La flamante Fundación Larivière (que el editor y coleccionista Jean-Louis Larivière inauguró a fines de 2022 en el barrio de La Boca) presenta en estos días la exposición de fotografía latinoamericana “Los sueños de la mujer araña”, en la que exhibe un recorrido por una parte de su acervo, que en total se compone de unas tres mil piezas, dedicadas a la fotografía de América Latina, fundamentalmente del siglo XX.

La Fundación, que busca colocarse como un lugar de referencia, consulta y punto de encuentro de la fotografía de la región, cuenta con enormes espacios contiguos para exposiciones (uno que ya funciona, dedicado al acervo, y el otro, en proceso de reciclado, que será dedicado a nuevas propuestas), y se plantea preservar, estudiar y difundir la obra de los artistas que integran la colección. Para eso tiene además una biblioteca especializada con más de ochocientos volúmenes. En la entrada hay una librería que ofrece obras de y sobre fotografía, publicadas por editoriales latinoamericanas y libros de autor.

La exposición “Los sueños de la mujer araña”, curada por el especialista en fotografía latinoamericana y editor Alexis Fabry, toma libremente como punto de partida la célebre novela de Manuel Puig, El beso de la mujer araña, varios de cuyos núcleos temáticos funcionan como ejes de la exposición.

En la novela, todo sucede en la celda que comparten el militante revolucionario Valentín Arregui Paz y la loca Luis Alberto Molina. Los cruces entre el guerrillero iracundo y la loca sentimental que le cuenta películas y lo enamora, abre un abanico temático que en parte organiza los núcleos expositivos, sugeridos por bandas de colores en el zócalo, que sirven para aludir temáticas en común y trazar un camino posible, más que para establecer afirmaciones fuertes o sentidos obligados.

Puig trabajó con genialidad la relación del discurso cinematográfico de los años cuarenta y cincuenta en la construcción literaria. En la novela que sirve aquí de punto de partida, la ensoñación sentimental del cine que narra Molina termina subyugando al revolucionario Arregui. El despliegue de la exposición toma esta hipótesis (sueño/imagen/relato), a través de temáticas como las disidencias sexuales, la vida nocturna, la violencia política, la resistencia contra las dictaduras y las protestas contra el autoritarismo.

La fotografía como arte y como testimonio problematiza una y otra vez la relación entre imagen y realidad, imagen de la realidad y realidad de la imagen. Y en cuanto al cine como hilo conductor de la novela de Puig, podría cruzarse con la afirmación de Godard según la cual “el cine es la realidad a 24 fotogramas por segundo”. Pensar la foto como fotograma permite pensar la exposición como una película posible de Latinoamérica con sus padecimientos y deseos.

Buena parte de las fotos son argentinas; también hay obras de México, Perú, Colombia, Chile, Venezuela y Brasil; y en menor medida de Cuba, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Uruguay, Costa Rica, Guatemala y Panamá.

Las personas, personajes y grupos fotografiados muestran corporalidades atravesadas por la Historia y a la vez por multitud de historias; por el discurso de la imagen y por relatos tanto políticos como sociales, colectivos y personales; por las convicciones, los dolores y los deseos.

Las imágenes cuentan con referencias completas, datos de los autores y autoras, fechas y demás precisiones que ayudan comprender mejor cada pieza en el conjunto.

Como aclaran los organizadores, “este criterio permite abarcar una memoria visual sorprendente por su diversidad testimonial y técnica, por su intensidad y carga epocal, por la enorme presencia de fotógrafos conocidos, desconocidos e incluso carentes de datos biográficos que han explorado, documentado o denunciado aspectos e historia…” de América Latina.

La exposición cuenta con un exhaustivo libro catálogo de trescientas páginas, con foto de tapa de una obra de Facundo de Zuviría, foto de contratapa de una imagen de Adriana Lestido, y prólogo de Alan Pauls.

(En la Fundación Larivière, Caboto 564, que funciona de jueves a domingo, de 12 a 19 hs, hasta el 31 de marzo. Entrada: $300).