Una de las bases que sostiene el pedido argentino para renegociar de la meta de reservas del acuerdo con el FMI es el cumplimiento de las exigencias pautadas para el 2022 y la presencia de un terreno algo más allanado para llegar a los otros objetivos del primer trimestre 2023. La dinámica del ajuste fiscal junto al rollover de la deuda pública, que relaja necesidades de financiamiento monetario, son los puntos más importantes en el haber de la economía argentina en los términos del acuerdo.

La última revisión de metas del 2022 fue exitosa para el Gobierno argentino. De acuerdo a los cálculos del CEPA, se cumplió la meta de déficit fiscal acumulado a diciembre de 2015,7 mil millones de pesos, ya que el rojo anual cerró en 1995 mil millones de pesos, equivalente al 2,4 por ciento del PBI. Asimismo, el Gobierno aprobó el objetivo de techo de deuda flotante de 645 mil millones de pesos.

En el terreno monetario, se alcanzó el objetivo de contar con 7300 millones de dólares de reservas internacionales netas y una emisión monetaria acumulada de 664 mil millones de pesos. De acuerdo al calendario del FMI, el próximo 10 de marzo se revisa el cumplimiento de la meta del cuarto trimestre y el 15 de abril el organismo realizaría el desembolso de 5400 millones de dólares.

Lo que viene

Bien entrado el calendario electoral, aparece la evaluación de las metas del primer trimestre de 2023, en junio, y los desembolsos correspondientes, en julio. Es decir que la relación con el FMI estará bien teñida del condimento político.

De acuerdo a los cálculos del CEPA, la meta de déficit fiscal del FMI para el primer trimestre es del 0,26 por ciento del PBI. El problema es que sólo en enero se acumuló un déficit de 0,12 por ciento, del orden de los 203 millones de pesos, cuando el techo es de 441,5 millones.

"La debilidad de los ingresos y el incremento del gasto aumentaron el déficit del mes. Pero la razón principal fue la cancelación de la deuda flotante", explica el CEPA, que detalla que el gasto primario creció en enero en términos reales un 6,2 por ciento, mientras que los ingresos cayeron 3,2 por ciento.

El factor decisivo para explicar la caída real de los ingresos en enero es el deterioro de la recaudación por retenciones. En efecto, los derechos de exportación registraron una merma en términos reales del 29 por ciento el mes pasado. En cambio, la recaudación por medio del IVA tuvo un alza del 2 por ciento y Ganancias, del 3 por ciento.

Por el lado del gasto, el incremento se debe al pago de caja de gastos devengados durante el año fiscal 2022, junto a erogaciones vinculadas a la obra pública y gastos sociales y subsidios económicos. 

"El mal resultado de enero complejiza el cumplimiento de la primera meta fiscal del año. De todas formas, con el ritmo actual de contracción del gasto podría cumplirse, sumado a la elevada cancelación de la deuda flotante otorgaría mayor margen de acción para la aprobación del primer trimestre", sostiene el CEPA. 

Para todo 2023, la meta de déficit fiscal del acuerdo es del 1,9 por ciento del PBI. En la mirada del equipo económico, alcanzar los objetivos de déficit fiscal es un paso importante para desandar expectativas inflacionarias. Sin embargo, el año empezó mal en materia de precios y las consultoras nuevamente esperan una inflación cercana al 100 por ciento.

En cuanto a la meta monetaria, por un lado "el extraordinario rollover conseguido en la colocación más importante de diciembre pasado asegura el cumplimiento de la meta monetaria en el último trimestre del 2022 y también garantiza el objetivo en el primer trimestre de 2023", indica el CEPA.

De modo que la situación más complicada en cuanto al cumplimiento de las metas tiene que ver con la acumulación de reservas. El punto clave es qué efecto tendrá la sequía en las exportaciones del complejo oleaginoso. De acuerdo a las estimaciones sectoriales, el impacto de la sequía en las exportaciones podría llegar a más de 12 mil millones de dólares en el peor escenario. En cambio, si las lluvias llegan, esa merma podría descender a un rango entre 6 a 9 mil millones de dólares.

El elemento relativamente positivo está dado por la inauguración del gasoducto de vaca Muerta, prevista para julio. En 2023 el primer tramo del gasoducto permitirá ahorrar 650 millones de dólares por sustitución de importaciones, pero el ahorro total de divisas llegará a los 1500 millones de dólares respecto de 2022 por la caída de los precios del GNL en el mercado internacional.