Desde Santa Fe

Un minuto de silencio que pidió la vicegobernadora Alejandra Rodenas en el final de la Asamblea Legislativa por el fallecimiento de la fundadora de Madres de Plaza de Mayo Hebe de Bonafini volvió a dejar expuesta a la avanzada negacionista en la Legislatura. Las diputadas antiderechos Amalia Granata y Betina Florito y su colega Juan Argaranaz se retiraron a paso rápido del recinto cuando la mayoría de los senadores y diputados se unían al homenaje, de pie. “Una mujer de la democracia y la República que encarnó, como pocos la memoria, la verdad y la justicia en un momento de la historia argentina donde todo era muerte y silencio”, la llamó Rodenas. El primero que saltó de su banca fue Argarañaz, autor de un proyecto de repudio a Hebe y hoy alineado con el diputado nacional de ultraderecha Javier Milei, otro militante del negacionismo del terrorismo de estado. Lo siguió Florito, socia política de uno de los jefes de Juntos por el Cambio, Miguel Picheto y luego Granata. Más tarde, cuando la Cámara de Diputados declaró su “más profundo dolor y respeto” por la muerte de Bonafini, Granata votó en contra del proyecto que se aprobó sobre tablas, Florito y el bloque de Argarañaz se abstuvieron, mientras una de sus integrantes, la diputada Natalia Armas Belavi, explicó por qué: “Pedimos la abstención porque ya se hizo un minuto de silencio. Por supuesto desde nuestro bloque vamos a rezar para que descanse en paz”.

Rodenas promovió los homenajes a la Madre de Plaza de Mayo, primero en el Senado y luego en la Asamblea Legislativa que reúne a los 19 senadores y 50 diputados. “El domingo falleció Hebe de Bonafini”, recordó la vicegobernadora. “Más allá de las disidencias que se han planteado en el recinto, hay algo que ojalá todos nos podamos llevar de esta Asamblea Legislativa, con las tensiones propias del debate, las visiones y diferencias que se exhibieron y merecen el respeto de la Presidencia. Les voy a pedir que nos pongamos de pie, que hagamos un minuto de silencio en memoria de una mujer de la democracia, de la República, que encarnó, como pocos, ¡como pocos! –insistió Rodenas-, la memoria, la verdad y la justicia en un momento de la historia argentina donde todo era muerte y silencio”. En el estrado la acompañaba el presidente de la Cámara de Diputados Pablo Farías y los secretarios parlamentarios.

Cuando los legisladores se unieron al homenaje, Argarañaz rompió el silencio y buscó la salida. Inmediatamente, lo siguió Florito. Y unos segundos después, Granata. Los taconeos no se escucharon porque el recinto tiene alfombras rojas.

Ya en la sesión anterior, cuando la Cámara de Diputados condenó la vandalización de los pañuelos de las Madres, en Rosario, con la leyenda “fueron 8.000”, cinco diputados antiderechos se negaron a votar el repudio porque uno de ellos, Nicolás Mayoraz, dijo que en la Argentina no hubo “30.000 desaparecidos, sino una “cifra sensiblemente menor”. Además de Mayoraz y sus colegas del bloque: Argarañaz y Armas Belavi también se abstuvieron Granata y el diputado de la Coalición Cívica ARI, Sebastián Julierac. En el debate, el diputado Carlos del Frade les advirtió que el “negacionismo es un delito” y “tiene que ver con el crecimiento del fascismo”.

Hace dos meses, Mayoraz, Argarañaz, Armas Belavi y Granata también se negaron a firmar una declaración de la Cámara que repudió el atentado a la vicepresidente de la Nación Cristina Fernández de Kirchner, el 1º de setiembre, y Granata zafó de que no la expulsaran de su banca por banalizar la tentativa de magnicidio, a la que llamó “pantomima”, “circo”, “armado”. El típico discurso totalitario “cargado de odio” que vulnera el “estado estado de derecho” y “forma parte de la violencia política que queremos desterrar”, le reprochó la diputada peronista Matilde Bruera.

En el primer homenaje a Bonafini, la vicegobernadora Rodenas dijo que el Senado “siempre estuvo a la altura de las circunstancias para honrar a quienes constituyen la memoria de nuestra Patria”. “Hebe fue una mujer de la democracia, de la memoria, la verdad y la justicia. Una mujer que puso su voz cuando en nuestro país todo era muerte, desaparición y silencio. Hagamos un minuto de silencio por ella”, pidió.

Más tarde, la Cámara de Diputados declaró su “profundo dolor y respeto por el fallecimiento de Bonafini” al aprobar sobre tablas un proyecto de la diputada peronista Lucila De Ponti. Apenas, el presidente de la Cámara Pablo Farías habilitó el tratamiento de la declaración, Granata dejó constancia de su “voto negativo”. Florito solicitó la abstención y lo mismo hizo Armas Belavi, por ella y Argarañaz, porque Mayoraz ya no estaba en el recinto. “Pedimos la abstención porque ya se hizo un minuto de silencio (en la Asamblea Legislativa). Por supuesto, desde nuestro bloque vamos a rezar para que descanse en paz”, provocó. El quinto que se abstuvo fue el diputado Julierac, de la Coalición Cívica y socio político del ex ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro.

La diputada De Ponti reivindicó “la lucha las Madres de la Plaza, que se convirtió en un símbolo mundial de la lucha de los derechos humanos”. “En la peor noche de la historia argentina, Hebe de Bonafini y las Madres de Plaza de Mayo levantaron la voz y pusieron sus cuerpos, sufriendo la represión y la desaparición de Azucena Villaflor y de otras madres”. “Con enorme valentía, inmenso coraje y una búsqueda infatigable”, esa “lucha de décadas, generó una Argentina mejor, que lleva los derechos humanos como un elemento de su propia identidad nacional”, dijo la legisladora. “Es un deber reconocer esa lucha y su memoria”.