Una bicicleta con la que Mike Wolfe se topó en un tacho de basura y vendió por un puñado de dólares. Así, con solo cinco años, inició su camino como un “Indiana Jones de la chatarra” a comienzos de los ’70. Pasó el tiempo, el niño se volvió un coleccionista profesional y hacedor de Cazadores de tesoros. Claro que en este envío las arcas perdidas y calaveras de cristal pueden ser motos incunables, objetos de taxidermia, la guitarra de alguna leyenda folk y hasta un prototipo de Yoda usado en la saga Star Wars. A la espera de su nueva temporada, el canal History emite un seleccionado con lo mejor de este docureality (domingos a las 20 horas) que, con más de trece años al aire, se ha vuelto un Santo Grial televisado.

Cazadores de tesoros se mantiene con una estructura tan simple como seductora. El retro team viaja a lo largo de los Estados Unidos para descubrir joyas algo oxidadas y polvorientas. El registro rutero y lo que estos “pickers” hallan entre pilas de basura de garajes y granjas perdidas es esencial, pero según su máximo responsable va más allá de lo material. “Cuando encontramos un objeto en realidad estamos haciendo un recorrido emocional del mismo. Hay cosas que ya no se hacen, estilos que han cambiado, obvio, pero la parte más relevante de esto viene de la emoción”, asegura Wolfe en un evento para la prensa en el que estuvo presente Página/12.

Así es como el conductor recuerda el desafío al dar con el “hombre topo”, un sujeto que vivía en una casa subterránea o las ocasiones en que pudieron devolverle el ítem a su dueño original. “Fue como volver a un lugar de origen y ver su conexión con esto. Muchos objetos inanimados con los que convivimos a diario son relevantes. Luego de que alguien muere, comprendemos la conexión que tenían con ese objeto y ahí es como que el objeto se vuelve más poderosa”, explica el coleccionista. ¿Su talón de Aquiles? Las motocicletas (llegó a tener más de 200 en su colección personal). “Para mí, encontrar las motos, sobre todo las más antiguas, significa identificar y encontrar el rol que tienen en las vidas de las personas, en nuestra historia. Alguien de repente, quizás andaba a caballo y de repente anduvo en bicicleta. Y luego esa bicicleta le pusieron un motor y se convirtió en una moto y luego tuvo cuatro ruedas y se transformó en un auto”, afirma destacando “las raíces” de todo lo que anda sobre ruedas.

El equipo (ya sin Frank Fritz a bordo) aún opera en el Antique Archaeology, el local situado en lo que fuera la cuna de Buffalo Bill. Junto a Danielle Colby-Cushman se encargan de ubicar estos trofeos y posibles compradores. ¿Ejemplos? Lograron venderle la cabeza de un elefante a Jack White y aceptaron como parte del pichuleo y pago una jukebox del músico. Wolfe, sin embargo, cree que el éxito del programa va más allá de dar con la memorabilia de su país. “Que sea tan exitosa en todo el mundo realmente representa cuanto todos amamos la historia. A fin de cuentas, los lugares adónde vamos y las personas que conocemos son el verdadero tesoro. Todas las historias son dignas de ser contadas”, destaca.

-¿Con qué nos van a sorprender en la nueva temporada?

-Siempre encontramos cosas que no vimos nunca. Obviamente lo venimos haciendo hace muchos años. Y bueno, hay cosas que obviamente aparecen, pero no solamente nos desafían los hallazgos, sino también en cómo nosotros nos educamos a nosotros mismos constantemente. Creo que nosotros como grupo de trabajo y también ante el espectador, el descubrimiento y el aprendizaje es gran parte de la serie. Es bastante común. Físicamente, en esta temporada muchos de los lugares donde vamos tienen animales, tienen dificultades para el acceso, hay que escalar, hay que atravesar estructuras. Cuando me siento más vivo es cuando estoy escarbando entre cosas, cuando estoy revolviendo cosas y revelando algo. Para mí, tiene que ver con el viaje y el descubrimiento.

-El programa lleva más de veinte temporadas en poco más de una década. ¿Es posible saber cuál es el objeto del presente podría ser atractivo para Cazadores de Tesoros en la temporada 50?

-Yo veo las cosas desde la perspectiva de cuándo se hicieron, cómo se hicieron y el armado, si tienen piezas reales. O sea, es decir, si son piezas que pueden soportar el paso del tiempo. Hoy somos una sociedad de tirar cosas. Y no estoy hablando ni siquiera el plástico que tiramos. Hablo de los muebles que usamos, los autos que manejamos, la ropa que usamos. Entonces, cuando uno encuentra una pieza que se distingue por su calidad y que es singular en ese sentido, creo que esos son los objetos que van a ser coleccionables en el futuro. Y me encanta mirar eso en la actualidad. Es como que se puede decir “ítems contemporáneos”. Se lo llamaría así ahora, pero en el futuro serían objetos coleccionables.

-¿Estás buscando algo que sabés realmente lo que es, lo tenés en la cabeza y aún no encontraste?

-Sí, motocicletas. Hubo quinientos tipos de fabricantes de motocicletas en Estados Unidos en una época, había algunos pequeños que luego fueron adquiridos por empresas más grandes y tenían diseños que contribuyeron a lo que todos manejamos en el día de hoy. Hay una motocicleta que se llama “Black Hawk”, que fue fabricada en Rock Island, Illinois, y nunca nadie ha encontrado una de ellas. Creo que se encontraron dos motores, pero nunca la motocicleta. También hay una motocicleta llamada “Torpedo”, que fue fabricada por la compañía Hornecker Manufacturing en Geneseo, Illinois, y solamente han encontrado una. Yo he tenido motocicletas y nadie sabe qué son. Nadie sabe cuáles son. Y en ese sentido, estamos esperando encontrar algo en los libros, en la bibliografía, alguna revista, algo que nos aclare de qué motocicleta se trata. Creo que todas estas cosas son como piezas que yo romantizo en mi cabeza poder encontrarlas.

Los otros estrenos de History


  • El precio de la historia en la carretera (miércoles 22 de marzo, 21 horas). El dueño del Pawn Shop de Las Vegas finalmente sale su fortaleza. En compañía de su hijo y Chumlee Russell, Mr. Harrison busca ampliar su colección más allá de Nevada. Por cada episodio, una nueva ciudad y cientos de objetos a regatear.
  • Restauraciones secretas (lunes 27 de marzo, 22 horas). Se trata de la última apuesta vintage de la señal. Dentro de una fábrica de herramientas centenaria de Nueva Inglaterra, un grupo de restauradores y artesanos reparan reliquias familiares y artículos preciosos en secreto, y luego se los revelan a sus destinatarios. El hospital de hot-roads, pinballs, guitarras y cañones del siglo XIX ya tiene su programa.