Con los plazos vencidos para su reglamentación, la (festejada) ley que autoriza el uso del cannabis medicinal hoy es inaplicable. Mientras el Gobierno esquiva una respuesta, la Justicia comenzó a recibir los primeros pedidos para que los usuarios no queden al borde de la ilegalidad. 

La decisión de la Cámara marplatense no sorprendió a quienes impulsaron la aprobación de la ley. Valeria Salech, integrante de Mamá Cultiva, dijo a Página/12 que la intervención de la Justicia en casos como este “hubiera sido evitable si la ley estuviese reglamentada”. “Es una necesidad urgente, no se puede esperar más, las familias ni siquiera pueden esperar a que el Estado esté en condiciones de proveer el aceite de cannabis”, amplió.

El médico especialista en tratamiento del dolor, también impulsor del uso de la marihuana con fines terapéuticos, Marcelo Morante, advirtió que “ahora lloverán recursos de amparo para que las obras sociales garanticen la provisión del aceite”. 

De hecho, Construir Salud se opuso al fallo de primera instancia que le ordenaba entregar el medicamento. Los padres del chico y su defensa presentaron un recurso de amparo y los camaristas Jorge Ferro y Alejandro Osvaldo Tazza aceptaron el pedido, ratificando de hecho el fallo que había dictado el juzgado federal número 4. 

Para los camaristas, en la causa "se encuentran en juego los derechos de la persona, entre ellos el derecho a la vida y, en consecuencia, el derecho a la salud, reconocidos en documentos internacionales ratificados por nuestro país". 

Sin embargo, Morante adelantó a Página/12 que podría esperarse una “reglamentación restrictiva” por parte del Ejecutivo que, incluso, empeoraría el panorama para las familias que acuden al cannabis medicinal. 

Salech advirtió al Gobierno que “si pretende que dejemos de cultivar, es una locura”. “El INTA ni siquiera sabe qué variedad de cannabis va a sembrar, no está definido qué fuerza custodiará las plantas, todo eso lo tiene que definir la reglamentación”, agregó.

Mientras tanto se ha producido un crecimiento exponencial de la demanda de cannabis medicinal, según registró Mamá Cultiva. Desde hace un año, cuando el tema tomó estado parlamentario, la organización recibe unas 100 consultas diarias, de potenciales usuarios, y el ritmo no decae. 

La reglamentación también debe definir el alcance del artículo 8 de la ley, que establece la creación de un registro voluntario de usuarios autorizados a consumir cannabis medicinal. Según Mamá Cultiva, el registro también debería incluir a los cultivadores.

Salech aclaró que “no sólo hay que proteger a quienes importan el producto, sino también a quienes cultivamos, que somos miles”.