La ola de calor, la novena de este caluroso verano llegó a la ciudad de Buenos Aires, y a decenas de localidades bonaerenses, para arrasar con la forma en que transcurre la vida cotidiana en este atípico mes de marzo. "En la comuna 7 hay cortes. Los vecinos están muy angustiados, tenemos cortes prolongados como un edificio en Avenida Eva Perón 1471 (Parque Chacabuco) que lleva 13 días sin luz, en Flores hay zonas que hace 24 horas están sin luz, pero la semana pasada fueron 6 días y el año pasado 8, 9 cortes en el año, una reiteración inexplicable de cortes, y siempre en los mismos lugares, eso es lo que da más bronca”, denunció Julián Cappa, comunero de la 7, por el FdT. En diferentes puntos de la ciudad, la bronca de los vecinos sin luz se hizo sentir con protestas y cortes de calles, en reclamos extendidos por diferentes barrios. 

En las primeras horas de la tarde de este martes, cuando la temperatura fue mayor a los 35 grados y la sensación térmica en CABA y alrededores superó los 42.4 grados, la cantidad de usuarios afectados pasó la marca de las 100.000 unidades. Esto es: casas de familia, negocios, colegios, geriátricos. Según datos del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), ya eran más de 185 mil usuarios del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) los que estaban sin luz, antes de las 16 horas.

Ante este cuadro crítico, el ENRE informó que “en los próximos 90 días" elevará al Congreso "el informe técnico de la auditoría” que evalúa “la prestación del servicio público de distribución eléctrica por EDESUR S.A”. Y adelanta que “la falta de atención en tiempo y forma de los reclamos" y la demora en la reposición del servicio, “pueden afectar la continuidad de la concesión”.

Ante el calor extremo los vecinos reclaman por “falta de previsión” de las energéticas, y la displicencia de las políticas públicas que en CABA, muestran falta total de contención ante la emergencia, por parte del Gobierno porteño. Agrupados en asambleas barriales convocan a "ruidazos por cortes de luz" en diversos puntos de la ciudad. El reclamo es por inversión en infraestructura eléctrica, por los protocolos de emergencia y por el equipamiento necesario para Hospitales y escuelas.

Reclaman especialmente a Edesur. Y porque en CABA “el Gobierno no participa de operativos de contención, ni con Defensa civil, ni puestos hidratantes” denuncia Cappa.

Lila es psicóloga y vive en Caballito. Está en la casa de uno de sus hijos para poder atender en forma virtual a los pacientes que tienen consulta a la tarde. En su barrio, el drama de no tener luz motivó “el operativo clamor ¡porque podamos tener agua!” describía un vecino, por la seguidilla de trastornos que ocasionó el drástico corte de luz: “En menos de 10 minutos los usuarios sin luz del AMBA sólo de la empresa @OficialEdesur, pasaron de 52.738 a 97.866”, twiteó el periodista Martín Suárez.

“El gobierno de CABA no está ayudando todo lo que podría –señala Cappa--, porque tiene grupos electrógenos, tiene personal, y no están ayudando frente la emergencia, si bien la empresa no hizo las inversiones –advierte--, la Ciudad debería estar ayudando, en la calle, por tantísimo calor”. El comunero sostiene que “no parece normal que un Gobierno con un presupuesto tan alto no tome medida frente a esta calamidad, más allá de un flyer o un video”. Las soluciones son políticas, afirma, “y esto se hace en la calle no en las redes sociales”, denuncia.

En varias localidades bonaerenses y barrios porteños la energía eléctrica se ve afectada tanto por cortes programados como por interrupciones imprevistas en el servicio de alta, media y baja tensión. La corrosiva jornada de calor trajo marcas inusuales y tristemente récord: apagones en Almagro, Balvanera, Boedo, Retiro, Flores, Floresta, Villa del Parque, entre otras. También en zonas de Villa Devoto, Cavallito, Palermo, Recoleta. Y aun cuando se espera que las lluvias, que ya llegaron al centro y norte del país, refresquen el ambiente este martes por la tarde, el descenso de temperatura se daría recién a partir del jueves con mínimas de 23 grados y máximas de 30. Mientras tanto, esta ola de calor, recién va a retirarse hacia el fin de semana cuando la temperatura promedio se establezca en 28 grados.

Argentina soporta este año el verano más cálido del que se tiene registro en décadas, con temperaturas récord y falta de lluvias que mantienen al país bajo alerta meteorológica. El mapa de este drama define en el territorio operado por Edesur un total de 172.442 clientes sin servicio a media tarde. En más de treinta localidades bonaerenses y en más de la mitad de los barrios porteños. En la zona de Edenor, se estima un total de 12.600 usuarios sin luz por interrupciones en el servicio de media o baja tensión, en CABA y en otra treintena de localidades bonaerenses.

Altas temperaturas

"En la comuna 7 hay cortes –detalla Cappa--. Los vecinos están muy angustiados, tenemos cortes prolongados como un edificio en Avenida Eva Perón 1471 que lleva 13 días sin luz (Parque Chacabuco), en Flores hay zonas que hace 24 horas están sin luz, pero la semana pasada fueron 6 días y el año pasado 8, 9 cortes en el año, una reiteración inexplicable de cortes, y siempre en los mismos lugares, eso es lo que da más bronca”, manifiesta.

“Las mentiras y la falta de respuesta de Edesur” es lo que genera bronca, insiste. “No atienden, dicen que fue la cuadrilla y no fue, la gente se pone mal, además del dinero que se pierde en comidas y en cosas que se dejan de hacer” explica, antes de salir al relevamiento de cortes. Y para llevar agua potable que donó Aysa –la empresa nacional de agua--, porque en muchos casos cuando no hay luz no hay agua, agrega.

Si bien el ENRE habilitó canales para pedir el resarcimiento económico, el trámite es engorroso: los hay por corte reiterado, por corte prolongado y artefacto quemado. “Esto es interesante porque tienen que reponer el 100 por ciento de la reparación o la reposición”, señala Cappa. Pero añade: “El resarcimiento económico es bueno, pero tarda, y no implica una mejora ante el hecho de que la gente, hoy, no tenga luz, cuando se sabe que en esta época, va a suceder esto”, sostiene.

“Sabiendo esto –aporta Lila— se pueden implementar políticas que tomen las experiencias anteriores, para hacer cortes programados como en otras épocas donde las personas podían acomodar sus vidas, su trabajo. No era lindo pero había posibilidad de organizar qué hacer con el agua, con los alimentos, y es algo que debe salir de pensar una política energética que realmente atienda al ciudadano” sostiene.