Primero fueron todo festejos por "torcerle" el brazo a Alberto Fernández. Luego vinieron los insultos por el bono que eligió el Presidente para depositar el dinero que la Corte Suprema le ordenó sumar a las arcas porteñas en un año electoral. Horacio Rodríguez Larreta dio instrucciones de seguir como si nada hubiera ocurrido: el gobierno porteño avanzó con las denuncias penales contra los funcionarios nacionales y con reclamarle a la Corte que le paguen cash la plata de la coparticipación que le había aumentado Mauricio Macri durante su presidencia. "El gobierno nacional sigue sin acatar el fallo y sin respetar a la Corte Suprema", fue el título del comunicado de la gestión PRO. En contraposición con esta postura, Patricia Bullrich había salido como si hubiera ganado otra copa a gritar: "¡Ganamos!".

La reacción de la presidenta del PRO está vinculada con la interna electoral. Ella viene buscando la forma de meterse en una pelea que, en principio, la deja desdibujada: es Larreta contra el peronismo. Durante el fin de semana lo hizo con una serie de amenazas de denuncia cada vez más grandilocuentes: por sedición no era suficiente, así que sumó traición a la Patria. También amenazó a la titular del Banco Nación, Silvina Batakis, con que debería responder con su patrimonio si no transfería los fondos. Ante la noticia de que el Gobierno nacional acataba el fallo, Bullrich dijo que suspendía las denuncias.

Dato: si la contienda entre Larreta y el Gobierno nacional baja, aun con una victoria del jefe de Gobierno, Bullrich sale del rol secundario en el que quedó. A la inversa: está en la lógica de Larreta seguir acicateando el conflicto.

Un clima similar de festejo del de Bullrich, casi futbolero, recorrió a la dirigencia del PRO en un primer momento. Incluso, la exgobernadora María Eugenia Vidal se permitió ironizar con que la Argentina era noticia porque el presidente cumplía la ley usando un mapa del mundo.

Pero enseguida viró su discurso y se alineó con el planteo que hicieron todos los aliados de Larreta: "Pague como ordenó la Corte Suprema, no con bonos. Deje de hacer trampa. Eso es justicia", escribió Vidal. En la misma línea, el presidente de la Coalición Cívica, Maximiliano Ferraro, afirmó: "¡Cumpla el fallo! Pague a la Ciudad de Buenos Aires lo que le robó. Los millones de argentinos que vivimos, trabajamos, estudiamos y disfrutamos de esta Ciudad no queremos papelitos."

El jefe de Gobierno dejó en claro que el bono no era suficiente y fue por la de máxima. En un comunicado advirtió que "el Poder Ejecutivo sigue sin cumplir el fallo de la Corte Suprema de Justicia al no acatar lo ordenado por el máximo tribunal en su respuesta a la medida cautelar presentada por el Gobierno de la Ciudad". Y aseguró que nada de lo que hizo el Gobierno nacional modifica las acciones de la Ciudad, que consistieron en presentarse ante la Corte para reclamar por el incumplimiento del Gobierno nacional y "pidiendo que se arbitren los medios necesarios para que se acate el mismo", ya sea con embargos u otras medidas.

Larreta también le dio instrucciones al procurador porteño Gabriel Astarloa para que denuncie penalmente a todos los funcionarios que, a su entender, no están acatando el fallo. "Los recursos de la coparticipación se deben transferir diariamente y no pueden ser reemplazados discrecionalmente por otra forma de financiamiento.Tal como lo establecen las normas republicanas en un país con división de poderes, los fallos se cumplen, no se interpretan", aseguró el fallo.

Reacciones en JxC

En el radicalismo, hubo un llamativo cerrar filas en torno a Larreta, sobre todo si se tiene en cuenta que gobiernan tres provincias que podrían verse perjudicadas por un recorte de fondos. "Presidente, cumpla el fallo. Debe pagar, no dar bonos", bramó Martín Lousteau, probable candidato a jefe de Gobierno de la UCR. "El presidente anunció que cumpliría con el fallo de la Corte. Esto ni siquiera debería ser noticia. Pero cumplir con el fallo implica volver a pagar lo que le arrebató a la Ciudad, no darle bonos que tiene en un cajón", afirmó Lousteau.

Desde el mismo sector, el diputado Martín Tetaz aseguró que no le votarán ninguna vía de financiamiento en el Congreso para el dinero que ordenó pagar la Corte. "Quiero advertirle al Presidente y al ministro Sergio Massa que la oposición no va a aceptar ninguna extorsión en el Congreso. No vamos a votar ningún incremento de impuestos por la misma razón por la que usted no bajó impuestos cuando le quito los fondos a la Ciudad", afirmó.

Son dirigentes porteños, pero en otras latitudes los radicales opinaron igual. El mendocino Alfredo Cornejo: "Para CABA, bonos. A Kicillof, 'cash'. Para CABA modificar innecesariamente la Ley. Para Kicillof, manejo discrecional del Presupuesto. Alberto Fernández responde con el lápiz de Cristina Fernández de Kirchner. Jamás pudo dejar de responder sus órdenes", lanzó. Más que una discusión entre provincias y CABA, lo que parece primar en el discurso de los radicales es la disputa kirchnerismo vs antikirchnerismo.

A eso apuesta Larreta también: el jefe de Gobierno no parece temer quedar enemistado a 18 provincias en un año electoral en que deberá recorrer el país como candidato a presidente. Imagina que la lógica del antiperonismo le permitirá pasar esa disputa por alto y ubicarlo como el gran opositor.

Dentro de todos los planteos de Juntos por el Cambio, el que quizás quedó como más disonante fue el del auditor Miguel Angel Pichetto, la pata peronista de la coalición opositora: "Me parece razonable evitar un conflicto de poderes por parte del gobierno nacional, y buscar una salida al pago de sus obligaciones para con la Ciudad. De lo contrario, los efectos en la economía y la institucionalidad del país hubiesen sido demoledores", afirmó. A nadie más le resultó "razonable". Todos criticaron y demandaron la plata ya.