Matilde y su hija Valentina golpean sartenes en la esquina de Acoyte y Rivadavia, donde un grupo de usuarios de Edesur cortó la calle este viernes por la tarde para manifestarse. "Desde el domingo a las 23 no tenemos luz. Después se cortó el agua. Tuvimos que comprar una bomba monofásica. Rescato la actitud de los vecinos de ayudarnos entre nosotros, porque hasta ahora no recibimos respuestas. El teléfono nos responde con una grabación", expresa la mujer. Su marido es discapacitado. No puede bajar escaleras. A ella se le complicó el trabajo, porque dos días de la semana hace home office. Este sábado la familia se irá a vivir a la casa de la cuñada de Matilde. Testimonios como el suyo se repetían en la concentración, cuando más de 83 mil usuarios de la empresa no tenían luz en el AMBA --según el reporte del ENRE de las 21.05-- y el día había alcanzado una sensación térmica de 37 grados.

La protesta sucedió después de que los gobiernos nacional y porteño presentaran denuncias penales contra la empresa y de que se supiera que un sector del Frente de Todos apunta a su estatización. Esta consigna se coló en la calle, aunque no era una de las pautadas por el Observatorio del Derecho a la Ciudad, la agrupación convocante. Los objetivos eran exigir "la renovación integral del tendido eléctrico", una "indemnización automática y general" a los afectados y equipamiento e infraestructura "urgente" para garantizar el funcionamiento de escuelas y hospitales. 

Se esperaba una protesta unificada de distintas zonas de CABA. Pese a la magnitud del problema se acercaron al lugar poco más de 100 personas. Varios buscaban la explicación a esto, como Matilde, que vive en Bogotá y Rojas (Caballito). "La gente está entregada. No tiene fuerzas. El calor es agobiante", sugirió. La dinámica dispersa, autoconvocada, de la movilización popular siguió su curso este viernes, por ejemplo en las intersecciones de Corrientes y Angel Gallardo (Almagro) y Camarones y Segurola (Floresta). Esta semana ya hubo protestas martes, miércoles y jueves en distintas zonas del AMBA. Según contó a este medio Jonatan Baldiviezo, fundador del Observatorio, las manifestaciones se suceden hace un mes.

Otros responsabilizaban de la apatía a la idiosincracia del barrio. "Si hubiese sido el Estado y no un privado estaría medio país en Caballito", sugirió Elizabeth Coolen, de Almagro. "¡Qué diferente hubiera sido todo esto si la presidenta fuera Cristina!", exclamó una mujer de Palermo. Varios pensaban lo mismo. "Habría que pedirle respuestas a Menem", gritó un hombre al ver la concentración. Otro responsabilizó al ENRE y se puso a discutir con una señora.

"Queremos luz" y "Fuera Edesur" gritaban los vecinos, aplaudiendo, parados sobre las líneas blancas de la avenida Rivadavia, ante las cámaras de televisión. En un momento se agruparon debajo de una media sombra como metáfora de lo que viven. Golpeaban cacerolas y otros objetos. Hacían ruido también con silbatos. Algunos bocinazos se sumaban al reclamo. Los carteles más políticos pedían la estatización de Edesur (no era una idea unánime). Uno de ellos, "con control social".  Se veían sobre todo mujeres y adultos mayores. Muchos de los que asistieron a la concentración ya tenían luz, pero no sabían cuándo podía volverse a cortar ("va y viene"). Otros se acercaron por "solidaridad".

"Mal servicio. Las multas se perdonan. Las tarifas suben. Los jueces avalan": esa era la leyenda del cartel que sostenía Claudio, de 67 años, jubilado. Llevaba bastón. Tres veces se le cortó la luz en este mes. La última, durante cinco días. Tenía energía desde el jueves. "Vivo en un edificio de 14 pisos donde muchos vecinos son mayores. Sin ascensor, sin agua... mucha desesperación. Las nefastas privatizaciones de los noventa nos hicieron rifar el patrimonio social del país que se construyó durante décadas. Estas empresas están robando. Envían al exterior sus ganancias y no invierten nada. Tenemos un capitalismo que ayuda a los poderosos y desprotege a los consumidores. Y los jueces avalan a las empresas privatizadas", explicó el exdocente de Historia. "Se está saliendo por algo puntual, específico, pero cuando empieza la protesta social no sabés dónde termina".

Una movida potente en la intersección de Lacarra y Alberdi, donde hay oficinas de Edesur, había derivado en un encuentro de vecinos con gerentes. Les aclararon que no aumentarían la cantidad de cuadrillas de trabajadores destinados a la solución del problema (11 en toda la Ciudad), dijo Baldiviezo. La empresa adelantó que pondrá a disposición un parte diario en el que consignará el trabajo de las cuadrillas.