Juan Manuel Abal Medina vivió momentos claves de la historia argentina en primera persona. Por eso no necesita que le cuenten ciertas conversaciones de pasillo en momentos centrales, como fue el detrás de escena del regreso de Juan Domingo Perón al país. O cómo fue escalando posiciones José López Rega. O el asesinato a José Ignacio Rucci. O tantas otras cosas que tuvieron a Perón y el peronismo como protagonistas.

Todos estos registros, el histórico dirigente peronista los dejó plasmados en su último libro “Conocer a Perón” (Editorial Planeta). En diálogo con Cynthia García por AM750, Abal Medina contó que en estos últimos años se sintió en la “obligación” de armar este texto. “No quería morirme sin haber escrito antes lo que conocí del General y de mi hermano Fernando. Lo que fueron uno y otro”, agregó sobre este tema.

“Rucci era como un hijo para Perón”

Entrevistado por La García el dirigente peronista contó cómo afectó al General el asesinato, en lo que se cree que fue una maniobra de Montoneros, del dirigente sindical José Ignacio Rucci, a quien, dijo, quería como a un hijo.

Yo creo que una cosa fueron los Montoneros originales y otra posterior a la fusión con la FAR. Las diferencias ideológicas se podían discutir, pero asesinar a alguien tan importante para el General y tan notoriamente importante en todo aquel proceso, tan conocidamente por ellos, querido por el General, realmente era un tema central”, comenzó.

Y añadió: “La barbaridad es que el General quería mucho a Rucci. El tipo de cariño que tenía el General con Rucci solo lo vi con Rodolfo Galimberti. Eran como sus dos hijos. Eran dos de sus partes políticas. Estaba todo el esquema político tradicional de peronismo que era muy importante”.

“Rodolfo era muy joven, bastante más joven que yo. Pero, eran los que se permitían hacer con el General cosas que nadie se permitía. Rucci le hacía bromas con los zapatos de dos colores que usaba. Galimberti se permitía llegar tarde a las reuniones con el General. Los quería mucho”, comentó a la par que relataba lo que eran escenas cotidianas.

Finalmente, sobre el asesinato al dirigente sindical, comentó: “Que mataran a Rucci afectó mucho la salud del General. El General estaba destrozado. Le agarraban ataques de odio. Estaba golpeadísimo. Volvió tarde al país. Los responsables más claros son la canalla gorila que mantuvo al General lejos de su pueblo”.

Cuando López Rega se volvió “imprescindible” para Perón

En otro tramo de la entrevista, comentó el proceso por el que se fue dando cuenta que José López Rega se había vuelto “imprescindible” para el General. Para empezar sobre el tema, sostuvo: “Yo tardo en darme cuenta de quién era verdaderamente. Nunca le hice caso, a la inversa de mucha gente. Porque, en general, se le hacía caso. Por las dudas. Todo un tema de manejo de corte”.

“Yo no participaba de esa situación. Yo le quitaba totalmente importancia. Pero cuando veo al general pocos días antes de la elección del 11 de marzo, para los últimos movimientos previos, el General había tenido un deterioro mayor al de febrero y me dice 'suerte que tengo a este loco que hasta se queda despierto toda la noche para darme mis medicinas'. Ahí veo que había tomado un papel imprescindible para el General”, narró.

Y, luego, indicó: “Esto me prende luces de peligro. Porque, previamente, yo al General lo veo muy desmejorado. Este hombre me había hablado cosas contra Cámpora. Noté que era un peligro. No consideré oportuno, por la salud con la que lo vi al General, ahondar en el asunto. Lo toqué luego. Pero, evidentemente, empezaba a tomarse atribuciones”.