Hasta los 13 años, I Acevedo vivió en el campo, y hasta los 17 en la ciudad de Tandil. Después vino a Buenos Aires y se convirtió en un referente cultural, primero con su novela Una idea genial (recientemente reeditada por La Libre) y también a lo largo de los años por su presencia en debates, lecturas y nuevos libros en distintos registros. 

La lucha por el Aborto legal y su transición a chico también ocuparon buena parte de sus disertaciones públicas y sus cuentos (JAJAJA editado por Mansalva, Late un corazón, editado por Rosa Iceberg). También publicó una novela de ciencia ficción, Quédate conmigo (Marciana). En aquella infancia y adolescencia, primero completamente rural, despues en una ciudad pequeña, orbita gran parte de su obra y de su producción, ya que empezó a escribir muy chico, ganó un concurso y su entorno le pedía más historias para compartir. Siempre fue una máquina de escribir, y de publicar, aun cuando no tiene una valoración específica sobre eso. "En mi infancia había una sensación de lejanía sobre lo institucional en relación con la literatura. No me convocaba nada la idea de prestigio ni de ganar un premio. Mucha gente tiene esa fantasía de industria cultural, la idea de publicar, etc. y yo no tenía eso. Al contrario, sentía una desconfianza de lo que venía mas jerarquizado. Tenía una conexión con el mundo que a la gente le gustaba leerme, no tenía por qué publicar. Y escribir era algo que iba a hacer siempre".

El Instagram de I: @idiagonal

Pero al final publicás un montón...

--Es verdad. Es como la ley de Murphy: se me dio exactamente al revés de cómo yo pensaba. Mi primer cuento sacó una mención a mis diez años, y se publicó. Es como que dios le da pan al que no tiene dientes (risas). Iba a la escuela a la mañana, trabajaba a la tarde, volvía a mi casa a la noche, y a me parecía que sufrir estaba bien. Era muy serio en mi proyecto de escribir: era organizado, voluntarioso. La computadora era mi espacio, mi lugar, mi conexión con la intimidad; estaba en mi cuarto pero mi cuarto era un lugar donde circulaba gente; entonces yo ponía la letra muy chiquita para que no me leyeran. Estaba en un grupo humano pero aislado. Me respetaron mucho eso. A veces mi mamá se preocupada porque me la pasaba leyendo.

¿De qué se tratan estos shows que estás dando para levantarse personas?

--Eso forma parte de mi nueva faceta, que es la faceta mas dramaturgia. Marian, que es amiga mía, empezó a manejar el bar de La Tribu Mostra. Ahí se generó un espacio súper amigable donde se pueden hacer diferentes cosas. De casualidad yo vi un video del profesor Chacho, donde dice, resumidamente y con mucha gracia (a través de una ecuación), que si querés saber si la otra persona gusta de vos tenés que evaluar lo siguiente: te da bola: gusta de vos. No te da bola: no gusta de vos. Yo pensé "Tengo que hacer lo mismo pero en formato de show". Yo ya había hecho algunos shows, no continuados sino una o dos veces. Había hecho un musical que se llamaba "Zurdo el musical", donde bailaba y cantaba. Ahora con este show, un amigo mío que se llama Robin David me apuntaló en la dirección, y realmente fue muy bueno. El protagonista es un profesor, no es exactamente un stand up pero está ahí: es una puesta en escena, hay una pantalla, es un personaje el profesor I. El profesor hace primero un testeo de afecto, o sea cómo saber si la otra persona gusta de vos. Ahí va probando los métodos y toma el método del profesor Chacho que es el matemático. Pero después hay dos mas: el conductual y el social. Es muy gracioso.

¿Cuál es la tesis más profunda sobre las relaciones del profesor I?

--Una vez que ya fijaste que la persona gusta de vos es cómo conseguir la cita. Y después hablo del grupo de Whatsapp que es algo que lo tenés que contrastar con otras personas. El profe es muy gracioso porque te dice que siempre tenés que mantener la esperanza, que puede ser que no te haya contestado porque estaba ocupada. Puede ser que vos estés tan enganchade que tu objetividad esté siendo nula. El profesor I pide un voluntario entre el público y le escucha el corazón: ahí le dice que si sus palpitaciones son muy altas está pensando en la persona que le gusta y no está capacitade para decir si esa persona gusta de vos. Otras mediciones son: te escribe a primera hora de la mañana o a última de la noche, no a cualquier hora; enrojece, balbucea. Tiene todo un análisis del lenguaje el profesor.

¿El profesor I es tu alterego?

--Sí! Te dice que tenés que manejarte con el principio de la buena fe, y con dos máximas: que no hay ninguna razón para que la otra persona no guste de vos y hay en principio todas las razones para que las personas gusten de vos. Y todo termina con un trabajo práctico, para pasar al siguiente módulo que es el de la cita.

Los libros de la flamante editorial Bosque energético: el de I Acevedo y y Diario inconsciente, del dramaturgo Santiago Loza. IG @bosque.energetico

¿Todas las personas que están viendo el show hacen un trabajo práctico?

--Sí, es la prueba de fuego. Atrás hay una pantalla de powerpoint y se van sumando memes sobre estos temas que son muy graciosos y que me fue mandando el mismo público. El profe está sentado y parado, como si fuera Viñas, tiene una camisa azul y pantalón crudo. Tiene un libro con señaladores largos como cortinas, es muy divertido.

¿Todo esta diseñado para descubrir si le otre gusta de vos?

--Sí, y te da ejemplos concretos: por ejemplo, tu reputación es la cara de una moneda, y si vos pretendés mantener tu reputación tenés que circular la moneda para gastarla. Si vos cocinás, tenés que ofrecerle algo mal hecho, si vos jugás al futbol, tenés que hacer que te vea jugando mal. La prueba perfecta es ir a un karaoke con un coreografía que está especificamente diseñada para ver qué hace la gente del público. En ese momento, el del trabajo práctico, la gente tiene que cantar y bailar: con eso aprobás el curso. Y el profe te entrega unas canciones con un código QR. Ahí está todo el instructivo de la materia y la canción.

¡Qué producción!

--Un dia recibí un mail de una chica que lo hizo y decimos que rindió libre, porque no vino a ver la obra pero lo hizo. La verdad es que es un show que a la gente le encantó y ya lo hice muchas veces. Y La Tribu es un lugar genial porque vienen personas de todos lados y de todas las edades.

¿Este curso a vos te trajo levante?

--Me trajo plata, ¡mucho mejor! (risas). No, te juro que no. El segundo módulo, que es como conseguir una primera cita, era medio dramático porque yo tengo pocas citas. Todo el mundo está desesperado por esta segunda clase: el profesor, que es un profesor distraido, nerd, claramente no tiene ninguna experiencia, entonces va a un consultorio que es de la licenciada Silvia, experta en citas. Es la licenciada Silvia la que le va dando todas las explicaciones y él se va enamorando de ella. La gente va a ir esperando una clase, y el tipo no tiene idea (risas).

¿Por qué pensás que está tan dificil el encuentro?

--Por esto que hablamos: hay muchos problemas en que la gente se conozca. Nos conocemos de manera virtual pero despues el pase a la realidad se complica. Hay mucho ghosting. Nos cuesta salir además. Por eso La Tribu es genial, porque la gente va y circula amigablemente: ahora están pensando armar una fecha de speed dating (citas rápidas), para poder concretar citas. La pandemia nos re bajoneó, y la crisis, etc., es como que da mas miedo salir y abrirse. Está la sensación de que no hay futuro cercano y nadie se quiere arriesgar al rechazo. Muchas personas me han dicho que te conocés con varias personas virtualmente y estás hablando con varias personas al mismo tiempo: no poder concentrate en una, para mí, hace que con el tiempo se diluya.

Volviendo a los diarios, ¿cómo fue editarlos después de tanto tiempo de escritos?

--Yo había empezado a armar mis diarios en el 2018, con un premio del Fondo Nacional de las Artes. Tenía muchos diarios en word pero editarlos era un proyecto muy grande así que hice la primera parte que es el bloque de los quince y quedó ahí dando vueltas. Roberta Iannamico me habla de Bosque energético, que es una editorial nueva de Eugenia Pérez Tomas y Andrés Gallina. Van a publicar diarios de escritores, el otro es de Santiago Loza. Y estoy trabajando los relatos reunidos, también en una editorial nueva, que va a ser de Damián Cabeza y Pau Peyseré y que se llama Libros del Cardal.

El autor también acaba de publicar en el Libro de las diatribas de editorial Vinilo. 


¿En qué sentís que se conectan tus diarios, y la nueva faceta de dramaturgo que le pone el cuerpo a sus textos?

--Es bastante flashero repasar los diarios de los 15. Uno pensaría que a esa edad piensa muy diferente y leyéndolo me doy cuenta que tengo casi las mismas ideas. Y está muy clara la pasión de escribir. En esa época yo escribía cosas de ciencia ficción, y la impresión que tengo cruzando la experiencia de escribir con la dramaturgia es que vivimos en una forma muy compartimentada de qué relatos podemos decir en cada género. Mi idea fue ampliar la cantidad de lugares donde estar para poder decir diferentes cosas. En los cuentos yo usé las lecturas por ejemplo, que fueron muchas en Casa Brandon, pero despues me di cuenta que "Cómo saber si gusta de ti", necesitaba otra espacio, porque era algo mas cercano al humor, y el humor es algo por lo cual la gente está avida. Escribir ese show a mí me hizo muy bien. Me divertí mucho y siento que trascender el espacio literario me amplificó lo que podía decir.

Un autor muy prolífico: el año pasado I publicó Algo se mueve (Madriguera), sus reflexiones sobre los cuentos de Rodolfo Walsh. Fotos: Sebastián Freire.