Cuando Juntos por el Cambio tuvo su última reunión de mesa nacional, la semana pasada, el objetivo principal fue apaciguar los ánimos luego de las múltiples internas entre radicales y PRO, y sobre todo, dentro del partido amarillo. Fue, de hecho, la primera reunión de una mesa nacional desde abril. En ese encuentro, se planteó otro problema: los gobernadores están tendiendo a eliminar las PASO en las provincias, lo que pone a la alianza opositora al borde de la ruptura en más de un distrito. Finalmente, acordaron un mecanismo de internas abiertas donde no haya PASO, como forma de no perder aliados. También dejaron la puerta abierta a resolver por consenso o comparando encuestas. Claro que eso no es garantía: una de las preocupaciones es Córdoba, donde Juntos por el Cambio llegó a ir divido a una elección a gobernador por no poder acordar un mecanismo de internas. Hoy hay un escenario de fuertes roces entre Luis Juez y Rodrigo De Loredo.

Tras ese encuentro de la mesa nacional, se empezó a  definir el esquema por el cual se elegirán candidatos en los comicios de 2023 en aquellos distritos donde no haya PASO. La primera regla que acordaron es que, en aquellos distritos donde las PASO estén vigente, todos los candidatos las aprovecharán. 

El problema es donde no hay PASO. Juntos por el Cambio tuvo una fuerte preocupación para que no se eleminaran las PASO nacionales. Eso los ponía al borde del cisma. Finalmente, todo indica que no ocurrirá, porque no pudieron ponerse de acuerdo dentro del Frente de Todos sobre qué hacer y el presidente Alberto Fernández advirtió que no pensaba impulsar la eliminación o suspensión de las PASO.

Entonces, ahora la preocupación pasa a nivel local, dado que son varios los gobernadores que desecharon las PASO en sus provincias (Salta, La Rioja, San Luis, San Juan y van por el mismo camino otras). Lo que acordaron en la alianza opositora es que donde no haya PASO, "los referentes provinciales decidirán -con intervención de los referentes de los partidos nacionales- el mecanismo más idóneo para definir las listas de candidatas/os a cargos provinciales". Es decir: cada provincia es un mundo y definirá a su manera.

El comunicado de Juntos por el Cambio destaca que "para ello se podrán utilizar las encuestas electorales como instrumento indicativo de las preferencias de los electores, las cuales deberán garantizar imparcialidad y confianza". ¿Qué pasa si no se ponen de acuerdo sobre cómo dirimir las candidaturas? (algo que perfectamente puede pasar, sobre todo si es una guerra de encuestas). "En el caso de que en una provincia no se consiga un acuerdo para establecer el método más idóneo por consenso, el mecanismo para ordenar las listas de candidatas/os a cargos electivos será la interna abierta, en la que se considerarán como electores sólo a los afiliadas/os de los partidos que integren la alianza de Juntos por el Cambio (o la denominación equivalente que tenga en cada provincia) y los ciudadanos no afiliados a ningún partido político".

Tras varias reuniones de trabajo, acordaron que  "todos los gastos que conlleven los mecanismos elegidos para la selección de candidaturas serán cubiertos por los partidos de distrito que integran la alianza de Juntos por el Cambio (o la denominación equivalente que tenga en cada provincia)". Y dejaron en claro que quienes no respeten estas reglas no podrán usar el sello de Juntos por el Cambio.

Organizar una elección interna no es tarea sencilla. El radicalismo tiene una gimnasia histórica en esto, ventaja comparativa sobre el PRO, que tiene poca experiencia en organizar internas partidarias. Por eso, la mesa nacional pidió a los distritos que  "envíen un informe de estado de situación jurídico electoral (normativa electoral vigente aplicable, partidos políticos habilitados, conformación de últimas alianzas, etc)" para evaluar cada situación.

Una de las provincias que miran con lupa es Córdoba, no solo por su historial de internas fallidas: todos recuerdan la de Mario Negri contra Ramón Mestre en 2019, que terminó con los dos perdiendo estrepitosamente contra Juan Schiaretti. ¿El motivo? Justamente, no poder acordar un mecanismo de internas. Es cierto que en 2021 sí lo consiguieron, pero habrá que ver si las próximas elecciones a gobernador no vuelven a dividir a la alianza a nivel local. Por el momento, sin PASO que los ayude a ordenar, no hay acuerdo entre el PRO, la UCR, la Coalición Cívica y el Frente Cívico de Luis Juez de cómo dirimir las diferencias. De Loredo -alineado con Martín Lousteau- le exige a Juez que suscriba el acuerdo para ir a una interna abierta, pero Juez no aceptó aún. Lo que busca -con el apoyo de Horacio Rodríguez Larreta- es quedar como candidato del espacio a gobernador sin tener que pasar por una interna desgastante, con De Loredo aceptando competir por la intendencia de Córdoba. Hasta ahora, eso no ocurrió.