La grave situación que atraviesa la Orquesta Sinfónica Nacional, cuyos integrantes denuncian “vaciamiento artístico” por parte del Ministerio de Cultura, sumó otro capítulo público. Las próximas fechas de la orquesta –anunciadas para el 4 y 11 de agosto próximos– fueron canceladas sin explicación alguna, tal como ocurrió con los de la semana anterior. Mariano Chiacchiarini, quien iba a dirigir estos conciertos, envió una carta desde Alemania denunciando la situación y solidarizándose con la orquesta: “Los problemas no son nuevos, y, aunque sé que esta carta puede costarme caro, considero que se ha tocado fondo y es mi deber manifestarme públicamente”, dice allí. También Martha Argerich, que mañana tocará adentro y afuera del Colón junto a Daniel Berenboim, sentó posición: “Es lamentable que un organismo sinfónico como este, que es embajador de la cultura de toda una nación, sufra vicisitudes tales que dañen su funcionamiento”, escribió la pianista. 

  Como comenzó a hacer público en los últimos conciertos que pudo dar, vistiendo ropa de calle como modo de llamar la atención, el mayor organismo estable del país se encuentra en una situación crítica. Todas las giras nacionales e internacionales se encuentran suspendidas, también sin explicación oficial, al igual que los concursos. Los músicos que ocupan esos cargos como contratados no cobran sus salarios desde hace meses, algunos, desde el año pasado.Y varios de ellos comienzan a irse a otras formaciones. Pese a todo el panorama, los integrantes de la orquesta dicen que quieren seguir tocando. Pero ahora, además, comienzan a suspenderles los conciertos. “Esto confirma que quieren invisibilizar nuestra protesta; no quieren que le contemos al público lo que estamos viviendo”, denuncian los músicos. 

Ante esta situación, diversos directores comienzan a pronunciarse públicamente. El puntapié inicial lo había dado la semana pasada el chileno Francisco Retting, a quien también se le adeudan conciertos, y que se volvió a su país al comprobar que ni siquiera tenía la reserva de hotel. A pesar de que la orquesta quería hacer los conciertos de todos modos, bajo otra dirección, finalmente fueron cancelados. “Desde años he sido considerado un amigo de la orquesta y, como tal, es que en algún momento alguien tiene que decir basta a las irregularidades a las que se ve sometida”, escribió entonces el prestigioso director. “El problema que acabo de tener, que tienen otros distinguidos colegas, es menor frente al que tienen muchos de sus integrantes que por meses no han cobrado sus salarios: Cancelaciones de conciertos, compromisos nacionales e internacionales, falta de presencia territorial de una orquesta que tiene el carácter de nacional”, enumeraba.

Chiacchiarini no llegó a viajar, aunque ya había recibido su pasaje para venir a dirigir. En este caso no medió “plantón” alguno, como tampoco se explicó la abrupta cancelación. El director argentino radicado en la ciudad alemana de Colonia tituló luego su carta: “Un insulto a los artistas y a su público: cuando compromiso y entrega nada valen”. “Esta carta no tiene fines políticos. Es la obligación de denunciar la grave situación de destrato hacia la Orquesta Sinfónica Nacional Argentina, a los artistas que con ella colaboran y desde ya a su público”, advierte allí. “Ayer recibí con tristeza aunque casi con normalidad la nueva cancelación de dos fechas de la Sinfónica Nacional Argentina, en este caso conmigo como director invitado. Me comunicaron por teléfono que por orden del ministro y sin razón oficial alguna, se cancelaban las fechas programadas. Estas citas eran reemplazos improvisados a las giras canceladas a China-Corea y al Noroeste Argentino. Sumadas a la gira cancelada en 2016, ya son tres los compromisos conmigo de este tipo sorpresivamente anulados”, cuenta. “No es un detalle menor que aún no tengo un escrito oficial justificando la decisión de la no realización de los conciertos”.

“Mi compromiso con la OSN es total, mi solidaridad con sus músicos absoluta. Desde hace años colaboro con ellos y veo un elenco unido, con claras metas artísticas desde el nuevo comienzo en la nueva sala y con un proyecto boicoteado constantemente por los graves problemas de público conocimiento”, continúa el director. “Hoy la OSN quería tocar. Y yo con ellos. Nos han negado nuevamente esa posibilidad”, concluye. 

Ayer sumò sus palabras Martha Argerich: “Tengo una profunda preocupación ante las noticias que me llegan de la actual situación que atraviesa la querida Orquesta Sinfónica Nacional de Argentina (...). Brego por que prontamente las autoridades pertinentes encuentren el camino para la solución de todos los problemas que sufre esta querida orquesta”, escribió (ver aparte). Mientras tanto, la OSN continúa sin poder tocar, y sin obras ni directores para ensayar.