Este jueves, luego de los allanamientos y secuestro de mercadería por parte de la Policía de la Ciudad, hubo una asamblea general de los vendedores ambulantes de Once en Plaza Miserere para empezar el camino hacia la regulación del trabajo ambulante. "Vamos a presentar la Ley en la que venimos trabajando hace meses y hoy vinimos a discutirla con los trabajadores. Esto no puede seguir así", sostuvo Agustina Mayansky, militante del MTE.

Para las 18 horas había alrededor de 50 trabajadores sentados en la plaza, que está ubicada frente a la terminal de trenes del Sarmiento. Los trabajadores, a quienes se les permitió trabajar durante todo el día, porque no hubo presencia policial, iban llegando de a poco. Para las 18.30 ya eran cientos de vendedores preocupados por su situación laboral.

Entre los presentes estaban vecinos de Once que apoyan a los vendedores y que aseguraban ser más que los que pedían el retiro de los vendedores de la zona. "Nosotros no tenemos problema con que haya vendedores ambulantes", sostuvo Alberto Aguilera, coordinador de la red de vecinos de la manzana 66. Y añadió: "hay temas más importantes de los que ocuparse, más que de una contravención por vender en la calle. Es gente que se está ganando la vida, en medio de una crisis económica. ¡No nos molestan!".

"Son un grupo de vecinos, pequeño, que agrede con baldazos de agua con lavandina, colillas de cigarrillos, insultos, no los dejan trabajar", remarcó el hombre enojado. "En vez de esos macetones enormes que hay en las veredas o en las plazas podría haber vendedores. Lo que hace Larreta es de una gran discriminación", agrego el vecino.

Una hora más tarde de la acordada agarró el micrófono Luzmery Villanueva, referente de los vendedores del MTE y dijo: "Tenemos que empezar a luchar por una ley. Esta vez me dolió demasiado ver llorar a 50 compañeras. Estoy angustiada. Necesitamos defender la calle, se vienen épocas difíciles, el enemigo es el Gobierno de la Ciudad que cree que no somos parte de la sociedad". "Quieran o no somos argentinos, y queremos darle de comer a nuestro hijos", aseveró la vendedora y fue ovacionada por sus compañeros.

La mujer hizo hincapie en que no eran mafiosos, delincuentes, ni tampoco sucios yque no iban a permitir que les siguieran llamando así, como pasó en reiteradas ocasiones. "Si al gobierno no le gusta cómo están las calles de Once, que se siente con nosotros y dialogue para que nos podamos organizar", gritó Villanueva. A la vez que recordó los galpones "olvidados" que les entregó el GCBA, luego de los desalojos de 2016 y mostró su negativa a recibir nuevamente algo parecido como solución.

Continuaron hablando los abogados que se presentaron en el expediente de la causa para defender a los teabajadores. "Lo que comprobamos el otro día era lo que ya sabíamos. El Ministerio de Seguridad de la Ciudad determina qué es causa y que no", arremetió el letrado. Los hechos del miércoles para ellos no tenía "ni pies, ni cabeza", porque la contravención era por "uso indebido del espacio público" a locales comerciales que tenían guardada la mercadería, pero que no estaban haciendo uso del espacio público.

Por lo que se organizaron los trabajadores fue para regularizar su tarea, quieren tener un lugar. "Estamos a disposición, no somos ignorantes, sabemos que la situación en Once no da para más, por eso nos queremos sentar y obtener una solución", remarcó Villanueva. Al tiempo que explicaba la importancia de obtener una ley que les dé un respaldo para poder trabajar tranquilos, sin ser perseguidos.

Luego de la difícil jornada del miércoles para los vendedores ambulantes de Once, las veredas de Bartolomé Mitre, Castelli y Rivadavia estaban llenas de mantas de los trabajadores, al igual que de percheros de los locales que sacan sus prendas de ropa a la puerta, como es habitual.