Ayer se confirmó el primer caso de fiebre chikunguña en un hombre de 49 años procedente de Asunción, capital de Paraguay, quien ingresó a la provincia de Salta presentando síntomas de la enfermedad. 

El paciente se había alojado en un hotel céntrico de Embarcación, municipio del departamento San Martín, tras haber entrado a la provincia el domingo pasado junto a dos compañeros de viaje. 

Según se informó, empezó a presentar síntomas como dolor de cuerpo, fiebre, cefalea, mialgia, artralgia, dolor abdominal y dolores articulares en mano. Al día siguiente, los síntomas se redujeron pero continuó con dolores articulares por lo que realizó una consulta en el Hospital San Roque de Embarcación.

Al ser asumido como sospechoso de dengue, se le realizaron estudios para detectar si lo había contraído, pero el resultado fue negativo. Fue entonces que se envió una muestra al Hospital Señor del Milagro de la capital salteña, donde finalmente se confirmó que tenía fiebre chikunguña.

El hombre regresó a Paraguay el martes último, luego de que se le informe sobre su situación de salud. Según la fuentes oficiales, sus compañeros de viaje no presentaron síntomas y hasta ayer no se habían conocido otros casos sospechosos.

Se indicó que a los fines de erradicar la posible presencia del vector, en Embarcación se realiza el bloqueo y rastrillaje correspondiente.

Además, se trabajó en el hotel, con un bloqueo de 9 manzanas a la redonda, y en 10 días se realizará nuevamente el control de febriles.

“Aislar” a migrantes con fiebre

En la emisión del programa televisivo local “Pasaron Cosas” el ministro de Salud, Federico Mangione, manifestó su intención de buscar una manera de evitar que el sistema de Salud de frontera colapse ante la cantidad de ciudadanos de Bolivia que requieran atención en Argentina.

“El 70 por ciento de los pacientes con dengue eran bolivianos”, sostuvo al referirse a las atenciones brindadas en Salvador Mazza, ciudad que se encuentra en la frontera Argentina y que limita en Bolivia con la ciudad de Yacuiba.

El funcionario salteño insistió con la idea volcada días atrás, al sostener que se está trabajando “en el tema de la frontera para ver si frenamos un poquito (...) por lo menos tomarles la temperatura, porque en realidad al problema nos lo trajeron ellos a nosotros”.

Aclaró que si bien el sistema argentino de salud “no niega” la atención a los migrantes, “aunque ellos (por los organismos de Bolivia), lo hacen”, se podría “medir la temperatura y tener un consultorio febril y aislarlo (al paciente que ingresa por la frontera), para hacer un control más exhaustivo”, y evitar la internación.

Hasta el momento ninguna autoridad nacional pudo confirmar a Salta/12 que haya un pedido en tal sentido. Sin embargo, algunos sectores recordaron que si bien Mangione se refirió a las medidas tomadas en Argentina a raíz de la covid-19 con el cierre de fronteras en su momento, las restricciones y controles que se hacían en aquellos tiempos “no tienen nada que ver con esto”.

Indicaron que en caso de querer hacer algo, se debería crear una normativa que justifique el accionar dado que la Ley de Migraciones N° 25.871 establece en su artículo 6º, que “el Estado en todas sus jurisdicciones, asegurará el acceso igualitario a los inmigrantes y sus familias en las mismas condiciones de protección, amparo y derechos de los que gozan los nacionales, en particular lo referido a servicios sociales, bienes públicos, salud, educación, justicia, trabajo, empleo y seguridad social". 

El artículo 8º de esa normativa ratifica que “no podrá negársele o restringírsele en ningún caso, el acceso al derecho a la salud, la asistencia social o atención sanitaria a todos los extranjeros que lo requieran, cualquiera sea su situación migratoria. Las autoridades de los establecimientos sanitarios deberán brindar orientación y asesoramiento respecto de los trámites correspondientes a los efectos de subsanar la irregularidad migratoria”.