El ministro de Interior, Rogelio Frigerio, y su par de Producción, Francisco Cabrera, aseguraron ayer que la suba del dólar no genera preocupación en el gobierno porque las variaciones del tipo de cambio son algo esperable en un mercado con libre flotación. Sin embargo, buscaron dejar en claro que no esperan que la divisa trepe más allá de los 18 pesos que alcanzó el viernes. La intención oficial es mostrarse indiferentes frente a la escalada, pero saben que una suba acelerada en medio de la campaña electoral podría restarle votos al oficialismo. Por lo tanto, la apuesta es que no supere los 18 pesos, tal como lo dejó en claro también el Banco Central el viernes al vender 305 millones de dólares de sus reservas. Lo que resta ver a partir de hoy es si el mercado acepta ese techo o la fuga hacia el dólar sigue su curso, ahora que las encuestas muestran una posible derrota de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires a manos del kirchnerismo.

El ministro de Producción, Francisco Cabrera, desestimó ayer que el valor del dólar “suba mucho más” de los 18 pesos que alcanzó el viernes, aunque reconoció que podría haber traslado a precios. “El dólar en la Argentina es libre. No querría decir cual es el techo porque justamente eso tiene que ver con un mercado de compra y de venta. Lo que sí puedo decir es que yo no tengo dudas de que lo que sobra en Argentina son dólares, así que es poco probable que el dólar pueda dispararse y subir mucho más que esto”, planteó.

Por otro lado, consideró que si en las elecciones de octubre ganara “por muchísimo margen” la ex presidenta Cristina Fernández, pre candidata a senadora en la provincia de Buenos Aires, “tal vez se genere una expectativa de que podría volver el kirchnerismo”, aunque aseguró que para el oficialismo “ese es un escenario con probabilidad cero”.

Sobre el incremento del dólar, Cabrera evaluó en una entrevista con un diario salteño que “es poco probable que el dólar vaya a subir mucho más que esto”. Alegó que la suba de los últimos días “tiene efectos positivos y negativos: el efecto positivo es la mejora en la competitividad de las empresas argentinas y el efecto negativo tiene que ver con cuánto los argentinos pasan a precios esta suba de los dólares”. 

Consultado sobre que porcentaje de la suba del dólar podría trasladarse a los precios, el ministro no arriesgó una cifra, pero admitió que en la Argentina “tradicionalmente” ese traspaso “ha sido alto por la baja credibilidad de los Gobiernos”. De todos modos, Cabrera remarcó que “esto no ocurrió cuando se unificó el tipo de cambio en nuestro Gobierno, y espero que no ocurra ahora tampoco”. La declaración del ministro de Producción es sorprendente porque la devaluación que realizó el gobierno en diciembre de 2015 sí tuvo un impacto fuerte en precios. De hecho, el año pasado la inflación fue de 41 por ciento, la mayor desde 2002.

Acerca de si el aumento del dólar responde al clima electoral o es por desequilibrios financieros, analizó: “No son desequilibrios financieros, me parece que es bueno esto”. “Tiene un efecto muy bueno sobre el mercado financiero porque, de alguna manera, la volatilidad del dólar hace que estemos alejados de ‘la tablita’, que es esto de que puede haber una bicicleta financiera cambiando dólares, poniéndolos en pesos e invirtiendo en altas tasas de pesos que finalmente son altas tasas en dólares”, reflexionó. 

“Cuando pasa esto de que sube y baja el dólar, no existe esa certeza y por ende es mucho más riesgoso invertir en pesos. Para nosotros es bueno esto”, insistió. En materia de inflación, estimó que este año rondará el “veinte por ciento” por lo que destacó que será la “menor en los últimos siete u ocho años”. Esa proyección es cuestionada por la oposición ya que si la suba de precios mantiene la tendencia del primer semestre la inflación terminaría siendo en 2017 mayor que en 2015, lo que dejaría en evidencia que luego de dos años la inflación no solo no bajó sino que se incrementó con respecto al período kirchnerista. 

“Como el Banco Central es disciplinado respecto a la emisión monetaria, yo creo que el año que viene vamos a tener una inflación de un dígito, y ese es un número de un país normal”, agregó Cabrera. Por otra parte, dijo que “no hay liberación de importaciones” pero justificó que hay que “facilitar el ingreso de insumos importados para que sirvan para la producción”. 

Por su parte, el ministro del Interior y Obras Públicas, Rogelio Frigerio, afirmó ayer que no le preocupa la suba del dólar a 18 pesos y señaló que “nos tenemos que acostumbrar al tipo de cambio flexible”. El funcionario apuntó que “hoy estamos haciendo lo que tenemos que hacer, un tipo de cambio flexible como mejor mecanismo para evitar shocks externos de la economía”. Además, señaló que hay “un Banco Central independiente y profesional en el cual el Gobierno confía en la lucha antiinflacionaria y también en el manejo de la política cambiaria”.

Consultado sobre si le preocupaba el precio del dólar, Frigerio dijo: “No la verdad que no. Nos tenemos que acostumbrar al tipo de cambio flexible que es el que tiene el 90 por ciento de los países del mundo que le va bien”. “El tipo de cambio flexible puede generar que a veces suba y a veces baje, nada nos va a extrañar si en los próximos días el dólar baja un poco, es muy probable que eso ocurra”, explicó. Ante la consulta de si ese aumento del dólar va a afectar los precios internos, estimó que no porque con un tipo de cambio flexible en serio el valor del dólar en los próximos días puede bajar. “Eso hace de alguna manera que todos estos shocks se minimicen y eso es lo que queremos una economía más previsibles, con herramientas macroeconómicas transparentes en línea con lo que ocurre en el resto de los países del mundo que hicieron mejor las cosas que nuestro país”, señaló. En ese marco, enfatizó que “lo importante es confiar que, por primera vez en mucho tiempo, tenemos gente profesional y un Banco Central independiente que va a hacer las cosas que hay que hacer para que ninguna de estas variables macroeconómicas genere zozobra”.

Por otra parte, Frigerio reiteró que el gobierno no tenía otra opción que el gradualismo para bajar el déficit fiscal frente a la herencia social recibida con un tercio de la población bajo la línea de pobreza. El ministro resaltó que en el país hay “un crecimiento basado en variables que comprueban que va a ser sostenible en el tiempo” y planteó que es la única forma que existe para “lograr lo más importante para nosotros que es terminar con la pobreza”.