Los vecinos y amigos de Cristian Toledo, el joven víctima de otro caso de gatillo fácil, se movilizaron desde la capilla de Caacupé en la Villa 21-24 hasta la puerta del palacio de Tribunales para participar de una misa encabezada por el cura Lorenzo "Toto" de Vedia para pedir justicia por la muerte del "paragüita". La ceremonia religiosa ocurrió un día después de que el juez a cargo de la causa confirmara la prisión preventiva del bombero de la Policía de la Ciudad Adrián Gustavo Otero por homicidio agravado. 

"Adrián Gustavo Otero tomó ventaja de su condición de efectivo policial para arremeter contra la vida de los damnificados, pues utilizó su entrenamiento, el armamento y parte de las municiones provistas por la fuerza para perpetrar el crimen”, sostuvo el juez Osvaldo Rappa, respecto de la imputación de Otero. Además, Rappa también imputó al policía de la Ciudad por la tentativa de homicidio a uno de los amigos de Cristian que lo acompañaban en la madrugada del 15 de julio. 

En la madrugada de aquel sábado, Otero denunció que había sido víctima de un intento de robo por parte de Cristian, Carlos Gavilán (23) y Jorge Daniel Nadalich (24), los dos amigos que viajaban con el joven asesinado en un auto Alfa Romeo. Otero persiguió el auto de los tres jóvenes, con quienes mantuvo una discusión, de acuerdo al relato de los familiares de Toledo, y descargó 7 tiros de su arma reglamentaria. Los disparos impactaron en el frente, los laterales y la parte posterior del auto. Uno alcanzó a Cristian y lo hirió de muerte.  

La madre del joven, representada por la Correpi, fue aceptada como querellante por el juez subrogante Rappa, quien confirmó la detención de Otero y también lo imputó por la tentativa de homicidio de uno de los amigos. Correpi anticipó que apelará la resolución para conseguir que la imputación incluya la tentativa de homicidio agravada contra el tercero de los jóvenes.

La causa pasó hoy a manos de Ricardo Farías; y la próxima semana será ocupada por el subrogante definitivo, Pablo Ormaechea. Los más de 200 vecinos se movilizaron hasta tribunales, encabezados por el padre "Toto", para exigir que la causa continúe sobre la investigación de la responsabilidad del policía porteño.