Más de la mitad de las pistas privadas de aterrizaje en la Amazonia de Brasil son clandestinas, de las cuales 800 están ubicadas en reservas indígenas y áreas protegidas. 

En estas zonas las actividades mineras están prohibidas por ley, sin embargo los puntos no registrados de acceso aéreo son parte del avance que tuvieron los mineros ilegales o garimpeiros en los últimos años.

Aterrizaje clandestino

La Amazonia brasileña tiene 2.986 pistas de aterrizaje privadas, el 58% de ellas no aparece en los registros oficiales y un 28% (804 pistas) están ubicadas en reservas indígenas y áreas protegidas, según confirmó un estudio de la red Mapbiomas.

Unas 320 (11%) pistas clandestinas de aterrizaje están en territorios indígenas y 498 (17%) en Unidades de Conservación Ambiental.

Mapbiomas es una organización integrada por ONGs, universidades y empresas de tecnología , que analiza el uso del suelo y examina las imágenes satelitales de la actividad minería en la Amazonia.

La mayoría de las pistas de aterrizaje están en Territorio Indígena Yanomami donde fueron detectadas al menos 75. En la Reserva Raposo Serra do Sol fueron localizadas 58 pistas, en Kayapó encontraron 26, en Munduruku localizaron 21 pistas y en el Parque de Xingu también detectaron 21 pistas clandestinas de aterrizaje.

Desde Mapbiomas explicaron que la minería ilegal tiene problemas logísticos para acceder a las reservas indígenas y ambientales donde las rutas fluviales y terrestres son escasas. En este contexto, los garimpeiros o mineros ilegales requieren del acceso aéreo.

"Ya sea por helicópteros o avionetas, por pistas ilegales o pistas legales cooptadas por la delincuencia, gran parte de la producción minera amazónica se transporta por vía aérea", explicó César Diniz, coordinador técnico de mapeo minero de MapBiomas.

Avance de la minería ilegal

Además, Diniz detalló que de los cinco territorios indígenas con más pistas, tres de ellos son los que tienen una mayor superficie arrasada por la minería: se trata de Kayapó, Munduruku y Yanomami.

Un estudio realizado por Mapbiomas en 2021 da cuenta que sólo en ese año en territorio Kayapó los garimpeiros tomaron 11.542 hectáreas, en tierra Munduruku fueron tomadas 4.743 hectáreas y 1.556 hectáreas del territorio Yanomami, según citó el diario brasileño Folha de Sao Paulo.

El coordinador técnico de Mapbiomas explica que históricamente las pistas se instalaban en áreas protegidas para facilitar la llegada de servicios sanitarios a las comunidades.

Pero lo que no es razonable según César Diniz es que “un número tan elevado de ellos esté ubicado cerca de las minas. Está claro que su finalidad ya no es social, sino servir a la minería ilegal”, afirma citado por Folha

El mes pasado las autoridades brasileñas confiscaron 24 avionetas usadas por los mineros ilegales en Boa Vista, capital del estado amazónico de Roraima.