Los presidentes de Estados Unidos y de China, Joe Biden y Xi Jinping, demostraron este lunes un acercamiento destinado a evitar que su rivalidad desemboque en un conflicto abierto, aunque ambos se mantuvieron firmes en sus líneas rojas, especialmente en torno a Taiwán. Biden y Xi se reunieron durante más de tres horas en un hotel de la isla indonesia de Bali, un día antes de que arranque la cumbre del G20 y en lo que significó el primer encuentro cara a cara de los dos líderes desde que el estadounidense llegara a la Casa Blanca en 2021. Los gobiernos chino y estadounidense dieron detalles del encuentro en dos comunicados, que coinciden en muchos puntos pero difieren en otros, como la guerra en Ucrania.

Taiwán, la línea roja

Según el comunicado del ministerio chino de Exteriores, Xi le avisó a Biden que Taiwán, cuya soberanía reclama China, es "la primera línea roja que no se debe cruzar" y aseguró que espera que Estados Unidos haga "honor a su promesa" de no apoyar una eventual independencia de la isla. Por su parte, la Casa Blanca dijo que Biden le comunicó a Xi que su política hacia Taiwán no se modificó y sigue oponiéndose a cualquier "cambio unilateral" en el statu quo.

Biden reiteró su apoyo al principio de "una sola China", implicando que el único gobierno chino al que reconoce Washington es el que tiene sede en Beijing, lo que lo aleja de las aspiraciones independentistas de Taiwán. A cambio de reconocer ese principio, sin embargo, Estados Unidos firmó el Acta de Relaciones de Taiwán de 1979, que compromete al país con la defensa de Taiwán, aunque no deja claro si la potencia intervendría en caso de ataque chino, una política conocida como "ambigüedad estratégica".

En línea con esa política, Biden comunicó al líder chino sus objeciones sobre las acciones "coercitivas y cada vez más agresivas" de Beijing hacia la isla, que ponen en peligro la "paz y estabilidad" en el estrecho de Taiwán y en toda la región, según detalló la Casa Blanca en su comunicado. Las tensiones sobre la isla se multiplicaron en agosto con la visita a Taipei de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi y las maniobras militares lanzadas por China en la zona.

Matices sobre la guerra en Ucrania

Por otro lado, la versión estadounidense del encuentro asegura que Xi y Biden coincidieron en rechazar el uso de armas nucleares en la guerra en Ucrania, una afirmación que cobra importancia debido a las amenazas nucleares de Rusia. El comunicado chino no hace mención a ese tema y se limita a decir que los dos líderes intercambiaron puntos de vista sobre el conflicto en Ucrania, a la que se refiere como "crisis".

Xi reiteró que China está "muy preocupada" por la situación actual y está del lado de la "paz", por lo que reiteró su deseo de que vuelvan a establecerse negociaciones entre Ucrania y Rusia, además de "diálogos profundos" entre Rusia, Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea. China tuvo que hacer contorsionismo con la guerra en Ucrania: evitó las críticas a Rusia, a la que considera su socio estratégico, pero también esquivó jugar un papel activo: uno de sus grandes principios en política exterior es el respeto a la soberanía y la integridad territorial de los Estados.

Aunque la guerra no está oficialmente en la agenda del G20, las brutales consecuencias tales como el encarecimiento de los alimentos y la energía, o la ralentización de la recuperación económica poscovid, serán difíciles de obviar cuando los líderes mundiales se reúnan este martes en Bali. Con la sombra del conflicto sobre la mesa, será más notoria la ausencia del presidente ruso Vladimir Putin, sustituido por su ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov. Quien sí participará, aunque por videoconferencia, será el presidente ucraniano Volodimir Zelenski.

Comercio, cambio climático y Corea del Norte

Sobre el encuentro entre ambas potencias, el comunicado chino puso mayor énfasis en las relaciones comerciales frente el estadounidense. Según la versión china, Xi le expresó a Biden que iniciar una guerra comercial, tecnológica, buscar el desacoplamiento económico o cercenar las cadenas de suministros, "no sirve a los intereses de nadie".

La Casa Blanca solo aludió a las "prácticas" de China que van contra la economía de mercado y no hizo mención a los aranceles que el expresidente Donald Trump impuso a las importaciones chinas y que Biden ha mantenido. Tampoco abordó las nuevas restricciones que Washington le puso a la venta de microchips chinos.

Lo que sí incluyó la Casa Blanca en su comunicado fue una referencia a las conversaciones entre China y Estados Unidos sobre cambio climático y otros temas de colaboración bilateral, que habían sido suspendidas tras la visita de Pelosi a Taiwán. Con respecto a Corea del Norte, el mandatario estadounidense trasladó a Xi sus preocupaciones sobre el comportamiento del gobierno de Kim Jong-un, que viene aumentando el lanzamiento de misiles y podría estar preparándose para realizar su primera prueba nuclear desde 2017. 

"Le dejé muy claro al presidente Xi que creo que tienen la obligación de dejarle claro a Corea del Norte que no deben realizar pruebas nucleares", reveló Biden en una rueda de prensa posterior al encuentro y en la que apuntó a la posibilidad de que Washington aumente su presencia militar en la región si eso se produce. "No hay necesidad de una nueva Guerra Fría", remarcó el mandatario demócrata ante la prensa. 

Más allá del contenido de la reunión de este lunes, los dos líderes acordaron mejorar sus comunicaciones y establecieron que el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, viajará a China para continuar las conversaciones, aunque la Casa Blanca no especificó fecha. Aunque Biden y Xi se conocen desde hace años, este fue su primer encuentro en persona como jefes de Estado. La última vez que se vieron fue en enero de 2017 en el Foro de Davos.

Después de más de dos años recluido en China por la pandemia, la cumbre es una gran oportunidad para Xi de retomar los contactos internacionales con múltiples reuniones, incluido el presidente francés, Emmanuel Macron, y el jefe de gobierno español, Pedro Sánchez. El dirigente chino también se encontrará por segunda vez este año con el presidente argentino Alberto Fernández, el único líder latinoamericano en la cumbre ante las ausencias del mexicano Andrés Manuel López Obrador y el brasileño Jair Bolsonaro.