El Gobierno lanzó una serie de medidas de apoyo al sector lechero, cuyo segmento pyme está afectado hace rato por la política de precios de la industria, la sequía y la suba de costos que implicaron los dos programas de "dólar soja". 

El ministro de Economía, Sergio Massa, anunció el "Programa Impulso Tambero, que supondrá una inversión total de 9160 millones de pesos durante cuatro meses con destino a 8 de cada 10 productores lecheros del país".

El beneficio aplicará para tambos de menos de 1.500 litros diarios de venta, para lo cual se tomará un promedio del período octubre 2021/septiembre 2022, y se otorgará un subsidio de 15 pesos por litro. Para tambos de más de 1.500 litros (promedio de 12 meses) y de hasta 5 mil litros por día se subsidiará con 10 pesos por litro. En todos los casos la suma fija otorgada no podrá superar los 600 mil pesos por mes.

El sector lechero viene advirtiendo hace tiempo que el productor tambero, el eslabón más frágil de la cadena, soporta una reducción de sus márgenes de rentabilidad, mientras que la industria mejora sus números. Advierte que cierran tambos y se liquidan animales porque el negocio no funciona.

Precios y costos

De acuerdo al Programa Leche del INTA, "la cadena lechera presentó un resultado negativo en octubre de 2022 de 5001 millones de pesos, aunque con diferencia entre eslabones. Mientras que el sector industrial mostró un resultado estimado positivo de 1304 millones de pesos, la producción primaria tuvo una pérdida de 6306 millones de pesos. Esta situación de destrucción de valor en la producción primaria se viene arrastrando desde el mes de diciembre de 2021 y se mantuvo durante todo el 2022".

"La caída de la rentabilidad del eslabón primario se explica por la política de precios de la industria. Nosotros como productores no tenemos posibilidad de discutir un precio acorde a los costos de producción. Esto también está ligado a la elevada concentración del sector industrial. Estos problemas se profundizaron con la política del dólar-soja y así se desató la venta de tambos. Hoy una vaca de buena genética y estándar de producción se regala prácticamente a 100 mil pesos", indicó a Página/12 Marisa Boschetti, dirigente de la Federación Agraria (FAA).

Joaquín Pérez Martín, investigador de la Facultad de Agronomía, explica que "el 65 por ciento de los tambos son pymes, pero éstos sólo representan una cuarta parte de la producción nacional. Los tambos más chicos están sufriendo rentabilidad negativa y van desapareciendo porque los números no les cierran. En cambio, crecen los grandes, que incluso algunos de ellos se ven beneficiados por el dólar soja, porque hacen agricultura como actividad complementaria". 

"De modo que caen los más chicos pero crecen los grandes, por eso a nivel agregado el 2022 viene cerrando como relativamente buen año de producción de leche. De todas formas, a partir del verano es esperable que la producción comience a caer como efecto de la sequía y del impacto del dólar soja", agrega.

Dólar soja y sequía

El programa de incentivo para la liquidación de la cosecha de soja complicó más el panorama a través de dos canales. Por un lado, la soja interviene en la estructura de los costos de producción de la leche por su participación en los alimentos consumidos en las dietas de las vacas, como los balanceados comerciales y expeler de soja.

El dólar preferencial de 200 pesos y 230 pesos en las dos versiones del programa, respectivamente, implicaron un incremento del precio interno de la soja, ya que nadie está dispuesto a vender su cosecha más barato en el mercado interno respecto del mercado externo. De manera que la suba del precio de la soja por el "dólar soja" elevó los costos de producción de leche, entre 5 y 7 por ciento, según el INTA.

Adicionalmente, en algunas cuencas los contratos de arrendamiento se fijan con un valor equivalente a una determinada cantidad de quintales de soja. El encarecimiento de la soja, en estos casos, además eleva el precio del alquiler. El INTA estimó una suba de costos, por este motivo, del 1,34 por ciento.

En paralelo, crece el problema de la sequía, que afecta la productividad sectorial y, en consecuencia, la ecuación de rentabilidad. Se estima que como resultado de la sequía caería la producción diaria de leche en un 6,2 por ciento en 2023.