La posibilidad de que Lionel Messi regrese al Barcelona puede complicarse por cuestiones ajenas a los intereses del jugador y del propio club. Es que el presidente de la UEFA, el esloveno Aleksander Ceferin, advirtió este lunes que la situación de entidad catalana en el caso Negreira, donde se investiga una supuesta corrupción arbitral, "es extremadamente grave".

El máximo dirigente del fútbol europeo, cargo que ostenta desde 2016 y que espera renovar por cuatro años más esta semana, dejó en claro que se está ante un posible fraude de dimensiones desconocidas. "Tan grave es, que me parece que se trata de uno de los casos más graves en el fútbol desde que me ocupo del mismo", afirmó el dirigente esloveno.

En declaraciones al diario deportivo de su país Ekipa, que fueron reproducidas por diferentes medios españoles, Ceferin evitó dar detalles del expediente que investiga en paralelo una comisión disciplinaria independiente de su entidad y la fiscalía de España.

El esloveno realizó su advertencia días después de que el vicepresidente de Barcelona, Rafael Yuste, reconociera "contactos" con la representación del argentino Lionel Messi para concretar su vuelta al club a mitad de año. Pero lo concreto es que a partir del caso que mantiene en vilo a todo el fútbol europeo, el club catalán se enfrenta a una posible sanción que podría significar la pérdida de la categoría o la posibilidad de fichar nuevos futbolistas. En todo caso, la eventual contratación del astro argentino recién podría definirse después de la resolución del caso. Mientras tanto, su situación en el Paris Saint Germain tampoco parece definirse, e incluso se viene complicando por los silbidos que recibe de parte de un grupo de hinchas tras la eliminación en la Champions League.

La UEFA anunció el pasado 23 de marzo la apertura de una investigación denominada "caso Negreira" que presume la posible violación de la normativa de la entidad por parte del club "azulgrana" al haber pagado 7,3 millones de euros a José María Enríquez Negreira, ex número dos de los árbitros españoles, durante, al menos, 17 años.

Tiempo antes, el Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona había aceptado la denuncia de la Fiscalía contra Barcelona como entidad jurídica y también hacia los ex presidentes Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu, los directivos Óscar Grau y Albert Soler y el ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA), José María Enríquez Negreira, por los delitos continuados de corrupción en los negocios, administración desleal y falsedad en documento mercantil.