Los temas de la agenda argentina, por más que el presidente Alberto Fernández esté en París, no dejan de tener lugar importante en la cabeza del mandatario y tampoco en la de los miembros de su comitiva. Cerca de Fernández siguen insistiendo con que la discusión por las PASO está terminada y que "no es seria", porque, según los cálculos que ellos manejan, no están los votos en el Congreso para que se apruebe ninguna modificación de la ley electoral. Con el mismo énfasis, rechazan las presiones del kirchnerismo para que se implemente una suma fija para los trabajadores.

Respecto a las Primarias, aseguran que los gobernadores nunca le plantearon al Presidente que querían suspenderlas o eliminarlas. Algo que, según los dichos del ministro del Interior, Eduardo Wado de Pedro, sí había sucedido. Lo que confirman en el entorno presidencial es que el mandatario sí habló del tema con intendentes del conurbano bonaerense, durante un almuerzo que tuvo lugar hace unas dos semanas en la localidad de Almirante Brown. Allí, según cuentan, el Jefe de Estado les dijo que no tenían que convencerlo a él "sino a los legisladores" para lograr una modificación de la ley y que él "no se siente obstáculo de nada" porque, más allá de su opinión, los votos faltan. Por otra parte, aclaran que aquellos que salen a defender las PASO no lo hacen con el aval o por orden de Fernández.  

En línea con ese planteo, el Presidente les repite a sus funcionarios más cercanos que, tal como dijo la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, él va a hacer lo necesario para que gane el peronismo en 2023 porque es lo que "todos quieren" dentro del espacio. Lo necesario en ese momento, sin embargo, consideran que es gobernar, resolver los problemas económicos que transita la Argentina y que, de ese modo, se pueda salir de la crisis provocada por cuatro años de gobierno macrista, la pandemia de coronavirus y ahora la guerra entre Rusia y Ucrania. En la comitiva que está en París aseguran que desde el Gobierno tienen en claro que "lo que tenemos que mejorar es la inflación y los ingresos". En ese sentido agregan que "el Presidente no quiere perder ni un segundo hablando de las PASO".

Más allá de que desde el Gobierno reconocen que los ingresos y la inflación son los dos grandes problemas que sufren la gran mayoría de los argentinos, el Jefe de Estado confirmó que, a diferencia de lo que pedía el kirchnerismo, no entregarán una suma fija para los trabajadores registrados, sino un bono de fin de año

Cerca de Fernández evitan dar detalles sobre el monto y el techo de la medida porque explican que todavía está trabajando en ella el ministro de Economía, Sergio Massa, y su equipo. Consideran que es mejor dar un bono que una suma fija porque la suma fija implicaría achatar las categorías --el argumento que también defienden "los gordos" de la CGT--. Ante la consulta de este diario sobre por qué entonces no aplican una suma fija para todas las categorías, en el Gobierno responden que hacer eso significaría "un estrago impresionante en términos económicos", para quienes tendrían que pagarlo.

La idea del bono es que sea la misma suma para todos los que ganen por debajo de un determinado monto, que todavía no está fijado, y, según aclaran cerca del mandatario, la medida sería por única vez para todos los trabajadores registrados y no solo para los estatales.