Utiliza todo lo que tiene a su alcance para cambiarle la realidad a una persona que está atravesando un mal momento con un pequeño gesto. El es Israel Damonte, un ejemplo de solidaridad. El volante del Estudiantes invicto, que lidera en soledad el campeonato, en diálogo con PáginaI12 se refirió al buen momento que atraviesa el club platense, y el retorno de Juan Sebastián Verón al fútbol (ver aparte). Además, contó su admiración por el cantante Axel, debido a su costado solidario. El oriundo de Salto volverá a ser titular hoy, luego de superar una lesión en el sóleo izquierdo, cuando su equipo visite a Banfield desde las 18.30.
–¿Cuál es la explicación de este gran momento?
–Estudiantes viene realizando desde hace tiempo un buen trabajo en inferiores. Además, mantiene una misma base desde hace cuatro años. Cuenta con jugadores que ganaron varios títulos importantes para el club, como Leandro Desábato, Mariano Andújar y Rodrigo Braña, por nombrar a algunos. A eso hay que agregarle los chicos que se sumaron desde las categorías formativas. Por otro lado, se formó un buen grupo y tenemos un gran cuerpo técnico, con personas que conocen el club. Cuando no tenés la billetera gorda hay que apuntar al sentido de pertenencia, y eso es lo que sucede acá.
–¿Es difícil mantener una idea a largo plazo en el fútbol argentino?
–En el plano económico, los clubes necesitan mucho dinero para subsistir. Un club como este que cuenta con una gran cantidad de actividades, todo lo termina financiando siempre el fútbol. En los últimos años Estudiantes vendió ocho jugadores a Europa, y eso contribuyó a disminuir la deuda que tenía la institución. Entonces, el club depende de esas ventas para mantenerse, y por eso cuesta preservar a los planteles. 
–El mediocampo cuenta con un elevado nivel, ¿considera que es una de las claves de este elevado rendimiento?
–Tenemos cuatro jugadores de jerarquía en una posición que es importante para el equipo. Es el sector que da la pausa, la estabilidad, y desde donde arranca la presión. En esa posición alternan jugadores jóvenes con otros de experiencia, y eso genera que el equipo se sienta firme. Obviamente que todos los jugadores son importantes, pero tener un mediocampo de calidad ayuda mucho al equipo.
–¿Cómo definiría a este Estudiantes?
–Un equipo trabajador, duro para cualquier rival y que conoce sus limitaciones. Además, también conoce sus virtudes. Por otro lado, contamos con un gran cuerpo técnico que trabaja cada día para achicar el margen de error partido a partido.
–Estudiantes está invicto, es una de las mejores defensas y de los equipos más goleadores, ¿le molestan las críticas?
–No me molestan las críticas. En este país sucede que se instalan cosas. Y muchas veces no provienen de un buen análisis, sino de un periodista, o un hincha, por nombrar a algunos. El Estudiantes que ganó la Copa Libertadores en 2009 convivió con el mote de antifútbol. Pero, ¿quién dice eso? No ven cómo trabaja el equipo, si defiende bien o si cambia la forma de jugar según el rival. Solamente instalaron una palabra que provenía de los campeones del mundo de este club, a finales de la década del 60, y quedó. Hoy, por ejemplo, se dice el Barcelona de Boedo por San Lorenzo. Se instalan términos. Sé lo que somos, lo que hacemos y cómo trabajamos. Somos un equipo, no el antifútbol. Entonces, que hoy estemos entre los tres o cuatro primeros es porque hay trabajo, no por antifútbol. Por eso, las críticas mucho no me molestan. 
–¿Qué piensa sobre la vuelta de Verón al fútbol?
–Nos ilusiona a todos. Nos dijo que va a ser parte del plantel. Y todo lo que sea para sumar siempre es bienvenido.  
–¿Va a jerarquizar aún más al plantel?
–Sí, por su historia, y por lo que representa para el club y para la gente. Esperemos desde nuestro lado poder ayudarlo. No sólo que él nos dé a nosotros. Debe ser recíproco para que se sienta cómodo.
–¿Es atípica la situación de jugador y presidente?
–No me tocó vivirlo nunca, tampoco al resto de mis compañeros. Va a ser algo diferente. Muchos fuimos compañeros de él. Por eso esperamos que pueda sentirse cómodo. Será una experiencia nueva.
–Visita a chicos que están internados en hospitales, por nombrar a una de las actividades solidarias que realiza, ¿por qué lo hace?
–Porque es una forma de ayudar o de hacer sentirse mejor a una persona que está pasando un mal momento, solamente con la presencia. No me cuesta nada, sólo tiempo, y me gusta usarlo a favor de personas que no la están pasando bien. No me gusta que me obliguen a hacerlo, nace de mí. Me cuentan o leo algo en las redes sociales y trato de acercarme. Sé que las cosas vuelven cuando uno hace el bien. Además, me hace bien y me gusta. Lo hago no solo por el otro, sino por mí también. Trato de dar una mano: mandar un mensaje, llevar una camiseta o a alguno de mis compañeros. Intento ayudar a los chicos que voy a visitar, o personas que necesitan un golpe en lo anímico.
–Cuando estuvo en Nacional forjó una relación con Kenia, una simpatizante que estaba internada en grave estado, ¿le impactó mucho su historia?
–Lo de Kenia salió a la luz, y algunas cosas se fueron agregando como en toda historia. Con ella entablé una relación no muy grande, pero sí fui a verla un par de veces. Era una chica que estaba muy enferma, que estaba pasando un mal momento y que era muy fanática de Nacional. Ella tenía fotos mías cuando fui a visitarla al hospital. A partir de ahí me apegué un poco más. Traté de estar y de acompañarla en todo momento. Muchas veces no lo hago para que digan “mirá lo que hace Damonte”. Pero muchas veces sí: porque si sale a la luz sirve para que las personas que son conocidas se sumen a la iniciativa. Un ejemplo desde la música es Axel, alguien muy solidario, a quien sigo en las redes sociales.
–¿Cuál fue el mayor sacrificio que tuvo que hacer para estar donde está hoy?
–Venirme a los once años desde mi pueblo (Salto) y dejar a mis amigos, y a mi familia principalmente. Todo por un sueño que era ser futbolista. Hoy, a la distancia, sé que pasaron muchos años y disfruto de ser jugador de fútbol, y más de este club que me ayudó en demasía. Pero sé todo lo que viví y lo que me costó poder estar donde estoy hoy. Me perdí un montón de cosas: momentos lindos con mi papá, mamá y mi hermano mayor que hoy ya no están. Más allá de todo, esas personas me ayudaron mucho a estar donde estoy hoy, y a tomar esa decisión.