Una firma que fabrica hielo en la zona oeste rosarina fue atacada con 17 balazos la noche del domingo, y advertida por el mismo grupo criminal que matarían a sus responsables y sus familias si no pagaban 300 mil pesos en concepto de "seguridad". Se trata de la firma Hielo Rosario ubicada en Viamonte al 3600, que recibió la nota firmada por “la mafia”. Ya en enero pasado, los responsables de la firma habían recibido extorsiones en nombre de la banda narco Los Funes, cuyos líderes están presos en el penal federal de Ezeiza.

La balacera ocurrió minutos después de las 20, en el barrio Cinco Esquinas. Dos sospechosos se bajaron de un auto gris –aparentemente un Chevrolet Classic–, dejaron un papel en la puerta de la empresa, y cada uno abrió fuego con una pistola contra la fachada del edificio, que en ese momento estaba cerrado, y se fueron en el vehículo. Antes le pidieron a un cadete que había llegado segundos antes al lugar, que se corriera porque iban a gatillar. “Más vale que paguen porque les vamos a matar a toda tu familia. En estos 3 días les va a llegar un número para que se comuniquen. No batan la cana porque les mato un familiar todos los días. La mafia no perdona”, indicaba el texto intimidatorio.

Peritos forenses incautaron 17 vainas servidas calibre 9 milímetros en la escena del ataque. Este lunes, a pesar de la balacera, la fábrica abrió sus puertas a las 7.30.

“Ya habíamos tenido una amenaza por teléfono en enero, que si no pagábamos nos iban a matar. Se hizo la denuncia como corresponde en Fiscalía. Desde entonces no tuvimos protección, nunca nos protegió la Policía. Y pasó esto anoche. ¿Qué están esperando, que maten a alguien para que vengan a vigilar?”, dijo a través del portero eléctrico del local una de las dueñas de la empresa en medios locales.

La responsable de la firma agregó que la fábrica trabaja “las 24 horas” y que en los últimos días no hicieron el turno nocturno por el frío, por lo que el atentado de este domingo en otro momento podría haber herido a algún empleado.

La investigación en un principio contó con la intervención de la unidad fiscal de Flagrancia, pero este lunes ya fue derivada a Federico Rébola, fiscal de Balaceras y Extorsiones, quien también trabaja en la pesquisa del ataque a tiros del supermercado de la familia de Antonella  Roccuzo, la esposa de Lio Messi. El comercio esta ubicado a sólo 400 metros de este sitio ahora baleado. Es más, en varios medios de comunicación se pudo escuchar la palabra de vecinos que aseguraban que otros emprendimientos comerciales del barrio habían recibido amenazas y deslizaron que accedieron a pagar un monto no revelado. 

En esa línea, una de las responsables de Hielo Rosario reconoció que debió contratar a un empleado de seguridad para cuidar la fábrica y su gente, por un valor de 2.400 pesos la hora de vigilancia. 

Hace solo unas semanas otro fiscal de balaceras, Pablo Socca, imputó a Miguel Ángel Roezga, un preso de la cárcel de Coronda, por haberse comunicado el 17 de enero pasado al teléfono fijo de Hielo Rosario para hablar en nombre de “la banda de Alan Funes” para exigir la suma de 300 mil pesos a cambio de protección.

En la extorsión de enero, el preso Roezga dio datos precisos sobre los movimientos de los familiares de los dueños de la compañía y aseguró ser el “encargado de cobrar en la zona” para Alan Funes, recluso condenado por asociación ilícita, narcotráfico, homicidios, intimidaciones y balaceras.

En la audiencia en la que fue acusado Roezga también fueron imputados otros dos presos de Coronda y sus tres novias por una ola de extorsiones que tuvo lugar entre enero y febrero en la zona sur y sudoeste de Rosario.

Como particularidad, el fiscal Socca explicó en aquel momento que los tres reclusos eran los que se comunicaban con las víctimas y las extorsionaban, y sus parejas eran las encargadas de dejar las notas intimidatorias y cobrar el dinero de la falsa protección. Es más, en caso de que el comerciante no tuviera plata en efectivo, las mujeres proveían sus CBU para recibir el monto mediante transferencia bancaria, lo que terminó siendo un acto de torpeza porque estaban todos sus datos personales.