Luego de que Cristina Fernández de Kirchner dijera que en 2023 no va a ser candidata a nada, en Juntos por el Cambio sacaron la calculadora. Hay quienes dicen que esto perjudica a Mauricio Macri en sus intentos reeleccionistas, porque el mejor escenario para él era polarizar con la vicepresidenta y no con otro candidato como podría ser Sergio Massa. Otros suman a esa lista a Patricia Bullrich por idénticas razones. Hay quienes, por el contrario, creen que esto envalentonará a Macri para lanzarse. Y finalmente están los que no le creen que no vaya a ser candidata. De estos, sin pretender tener un censo estricto, hay bastantes: una buena parte sigue pensando que va a tener que competir con ella el año próximo, no importa lo que diga ahora.
El primer análisis vino por parte de los radicales. Interpretaron que el anuncio de CFK no es un gesto definitivo, sino parte de una estrategia para instalar la idea de que la están proscribiendo. Se imaginan un "operativo clamor" que lentamente vaya rompiendo ese anuncio inicial hasta que pueda terminar como candidata. No obstante, si no lo es, lo primero que plantearon es que Macri pierde una excusa para salir del banco de los ex presidentes y volver a postularse. Como se verá, no son los únicos que miran hacia Macri cuando se habla de las consecuencias de que no esté CFK en la boleta.
En materia de opiniones, los presidenciables radicales fueron más bien escuetos, en algunas declaraciones al diario Clarín. Por ejemplo, Facundo Manes dijo: "No sé qué hará la vicepresidenta. De lo que estoy convencido es que la coalición opositora debe trabajar en un programa común, que reconozca los nuevos desafíos y la inviabilidad de las recetas del pasado". El gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, fue aún más escueto: "Es una decisión personal". Y a otra cosa.
Los duros, perjudicados
Bullrich le puso un poco más de sangre e ímpetu a su respuesta: “No me importa, es su decisión. A mí no me impacta. Y nunca creí demasiado en su candidatura. Nosotros ganamos por la convicción que tenemos”, lanzó la presidenta del PRO. En su entorno, creen que nada cambió y nada cambiará con la salida de escena de CFK dentro de lo que es la guerra interna de Juntos por el Cambio por las candidaturas. Eso sí, al igual que los radicales, aprovecharon para tirarle algunas paladas de tierra a la de Macri.,
"Algunos creen que el que peor sale parado si no se presenta CFK es Macri", dicen. El razonamiento es que el ex presidente necesitaba un escenario de extrema polarización (que solo se lo puede brindar una candidatura de ella) para poder traspasar la barrera de la imagen sumamente negativa que acumula al día de hoy y que es un límite objetivo a sus aspiraciones presidenciales. No obstante, no falta el que imagina que la ausencia de CFK y un candidato oficialista menos taquillero que ella podría envalentonar a Macri, justamente, a presentarse.
Bullrich dijo que lo que haga CFK "no le impacta", pero no todos están de acuerdo. Dentro de Juntos por el Cambio hay quienes le extienden el análisis que se hace internamente sobre Macri a toda el ala dura del PRO: es decir, también a la presidenta del PRO. Para ella, también tiene un costo que el candidato sea alguien más moderado o que despierte menos pasiones polarizadoras que ella. Bullrich, como ya dijo, cree que no importará.
Macri, en tanto, calla. Fue casi el único dirigente de primera línea de Juntos por el Cambio que no se sumó al festival de declaraciones el día de la condena (la otra podría ser Elisa Carrió, aunque ya había hablado previamente). El mandatario, que miraba el mundial en Qatar, le esquivó el cuerpo a la polémica que podría haber desatado al hablar. Tampoco dijo, por supuesto, nada sobre su candidatura o no. Uno de sus fieles seguidores, el ex secretario general de la Presidencia Fernando de Andreis, comentó: “Nunca nada de lo que Mauricio decida va a ser en función a lo que haga o deje de hacer ella”. Lo cierto es que Macri no decidirá qué hacer hasta marzo.
Larreta no le cree
En el larretismo, en tanto, las cosas son un poco más complejas. En principio, porque no le creen que no vaya a ser candidata. De hecho, están convencidos de que esta no es su palabra final. "Cualquier hipótesis de trabajo seria contempla que juegan a su principal candidata en alguno de los lugares posibles (senadora o presidenta). Es la única que les garantiza un piso competitivo en la provincia de Buenos Aires", advierten en los equipos de campaña larretista, encuestas en mano.
"Si no juega, por supuesto que será mejor para la oposición, especialmente en territorio bonaerense, donde la elección va a ser reñida", indican. Concretamente, lo ven como principal perjudicado al gobernador bonaerense, Axel Kicillof. Sobre todo, Diego Santilli se frota las manos en un escenario sin CFK.
En suma: hay una especulación general, de parte de radicales y larretistas, de que la salida de CFK golpearía las intenciones de Bullrich y Macri, por su perfil electoral más atado a castigar a la vicepresidenta. Desde el ala dura, dicen que no importará, porque la campaña será igual contra ella.
Coda: Milei asoma
Pero hay otro factor a considerar en el cambio del escenario electoral: Javier Milei. "También tenemos que ver cómo mide Milei y como llega Milei. La polarización fuerte lo puede afectar también a él", advierten en el larretismo. No se sabe si es un análisis o más bien un deseo. De hecho, la salida de CFK de la escena electoral le podría jugar a favor al candidato de Libertad Avanza y, en buena medida, en Juntos por el Cambio lo saben.
No es casual que Milei haya festejado como un gol de media cancha que CFK dijera que no iba a ser candidata. De hecho, les apuntó a los de Juntos por el Cambio por eso: “Ya no hay cuco, dejen de manipular a gente con el cuco y vengan a discutir ideas”. Si efectivamente se instala que no estará CFK en las boletas y Milei capitaliza esto, no solo será un problema electoral para Juntos por el Cambio, sino que también revivirá una discusión que trataron de saldar este año: si lo intentarán sumar o no a la alianza. Patricia Bullrich, de hecho, nunca abandonó su voluntad de incorporarlo.