centro alcanza más del 51 por ciento de los becados, el NOA suma 19, y el NEA el 15 por ciento. Cuyo el 9 y Patagonia el 4,5. Entre las provincias, Tucumán y Buenos Aires poseen la mayor cantidad de becarios, con 19,6 y 16,6 cada una.

Los usos de la beca 

Los detalles del modo en que los estudiantes utilizan el monto de la beca está centrado, en el 41 por ciento de los encuestados, en materiales de trabajo, apuntes y fotocopias; un 20 por ciento lo destina al transporte; el 16 por ciento a Internet; y un 15 por ciento en alimentos. Quienes más invirtieron en materiales de estudio fueron "los que reciben la línea 16 y 17 años”: el 48 por ciento. Esto decrece a 38, en el nivel universitario. Y un 2 por ciento destina su beca para consumos culturales: cine y música, entre otros.

El acceso a recursos tecnológicos y a la conectividad necesaria para estudiar está presente en el 63 por ciento de los casos, donde las casas poseen servicio de Internet. El 28,7 accede a través de datos del celular y solo el 8 por ciento no tiene conexión. En cuanto a los dispositivos, el 43,4 por ciento tiene acceso a smartphone, el 37,6 a una computadora, y el 17,1 no posee herramientas para la conexión virtual. 

La importancia de conocer el universo sobre el que se aplica el programa Progresar es que "permite ampliar su alcance, y refuerza el valor de lo que venimos haciendo" señaló Perczyk. “La encuesta permite saber cómo son los chicos que en este momento reciben la asistencia del Estado, que hace un esfuerzo enorme para sostener este programa, y también conocer el perfil de las familias, que junto a los chicos, también hacen un esfuerzo enorme --sostuvo el ministro-- para que ellos puedan terminar sus estudios, o lograr formaciones que les permitan ingresar al mundo del trabajo".