Con dos de los aviones usados por el Ejército en los vuelos de la muerte como telón de fondo, el presidente Alberto Fernández anunció ayer el inicio de la construcción del Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos ex CCDTyE Campo de Mayo, una promesa que había formulado el 1º de marzo de 2020 ante la Asamblea Legislativa pero que se demoró por la pandemia de Covid-19. “Estos actos son una mezcla de dolor por la tragedia que se vivió acá pero también es un momento de paz espiritual: 47 años después no nos olvidamos, seguimos reclamando Memoria, Verdad y Justicia”, afirmó el mandatario en la previa a un nuevo aniversario del golpe de Estado. “A pesar de la tristeza y de todo lo que viví en este lugar, siento un alivio porque después de 40 años de la recuperación de la democracia se va a lograr este sueño que tanto anhelamos”, reflexionó Iris Avellaneda, sobreviviente de ese centro de torturas y exterminio donde fue visto por última vez su hijo Floreal Avellaneda, de apenas 15 años.

La creación del Espacio para la Memoria se impuso frente a la pretensión del macrismo de convertir en reserva natural el predio del Ejército en el partido de San Martín por el que se estima que pasaron 5.000 detenidos-desaparecidos. En 2018, ante la Asamblea Legislativa, Mauricio Macri comunicó la decisión de “preservar una parte importante de Campo de Mayo y transformarlo en un parque nacional”, anuncio que generó el rechazo de organismos nacionales e internacionales. Dos años después, también ante el Congreso, Fernández prometió “impulsar la creación del espacio de memoria El Campito”, aunque la pandemia y el aislamiento social retrasaron los trabajos.

El 10 de diciembre de 2021, el Presidente dejó finalmente sin efecto la disposición de su antecesor y firmó el decreto que estableció la cesión de dos fracciones de tierra de la guarnición militar para la creación del Espacio. La Secretaría de Derechos Humanos, a través del Archivo Nacional de la Memoria y la Dirección de Sitios y Espacios de Memoria, convocó entonces al Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de San Martín, y se inició un proceso que involucró a los estudiantes en el desarrollo de un proyecto participativo. De las 20 propuestas, cuatro fueron seleccionadas y con ellas se conformó un único proyecto.

“Que podamos estar acá a 47 del golpe de Estado nos llena de orgullo, porque lo que pudimos lograr en políticas de Memoria, verdad y Justicia, en políticas de reparación integral para las víctimas, es único en el mundo”, destacó Horacio Pietragalla, titular de la SDH, quien visitaba Campo de Mayo cuando era un niño apropiado. “Cuando pensábamos en la recuperación de este predio el neoliberalismo planeaba emprendimientos de viviendas, pero nosotros sabíamos que acá tenía que haber un Espacio de Memoria que recuerde a cada uno de los compañeros y compañeras a quienes le quitaron el patrimonio más grande que tiene un ser humano, la propia vida”, destacó.

“Después de 47 años, no nos olvidamos, seguimos reclamando verdad y justicia, seguimos poniendo en valor la memoria colectiva respecto de lo que nos pasó”, señaló el Presidente, que antes recorrió el predio con los ministros de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, de Justicia, Martín Soria, y de Defensa, Jorge Taiana, además de Pietragalla, sobrevivientes y familiares. “Si uno es un ser humano de bien, sólo puede sentir que su alma se estruja”, señaló el Presidente tras escuchar a Iris Avellaneda. Fernández subrayó el nivel de crueldad de la dictadura y explicó que sólo pudo ser posible “por la complacencia de una sociedad que guardó silencio, por los medios de comunicación que nunca hicieron el mea culpa y por los jueces que convalidaban y avalaban las atrocidades”. Acto seguido fustigó a quienes aún hoy “cuestionan” si son verdad los delitos de lesa humanidad o bien “piensan que los derechos humanos son un negocio de alguien”, en referencia a Macri. “De esos aviones tiraban hombres y mujeres al mar como método de eliminación, eso no es mentira”, dijo señalando los aviones Fiat G222 que formarán parte del Espacio, y enfatizó que “estamos poniendo en valor la Memoria desde un lugar ético, desde la ética del Estado de derecho, para que nunca más alguien se anime a hacer algo semejante”. El Presidente recordó también cómo “uno se sobrecogía” al escuchar los testimonios del Juicio a las Juntas, en 1985, y añadió que “necesitamos que esos testimonios retumben en las cabezas de los argentinos, necesitamos que vean esos aviones, que no era mentira que eran capaces de tirar gente viva de esos aviones para hacerlos desaparecer de la tierra”

Fernández dedicó un largo párrafo al ex presidente Néstor Kirchner y dijo ser “el único testigo del momento en el que él decidió cambiar la lógica que Argentina venía siguiendo el tema de los derechos humanos”. Contó que durante un viaje recibieron la noticia del pedido de extradición de 46 oficiales por parte del entonces juez Baltasar Garzón. “La democracia había hecho todo lo necesario para que las investigaciones no avancen”, contextualizó en relación a las leyes de impunidad y los indultos, y que agregó que aquella noche, en el Tango 01, Kirchner le pidió que impulsara en el Congreso la anulación de las leyes. Gracias a aquella decisión ya existen 1.200 represores juzgados y condenados, celebró. “Nuestras consignas se mantienen inalterables. Cada 24 de marzo podemos tener muchas diferencias en lo político, pero la inmensa mayoría de los argentinos se abraza y marcha y sigue reclamando verdad y justicia”, concluyó.

El de Campo de Mayo será el primer espacio para la memoria construido desde cero. Su finalización se estima para julio de 2024 y la obra requerirá una inversión de 2.198 millones de pesos. Tal como informó Página/12, la construcción prevé un memorial con los nombres de quienes pasaron por ese campo de concentración, una plaza pública de acceso, un salón para la Memoria (con las historias de militancia de los desaparecidos), otra de Verdad (con foco en la responsabilidad empresarial) y un tercero de Justicia (sobre los represores y los cómplices civiles, incluidos los de la Iglesia católica). El memorial será la antesala del espacio donde se instalarán los aviones usados en los vuelos de la muerte.