Frente a la Legislatura salteña, en la plazoleta donde se encuentra la estatua del fundador de la ciudad de Salta (Hernando de Lerma), ambientalistas, organizaciones de derechos humanos, organizaciones sociales y vecinos sostienen la protestas. Los encuentros comenzaron hacia finales de setiembre de 2022, en medio de los incendios forestales en las selvas de Yungas del norte y otros lugares de la provincia.

En el día de la educación ambiental (desde 1972, cada 26 de enero), los y las asambleístas recolectaron firmas para un proyecto de ley que presentarán apenas comience el año legislativo en marzo próximo. La iniciativa popular debe contar con 28 mil firmas de cuatro municipios para poder ingresar en algunas de las dos cámaras del congreso provincial. Por lo tanto, la búsqueda de adhesiones continuará en distintos puntos de la ciudad y el interior provincial. Lo importante es que, en nombre de todes les ciudadanes de Salta, el proyecto solicitará que se suspendan por 35 años los desmontes en territorio salteño. También, “que se prohíba el uso de aguas superficiales, subterráneas y periglaciares a la industria minera, petrolera y toda aquella industria o actividad que implique un peligro para la biodiversidad, salud y vida de toda la población” de la provincia.

Recolección de adhesiones para el proyecto de la Asamblea. 

Agua y extractivismo fueron los dos temas claves durante la última asamblea, el jueves último. De viaje por Salta, fue invitado al encuentro Guillermo Folguera, biólogo, filósofo, investigador del CONICET y profesor de la UBA. “El extractivismo es una forma de expulsión y de ordenamiento demográfico”, opinó durante la entrevista con Salta/12. “Se naturaliza la desigualdad social”, mencionó en otro momento. Más tarde, micrófono en mano durante su breve alocución ante los presentes, profundizó sobre otros aspectos claves para comprender la problemática ambiental que nos atraviesa, ya no como salteñes, sino como argentines. “Estamos en un proyecto político que podemos rastrear desde los años setenta y luego, durante los cambios institucionales del menemato de los noventa. Esa matriz nunca fue cambiada”, afirmó. “Así armaron el país que vemos hoy. El proyecto político es el saqueo”, explicó, “y ya tenemos 50 por ciento de pobres. No va a cambiar desde arriba. Da lo mismo para las empresas, les da lo mismo qué consecuencias: no nos tiene que dar lo mismo a nosotros”.

De paseo por el norte argentino, Folguera se mostró sorprendido por los niveles de pobreza que observó en su recorrida turística. A su diagnóstico de viajero, sumó la que tiene que ver con su profesión: “una crisis hídrica total y temperaturas fuera de registro”. En su paso por los Valles Calchaquíes, encontró que el proceso turístico y vitivinícola guarda relación con el agronegocio de las llanuras pampeanas. “Expulsa comunidades hacia las periferias urbanas, extrae demasiada agua y registra una paulatina pérdida de lo público. Todas dinámicas que se conocen por el modelo sojero y que no esperaba encontrar aquí en el Norte. Es una narrativa que se repite”.

El año pasado, Folguera coordinó un libro "Diálogos sobre el modelo agroindustrial argentino”. “Es un problema complejo y necesita muchas miradas”, dijo. Explicó luego que quienes participaron en la publicación, se centraron en plantear problemas y no en construir objetos de estudio según campos disciplinares. “Creo que debemos repensar la democracia que tenemos. Incluir visiones de otras personas, colectivos y comunidades”, agregó.

El litio es otro parche 

“Hay una producción infinita de alimentos. El agronegocio no discute la distribución, tampoco el hambre, ¿qué opinión te merece?”, le consultó este medio. “El hambre nunca estuvo en la ecuación de las empresas”, respondió. “Pasa lo mismo con el litio, nos dicen una verdad a medias. Cuando se aprobaron los transgénicos en 1995, el discurso del agro prometió progreso. Sin embargo, es el discurso de la expulsión y, en el fondo, nunca se discuten las cosas de fondo”. Para Folguera, hay promesas similares (de futuro próspero y progreso) en la transición energética

Acerca de la explotación de litio en los salares de la Puna argentina en las provincias de Salta, Jujuy y Catamarca, Folguera fue más preciso en otro tramo de la entrevista. Los gobiernos y las empresas “están planteando que la Puna será, en el futuro próximo, como un gran queso gruyere. Los humedales que están ahora, los van a secar. Las nuevas técnicas de evaporación de agua son experimentales. En Fiambalá (Catamarca) están planteando extraer el litio en cinco años con una enorme inyección económica”, enumeró. “En realidad se sabe que el litio no va a resolver el problema de fondo (por la desfosilización del modelo de transporte). Es otro parche, para no discutir en problema de fondo: el consumo y la distribución”.

Fabiola Barrios con Guillermo Folguera antes de sus intervenciones durante el encuentro.

La geóloga y ambientalista Fabiola Barrios participó en la asamblea del jueves 26 frente a la Legislatura salteña. En su breve intervención, apuntó directo justamente, a los modelos de consumo. “Nosotres, en Salta, tenemos que darnos cuenta que en alrededor de diez años, quizás antes, vamos a empezar a ver la naturaleza en peores condiciones”, vaticinó en función de la velocidad de entrega de territorios, por parte del estado salteño, a empresas mineras transnacionales para la explotación de minerales. “Hay que salir del ego y unirnos. Cada uno de nuestros actos representa una decisión política sobre lo que va a pasar en nuestro territorios”, dijo. En otro tramo, invitó a todes a pensar en la obsolecencia programada, porque es el método que utilizan las empresas para inducir a cada individuo al consumo permanente.

Barrios opinó finalmente sobre la estatización de los servicios públicos (agua y electricidad) en los cortes de rutas y acampes donde se manifiestan las comunidades y vecinos del norte salteño. “Sea o no la solución estatizar, lo importante es trabajar en un cambio en el modelo de consumo”. Argumentó que nuestros modos actuales fueron y son instalados por el sistema capitalista. “Su objetivo es generar capital sin importar para qué”, profundizó. “Si quienes están en el poder mantienen la misma mentalidad, estatizado o privatizado el servicio (por la luz y el agua) igual van a encontrar los mecanismos para que el saqueo siga funcionando. Los gobiernos están manejados por corporaciones”.