Oscar Parrilli, senador nacional del Frente de Todos (FdT) por Neuquén, afirmó este jueves que la decisión de la jueza federal María Eugenia Capuchetti de delegar en el fiscal Carlos Rívolo la investigación por el intento de asesinato a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner es "un reconocimiento" por parte de la magistrada de que no llevó adelante la instrucción de la causa "como correspondía". Sobre sus expectativas respecto al desempeño de Rívolo, en tanto, dijo que prefiere "no anticiparse".

"Me parece que, como dicen los abogados, es un 'a confesión de parte, relevo de pruebas'. Es el reconocimiento por parte de la jueza de que no ha llevado adelante la investigación como correspondía", dijo el senador en declaraciones radiales. 

Entre otras irregularidades, Parrilli señaló que la jueza "dejó que pruebas fundamentales no tuvieran la protección o el cuidado pertinente", como el celular de Fernando Sabag Montiel -el cual fue reseteado-, y que no investigó "a quiénes solventaron económicamente" a los integrantes de Revolución Federal, así como tampoco a sus "relaciones políticas", en alusión al dinero que recibió Jonathan Morel por parte del Grupo Caputo por un supuesto "trabajo de carpintería" y a los dichos del diputado Gerardo Milman días antes del intento de magnicidio.

"Todo eso dejo de investigarlo. Lo eludió y ante la evidencia de los hechos ahora se saca la papa caliente de las manos. La responsabilidad de ella es indudable y en la Cámara no vamos a esperar nada distinto. Allí es donde están estos los jueces (Leopoldo) Bruglia y (Pablo) Bertuzzi", subrayó en referencia a los magistrados que fueron designados en ese tribunal por un decreto del expresidente Mauricio Macri.

Consultado sobre sus expectativas frente al fiscal Rívolo, en quien Capuchetti delegó la investigación, Parrilli sostuvo que no quiere anticiparse hasta ver su desempeño."Hay que ver los hechos. No estamos acusando, solo estamos pidiendo que se investigue. Lo que se le niega a Cristina, y a todos los argentinos, es llegar a la verdad en una causa en la que existen demasiados elementos", opinó el senador.

Revolución Federal y Caputo Hermanos

Respecto a la reticencia de Capuchetti de investigar si hubo algún financiamiento al atentado, así como los posibles vínculos de Revolución Federal con el mismo, recordó que "cada vez hay más plata y pruebas" que desmienten que Jonathan Morel, el integrante de esa organización de derecha procesado por amenazas, haya realizado un trabajo de carpintería para la familia del empresario Luis Caputo, exministro de Finanzas del gobierno de Cambiemos.

"Había contactos directos entre Caputo con integrantes de este grupo. Hay que ver, además, si Gerardo Milman (diputado de Juntos por el Cambio que dijo dos días antes del atentado 'cuando la maten yo estoy camino a la costa') no conducía Revolución Federal o tenía alguna influencia política en ellos. No iba solo a las marchas, después salía a hacer declaraciones rimbombantes", advirtió el legislador. 

Y agregó: "Ahora pareciera que (la exministra de Seguridad) Patricia Bullrich está enojada, pero no por lo que hizo (Milman) sino por lo que están descubriendo. Sobre este punto, opinó que "sin dudas" hay una responsabilidad política por parte de la presidenta del PRO, quien está "intentando desmarcarse como siempre lo hizo en su violenta vida política".

"Hay realmente demasiados indicios para que no avancen. Hay un encubrimiento por parte de la jueza y existe claramente una actitud de tapar todo porque tienen miedo de lo que se descubre. La vida privada de Milman no me interesa, pero si sé que cuando ejerció la función pública fue muy violento y agresivo", insistió.

"Remedio procesal"

Este miércoles, a casi tres meses del atentado contra Cristina Fernández de Kirchner, la jueza María Eugenia Capuchetti, cercada por su recusación y durísimos cuestionamientos de la querella, decidió delegar la investigación en la fiscalía de Carlos Rívolo. 

La jugada de la magistrada buscó anticiparse a la decisión que debe tomar el camarista Leopoldo Bruglia —uno de los jueces nombrados a dedo por Mauricio Macri—: si la aparta o la confirma en el caso. 

Lejos de admitir los errores de su actuación, presentó su decisión como un “remedio procesal” ante los reclamos de CFK que ponen en duda su imparcialidad, y como una estrategia para evitar futuras nulidades. 

Lo llamativo es que en el mismo escrito donde anunció su decisión dio señales de que no haría lugar al pedido de los abogados de la vicepresidenta de cambiar la imputación contra Nicolás Carrizo y agregar el delito de asociación ilícita en función de chats que están hace un mes en la causa y el juzgado no había analizado