I.

En esencia un psicoanálisis cura por reintroducir la surrealidad[i] propia del deseo: el discurso del analista es la conducción política de vacíos hechos palabra, cuyo horizonte es el tratamiento de un objeto desplazado, como movido, en sobreimpresión (...) por procuración y no por descripción[ii]. Dicho discurso se encarga menos de una formalización inmediata del inconsciente --cual si fuéramos lectores de mentes, adivinos o gurúes neurocerebrales-- que de un acceso a su estructura formal: vía regia, o mejor dicho plebeya, que implica un tránsito tan trabajoso como poéticamente reparador.

Psicoanálisis, Feminismo, Peronismo: happening criollo, masivamente borgeano más nunca psircológico, en tanto el inconsciente está estructurado como una retórica que urge hacer emerger como espíritu manifiesto. Nuestro horizonte es convertir la alienación tilinga en drama singular, novela nacional y popular del neurótico. Una novela que se resiste a sí misma y, por ello, puede narrar novedades ancestrales.

El feminismo nace en la tragedia de la desigualdad: abusos, femicidios, la ilegalidad del aborto y el hecho de tener menos acceso a derechos. Es porque se constituye en movimiento que irrumpe como resistencia, y que a su vez las genera. Pero allí donde había tragedia es posible también resistir desde la alegría, incluso la parodia. Es necesario un tiempo de trabajosa compresión para que de la contradicción inicial y aparentemente inconciliable entre dolor y amor advenga hecho político, estético y popular. El psicoanálisis es otro movimiento en resistencia permanente, subversivo justamente cuando quienes lo practican se atreven a resistir cualquier atisbo cosmovicioso; y el peronismo es esa metadoctrina permisiva hecha praxis política que resiste y vuelve, aun estando en el “poder”. Tres movimientos con contradicciones tan poderosas como sus convicciones, los cuales no son sin un sentido del humor político.

II.

Freud definía a la neurosis como la incapacidad de tolerar la ambigüedad. Para la izquierda y sus bondades, decía Masotta, es duro aceptar las perspectivas contradictorias: “¿no será que los hombres de élite, progresistas o conservadores, liberales o totalitarios, socialistas o católicos, terminan todos por parecerse?”[iii].

Sujeto del psicoanálisis, feminismo, peronismo: historia encarnada en eterno soñar. El sujeto en Freud de “interno” no tiene un pelo, sino que está sujetado por un deseo a otros deseos. Es ese que pelea contra, Masotta dixit, una filosofía espiritualista de la intimidad. Intercorporeidad propia de una movilización popular en Plaza de Mayo: masa sintiente hecha pueblo que nos obliga amable pero fervorosamente “...a salir de nosotros y buscar la unidad y la unión de las junturas en el cuerpo del otro[iv]. O al decir de María Moreno, “la movilización es la ruptura del tabú de tocarse con otros, un provisorio sentirse igual al que marcha a nuestro lado, paréntesis a la clase, la raza, el género”[v].

III.

Quien se analiza comienza balbuceando stand ups --literatura hipsteryoica, política y edípicamente correcta-- y concluye ensayando monólogos más allá de sí, previo pasaje por el incómodo lugar de expectador que trabaja conjeturas hiperrealistas.

Analizante es quien contraficciona sus creaciones literarias y fantaseos, habiéndole caído la ficha de que nada de lo más singular es “individual”, ni siquiera soñar. No anhela ser todo lo que está bien, ni mucho menos sostener un decir tan intimista y vulgar como melancólicamente cool. Un analizante no sale en un podcast. No es quien retrocede tilinga y defensivamente ante lo cringe de su síntoma --queriendo quedar bien con Dios y con el Diablo progresista-- sino quien lo conduce con valentía barroca: su horizonte es bizarro, deseante.

IV.

Cierto materialismo dialéctico crítico supo perfilar un serio problema, a saber, la escisión seudo epistémica de la subjetividad: entre objetivación y subjetivación, o entre automatismo y psicologización, dicho materialismo no terminó de posibilitar un horizonte emancipatorio concreto en tanto soñable; aun cuando crítico y preciso en sus diagnósticos, omitió ello más acá de la materia, esa cosa espiritual que, en esencia, causa que las divisiones sean, aunque insalvables, habitables.

¿Hay tal cosa como un “deseo individual”? ¿No sería el peronismo lo que justamente refuta ello por mostrarlo precoz, puerilmente superado?

Deseo, política freudiana: un tránsito desde la intersubjetividad edípica de las pequeñas diferencias, de la identificación hipstérico-gorila, hacia la intrasubjetividad de lo común que corrobora de hecho, de palabra, que no hay nada menos “interno” que un conflicto.

Psicoanálisis para el pueblo, o popular, no implica demagogia, ni exageración, ni utopía. Un psicoanálisis en torno al pueblo simplemente recuerda que el sujeto nunca es uno, ni otro, ni uno monista, economicista; tampoco abstractamente colectivo, ni mucho menos individual. “Sujeto individual” son los padres [gorilas]. Sujeto es ello que no es nada de todo [lo anterior] y que, al mismo tiempo, en su reverso, puede llegar a ser lo más lejano, el territorio más propio e inhóspito. Mucho menos que la fantochada de “lo múltiple”, mucho más modesto que “lo Uno” y aún mucho menos que síntesis intermediara de dichas categorías. Sujeto: ser y tiempo estructurado como una neurosis pero, antes bien, sujeto de inconsciente por su inmanencia potente. Sujeto-pueblo por la intimidad periférica, excentrada más nunca extraterritorial.

Julián Ferreyra y Sofía Rutenberg son psicoanalistas. Autorxs de “Psicoanálisis, Feminismo, Peronismo” (Hacer-Clínica / Editora, 2023).

Notas:

[i] El prefijo sur- es intencional.

[ii]Masotta, O. (2010[1968]). “Jacques Lacan o el inconsciente en los fundamentos de la filosofía”. Conciencia y estructura. Buenos Aires: Eterna Cadencia (p.114).

[iii]Masotta, O. (2010[1968]). “Sur o el antiperonismo colonialista”. Conciencia y estructura. Buenos Aires: Eterna Cadencia (p.145).

[iv]Masotta, O. (2010[1968]). “Jacques Lacan o el inconsciente en los fundamentos de la filosofía”. Conciencia y estructura. Buenos Aires: Eterna Cadencia (p.122).

[v]Moreno, M. (2019). “El íntimo cuchillo en la buzarda”. Loquibambia (sexo e insurgencia). Santiago de Chile: Universidad Diego Portales (p. 39).