La inestabilidad política e institucional de Perú tuvo un nuevo capítulo este miércoles. El ahora expresidente Pedro Castillo intentó disolver el Congreso y establecer un gobierno de emergencia. En ese contexto, el cuerpo legislativo votó mayoritariamente la remoción del mandatario peruano y convocó a su vicepresidenta, Dina Boluarte, a tomar su lugar. 

En AM750, el embajador argentino ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Carlos Raimundi, analizó la situación en el país andino y evaluó su impacto en América Latina: "En este momento se juntan dos cosas, la debilidad interna de un sistema y una ola internacional de derecha", explicó.

Cinco presidentes en seis años: ¿qué pasa en Perú?

"Esta situación no es nueva. Hay un sistema constitucional, creado en la etapa de Alberto Fujimori (expresidente peruano) en la década de los '90, extremadamente dependiente del Congreso. Es un modelo político muy inestable, no solo durante la presidencia de Castillo sino en la política en general", agregó Raimundi en Branca de Vuelta

Sobre este punto, el también vicepresidente del Frente Grande bonaerense sostuvo que la particularidad del sistema político peruano radica en que la Constitución otorga al presidente ciertas facultades y, al mismo tiempo, le concede al Congreso la capacidad de revocarlas. 

En ese sentido, consideró que la inestabilidad política y la imposibilidad de construir liderazgos fuertes favorece a que "el poder económico no se sienta obligado a distribuir socialmente el crecimiento económico" del Perú, un país que "no tiene inflación ni los problemas de reservas que tiene Argentina, pero que al mismo tiempo tiene una pobreza extraordinaria". 

Asimismo, el diplomático argumentó que, en el caso de Castillo, "no contó con el apoyo de su propio partido", en primera vuelta "ganó con apenas el 19 por ciento de los votos" y en segunda superó a su rival por solo 44 mil votos: "No fueron mayoritariamente votos de gente que genuinamente lo apoyara con fervor, sino en contra del fujimorismo", añadió Raimundi. 

La figura de "ineptitud moral"

"Es un concepto muy amplio", indicó el también abogado y docente universitario sobre la razón que esgrimió el Parlamento para remover al ahora expresidente. "El concepto no está definido en la Constitución, entonces cualquier cosa que a la mayoría circunstancial no le gusta implica ineptitud moral", agregó. 

En ese contexto, Raimundi manifestó que, en su opinión, "Castillo no era un presidente corrupto, pero no logró crear un apoyo político que le permitiera generar un cambio profundo", y diferenció la situación del país andino del resto de la región: "En Argentina, Bolivia, Brasil y Colombia hay sectores políticos nacionales y populares amplios y socialmente representativos". 

La situación en América Latina y Argentina

Además, el representante argentino ante la OEA consideró que los bloques de poder económicos en Latinoamérica "vienen desde hace muchos años ideando un entramado" a partir del "escarnio público" de las figuras que representan a los sectores populares, luego del agotamiento del ciclo histórico de los golpes directos

Sin embargo, planteó que "no logran hacer desaparecer el apoyo de los líderes": "Lula (da Silva) fue inhabilitado, no pudo participar, estuvo preso y hoy volvió a ser presidente. Tampoco lograron hacer desaparecer el respaldo que tiene Cristina (Kirchner)", enfatizó. 

Y agregó: "Cuando las instituciones no expresan la voluntad popular, la manera de redemocratizar el sistema está en la calle, es decir, volver al origen y volver a la fuentes". 

Por último, Raimundi concluyó: "Argentina no es la del 17 de octubre, y el mundo tampoco. En aquel momento estaban los zócalos de la patria que se sublevaban, pero eran homogéneos. Es decir, había más homogeneidad social. Hoy, con las actividades industriales tercerizadas, con las redes, con la virtualidad, aún dentro de los sectores obreros, aún dentro de los movimientos sociales, no hay tal homogeneidad como había en aquel momento. Entonces la pueblada se hace más difícil".