Para Kristinn Hrafnsson ya no hay tiempo que perder. El editor jefe de WikiLeaks cree que, más allá de estar "luchando para salvarle la vida" a su amigo Julian Assange, subyace en el fondo "una terrible amenaza contra la libertad de prensa en el mundo". En una gira por Latinoamérica que lo hizo pasar unos días en Buenos Aires, Hrafnsson renueva la campaña mundial en rechazo a la extradición de Assange a Estados Unidos, por la que podría ser condenado a 175 años de cárcel bajo cargos de espionaje.

En un extenso diálogo con PáginaI12 Hrafnsson sostiene que este viaje, que empezó por Colombia, pasó por Brasil y Argentina y ahora seguirá su rumbo hacia Bolivia, busca presionar a Washington para que cambie su postura frente al caso Assange. "No podemos quedarnos de brazos cruzados y permitir que el imperio ponga la democracia en peligro", advierte el periodista islandés de 60 años.

Hrafnsson responde a cada pregunta con seriedad y firmeza, y rompe el equilibrio nórdico solo dos veces. Primero cuando, subido a la fiebre mundialista, esboza una sonrisa al recordar el empate con sabor a victoria entre islandeses y argentinos en Rusia 2018, donde el arquero que le atajó un penal a Lionel Messi se convirtió en "héroe nacional". Luego, cuando se conmueve para hablar de la salud de Assange. "Está perdiendo peso y temo por su vida", lamenta Hrafnsonn, para quien "queda claro que se trata de un lawfare muy puro y una persecución política".

- ¿Cuál es el propósito de esta gira por América latina?

- Debemos perseguir a la autoridad responsable del enjuiciamiento político a Julian Assange. Y ese es el Departamento de Justicia estadounidense y todo el establishment. Julian necesita obtener apoyos para instar a la administración Biden a cambiar de tono y abandonar el caso por completo, no solo frenar el proceso de extradición. ¿Y cómo se hace eso? Buscando apoyo en el frente político. Esa es la razón por la que decidimos iniciar un esfuerzo en esta región. Hay un entendimiento aquí sobre la naturaleza del lawfare y la persecución política. Hay un entendimiento aquí de la violación sobre Julian cuando fue sacado a rastras de la embajada ecuatoriana como resultado del despreciable giro y traición de Lenín Moreno, quien tomó el relevo de Rafael Correa y luego lo terminó llevando al exilio. Iniciamos este viaje en Colombia donde conocimos a Gustavo Petro. Fuimos luego a Brasil en un período de transición muy difícil. A pesar de eso, y del hecho de que tuvo que ser operado y viajó a la COP-27, Lula nos dio tiempo y mostró una gran disposición para ayudar.

- Y de Brasil llegó a Argentina. ¿Quiénes lo recibieron?

- Nos reunimos el mismo día que llegamos con la vicepresidenta Cristina Kirchner y el presidente Alberto Fernández, y tuvimos los mismos resultados que en Colombia y en Brasil. Como expliqué en nuestra conversación con el presidente Fernández, es fundamental tener un discurso común, que los países más importantes de la región se unan para llamar a la administración Biden a dar un giro. No necesito el mismo discurso pedagógico que tengo que dar en los países europeos cuando me reúno con primeros ministros y otras autoridades, porque esto acá está muy fresco en la memoria y en términos históricos. Nadie necesita estar convencido aquí, por ejemplo, sobre la capacidad de la CIA en lo que respecta a la interferencia hasta los asesinatos y el derrocamiento de gobiernos. Está en la memoria histórica.

- Hace unos días Cristina Kirchner fue sentenciada a seis años de cárcel en una decisión muy controvertida. ¿Hablaron de lawfare con la vicepresidenta?

- Hablamos sobre Julian Assange y ella estaba preocupada por su situación. Le expliqué los elementos del lawfare contra Julian y se mostró receptiva. Ella cree que es víctima de lo mismo. La reunión fue un día antes del veredicto. No tuvimos discusiones sobre ese caso en particular. No hablo español, no conozco los detalles y lo único que puedo decir es que todas las personas con las que he hablado que están familiarizadas con el caso me señalaron dos cosas. Primero, que hay una clara intencionalidad política en el procedimiento legal. Y segundo, que la evidencia parece haber sido muy débil. Y no me sorprende. Por el amor de Dios, esto es lo que he estado viendo en el caso de Julian Assange en una antigua y distinguida democracia llamada Inglaterra. Lo único que puedo decir es que debe haber una exigencia universal para que el sistema de justicia funcione de manera imparcial, basado en hechos y totalmente ciego en lo que respecta al entorno político.

- ¿Esperaba una postura diferente de Biden y su gobierno frente al caso Assange?

- Mira, no le estamos pidiendo a la administración Biden que haga algo radical. Le estamos pidiendo que vuelva a la posición de la administración Obama-Biden, que decidió que no podía procesar a Julian Assange porque presionaría demasiado al principio de la Primera Enmienda de la Constitución. Bajo el gobierno de Trump hubo una gran politización del ministerio de Justicia. Y una de las decisiones políticas que se tomaron en ese período fue acumular estos cargos absurdos de la Ley de Espionaje sobre Julian. Es la primera vez en la historia que se usa contra un periodista y un editor de esa manera. Ahora Biden hereda este legado de Trump, ¿por qué debería continuarlo? Si este juicio sigue adelante ni un solo periodista en el mundo estará a salvo. Por lo tanto, estamos pidiendo a los líderes mundiales que le señalen amablemente a los Estados Unidos y al gobierno de Biden: hagan lo correcto y miren su Primera Enmienda, que es una gran herramienta para la libertad de prensa y ha sido la envidia de otros países.

- ¿Cuándo espera la sentencia de la Corte británica?

- Ese es el gran aspecto problemático de todo el proceso judicial en Londres, que ha sido totalmente arbitrario. Cuando los abogados nos dicen que por lo general esto demora de seis a ocho semanas en procesarse, en el caso de Julian Assange puede llevar de tres a cuatro meses. La tendencia es dilatar todo. En circunstancias normales deberíamos escuchar cualquier día de estos si el Tribunal Superior escucha la apelación, pero todavía no hay señales. Si es mañana, a fines de este mes, en el Año Nuevo, simplemente no lo sabemos. Puede suceder cualquier día y es parte de este castigo insoportable contra Julian. Los abogados estadounidenses solicitan prórrogas interminables. Es absolutamente escandaloso que Julian pase el tiempo en una cárcel construida para los peores terroristas y asesinos.

- Una investigación de Yahoo News denunció que la CIA planeaba secuestrar o incluso matar a Assange en la embajada de Ecuador en Londres. ¿Esa información se incorporó como prueba?

- Esa investigación de Yahoo News no fue desmentida por nadie y fue incluso confirmada por el exdirector de la CIA, Mike Pompeo. A pesar de que ha sido insinuada y discutida en los tribunales, no hubo oportunidad de presentar esa historia como evidencia. Pero está sucediendo ahora, es una parte de la evidencia que Julian quiere presentar en su proceso de apelación. En la apelación anterior, cuando los estadounidenses perdieron la primera ronda, solo estaban apelando los dos motivos por los que perdieron, que eran que la vida de Julian corría peligro por sus problemas de salud y, en segundo lugar, que las condiciones carcelarias en Estados Unidos no le permitirían sobrevivir. Solo estaban apelando eso, lo que anuló la decisión de no extraditarlo sobre la base de un solo papel sin valor que decía en esencia: "Nos aseguraremos de que no pueda suicidarse en los Estados Unidos". Esa fue la única evidencia para que la Corte Suprema decidiera anular la apelación de Assange. Dicen que son buenos chicos y lo van a tratar bien, pero es pura mierda.

- Uno de los principales argumentos de Estados Unidos contra Assange es que la información filtrada por WikiLeaks pudo afectar la vida de civiles.

- Es propaganda, claramente. Podría atacarte y decir, bueno, la historia que escribiste ayer en realidad podría afectar la vida de un terrateniente en el sur o lo que sea. ¿Qué clase de argumento es ese? Son palabras totalmente vacías y no corroboradas por ninguna evidencia. Decir que se ponen en riesgo a algunas personas es absolutamente ridículo en el contexto periodístico. ¡La información nunca es neutral! Cada historia mueve los peones en la mesa de ajedrez en algún nivel, localmente, regionalmente o en el mundo. Bajo ese argumento podrían frenar y criminalizar cualquier artículo. Ponelo en la balanza: estás en una entidad periodística exponiendo las muertes por negligencia de diez mil personas no reportadas previamente, como fue el caso de Irak. Estás exponiendo todos los crímenes de guerra documentados por el propio ejército de los Estados Unidos. Tenés todas estas violaciones expuestas, el mar de complots en estas guerras, y por otro lado afirmás que la persona que realmente lo reveló podría haber arriesgado algunas vidas. Es surrealista y todo el mundo lo sabe.

- ¿Pero cree que deben existir límites a la hora de publicar una filtración?

- Absolutamente. Y quiero recordar que hay dos mantras que han estado martillando desde el Pentágono: el de poner vidas en riesgo y el del vertido irresponsable de datos. Nunca hubo un volcado masivo e irresponsable de datos. Se realizaron reducciones considerables en el material, tanto en los registros de la guerra de Irak como en los de la guerra de Afganistán. Cuando se trataba de los cables diplomáticos, coordinábamos el manejo y la obtención del material con más de cien socios de medios de todo el mundo, incluyendo Página/12. Por supuesto que hay limitaciones que tenemos en cuenta de manera periodística. Pero también existe una necesidad urgente de revertir esta tendencia de mayor secretismo por parte de quienes detentan el poder empresarial y político. Necesitamos enfocarnos en aumentar la privacidad del individuo y de los que no tienen poder, y disminuir el secreto de aquellos que sí lo tienen. De esto se trata WikiLeaks, de equilibrar la balanza.

- Quizás me falta preguntar lo más importante, ¿cómo está Julian?

- Soy una de las dos personas fuera de su familia o sus abogados que pueden visitarlo en la prisión de Belmarsh. Supongo que hace cinco o seis semanas estuve allí. Él está sufriendo bajo estas condiciones. Es un lugar horrible para una persona del calibre de Julian y para cualquiera. Está perdiendo peso y temo por su vida. Hay que tener en cuenta que está preparando audiencias judiciales donde se determina su vida. Es una cuestión de vida o muerte, y tiene que preparar eso en la celda de la cárcel, tomando notas escritas a mano porque no quieren darle una computadora. Es una presión horrible. Pasó siete años en la embajada de Ecuador sin ver la luz del sol. Y ahora tres años y medio en esta horrible mazmorra. Su salud fue considerada muy precaria por médicos expertos y distinguidos que presentaron su evidencia ante los tribunales del Reino Unido. Es hora de intervenir y terminar con esta locura.