"El gasoducto permitirá sortear una restricción de más del 40 por ciento en la producción de gas", dijo Omar Gutiérrez, gobernador de Neuquén. En ese ratio crecerá la producción de la cuenca neuquina que este año rompió "la marca histórica de 91 metros cúbicos de gas por día". La restricción para viabilizar mayores niveles de producción y alcanzar el autoabastecimiento energético de gas hoy día es su traslado, problema que resolverá la construcción del gasoducto Néstor Kirchner, cuyo apto de funcionamiento está previsto para el 20 de junio de 2023.

Luego, el Estado deberá habilitar permisos que demorarán la operatoria, y la mentada soberanía energética llegaría en 2024. Ese cálculo realizó también el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro. El gasoducto permitirá sustituir importaciones de gas, gasoil y GNL que es el combo de combustibles que nutre a Argentina en los meses de invierno, de pico de consumo residencial. La demanda de grandes usuarios industriales y los requerimientos para fabricar energía eléctrica completan la estructura del consumo doméstico.

El gasoducto "es un proyecto que sin dudas va a transformar la Argentina, con una nueva macro y nueva microeconomía", señaló Agustín Gerez, presidente de Ieasa, la empresa pública que centraliza el avance de la obra, que en su primera etapa contempla la construcción de 500 kilómetros de ductos que unirán Tratayen (Neuquén) con Salliqueló (Bahía Blanca, Buenos Aires) y permitirán transportar 44 millones de metros cúbicos diarios de gas. Una suma contundente si se contempla un consumo diario total de 140 millones diarios en el país.

De Pedro, junto con el presidente de YPF, Pablo González; la secretaria de Energía, Flavia Royón, y el titular de Iesa estuvieron en el kilómetro 60 de la traza del gasoducto en la provincia de Río Negro. La visita del ministro habría asegurado la presencia también de los gobernadores de Neuquén, Gutiérrez, y La Pampa, Sergio Zliotto, pero no de Arabela Carreras. La traza es el camino sobre el que se monta el gasoducto. La semana pasada se realizaron las primeras soldaduras en el territorio, los caños empezaron a llegar a la provincia en septiembre.

La información que comparten quienes realizan la obra es que se construyen más de 2 kilómetros del ducto por día y se sueldan no menos de 100 caños diarios, aunque ingresan al predio unos 200 por día. Son caños que pesan 5000 kilos y llegan en grupos de a cuatro en camiones provenientes de la planta de laminados de Techint en Valentín Alsina (Buenos Aires). Es impensada la cifra de unos 20 a 25 camiones que se reciben por día, "los caños además rara vez vienen dañados o tienen que devolverse por algún desperfecto", aclararon desde la obra. Techint es la única fabricante de los caños, con chapa proveniente de Brasil. Esa licitación se aprobó en febrero.

Las obras de construcción que están en marcha las realiza en su mayoría (440 kilómetros) Techint junto con su socia Sacde, de Marcelo Midlin. Ese trayecto llegará hasta General Hacha (La Pampa). Es un tramo que involucra 272 máquinas, excavadoras y soldadoras (algunas importadas y otras de fabricación nacional), 434 camiones y vehículos de porte y 700 coches menores. Algunos de estos equipos es la primera vez se usan en Argentina: las famosas soldaduras robóticas, que pueden llegar a duplicar el trabajo manual de 50 soldaduras diarias. En suma, el personal contratado asciende a 3000 trabajadoras y trabajadores directos y unas 8000 personas de empleo indirecto en la industria.

La Etapa I contempla también la construcción de un tramo más corto, que conecta La Pampa con Buenos Aires, en manos de la empresa BTU SA. Y otras obras complementarias, como el tramo del gasoducto que unirá las ciudades de Mercedes y Cardales en la provincia de Buenos Aires y en la ampliación del gasoducto NEUBA II. Se avanza en dirección hacia una potencial zona de exportación en Bahía Blanca.

Ahorro y divisas

No sólo el autoabastecimiento energético, o el acceso a la energía a precios competitivos que permitirá abaratar los costos de la industria, sino un mayor potencial exportador ilusiona a los funcionarios del gobierno.

Con el declino de la cuenca boliviana, la puesta en marcha de la Etapa II a partir del año que viene contribuirá a un mayor abastecimiento de gas a Brasil. Con el gobierno del país vecino se negocia la construcción de un ducto desde Uruguayana hasta Puerto Alegre para que llegue allí el gas argentino que hoy reciben Uruguayana y San Pablo. 

Con la ampliación de la capacidad de compresión del Gasoducto del Noreste Argentino (GNEA) y su conexión con la localidad de San Jerónimo (Santa Fé) se incrementarán los volúmenes de gas en la región del Litoral. Una tercer obra de magnitud de esta Etapa II que concluye en 2025 es la instalación del equipamiento para la reversión del gasoducto Norte, que permitirá el abastecimiento a la región Centro-Norte y potenciará los usos del gasoducto.

Son anchos los pasos hacia la exportación de GNL de origen nacional, como recuerda el artículo de Juan José Carbajales publicado por este diario el lunes. Pero desde el gobierno se ilusionan con la llegada de algunas plantas modulares provenientes de Estados Unidos y con el anuncio de inversiones conjuntas de YPF y Petronás en la localidad de Bahía Blanca. Petronás es una empresa malaya de las más importantes del mundo en la producción de GNL, la inversión es de largo plazo.

El GNL es el combustible más caro hoy día en el mercado, y permitiría a Argentina sustituir las importaciones de los más de 50 buques que paran en Bahía Blanca y Escobar. Este año, a través de Ieasa, Argentina pagó cerca de 5.600 millones de dólares para importar GNL, a 30 dólares el millón de BTU, un precio que se había disparado respecto de 2020. Los precios del GNL definidos en el Presupuesto 2023 llegan hasta 55 dólares el millón de BTU. El precio promedio que paga Argentina por el gas, contemplando el precio local del Plan Gas, el del GNL y el de Bolivia asciende a 5,76 dólares por millón de BTU.