Independiente volvió a perder de local 2 a 1 con Estudiantes y su situación hace agua por donde se la mire. Lleva nueve fechas sin ganar en el campeonato (sólo venció a Talleres en la primera fecha), sumó solo dos de los quince puntos que jugó en Avellaneda y está a tres unidades del último puesto de la tabla de posiciones. Peor imposible. Por eso, mucho antes del pitazo final del árbitro Hernán Mastrángelo, los hinchas explotaron su bronca cantando contra los jugadores (todavía no contra los dirigentes) y llenando de silbidos e insultos su salida del campo de juego.

Estudiantes le ganó con dos pelotas paradas. A los cuatro minutos del segundo tiempo, Fernando Zuqui ejecutó un córner desde la izquierda, la defensa no pudo alejar el balón del área y Jorge Rodríguez, con una acrobática tijera, derrotó al arquero Rodrigo Rey. A los 39, Independiente empató con un blooper. Braian Martínez lanzó un centro de compromiso al área, Zaid Romero cabeceó mal y el rechazo dió en la punta del botín izquierdo de Mariano Andújar y se convirtió en el 1 a 1. Y un minuto más tarde, Zuqui mandó otro tiro libre a la endeble área "roja" y Romero, entrando por detrás del uruguayo Elizalde, de cabeza marcó el tanto de la victoria platense.

Sin solidez defensiva, generación de juego, poder ofensivo ni consistencia espiritual y con un plantel menguado de variantes, el futuro pinta oscuro para Independiente. Tanto que el técnico uruguayo Pablo Repetto asumiría esta misma semana y dirigiría el clásico del próximo domingo ante Racing. En principio, se pensaba evitarle a Repetto el desgaste de debutar con una eventual derrota ante el tradicional adversario. Pero la situación urge y ahora la pretensión es que se haga cargo el jueves luego del partido del miércoles en Rosario con Central y dirija ante Racing y River.


Con poco, ganó bien Estudiantes. Tuvo las llegadas más claras en la primera etapa y aprovechó en el segundo la mediocridad de Independiente golpeando en los momentos justos. No es un dechado de virtudes. Pero el equipo de Eduardo Domínguez parece haber absorbido la derrota en el clásico ante Gimnasia: de hecho ganó sus últimos tres partidos seguidos entre campeonato y Copa Sudamericana. El Rojo en cambio, no demuestra capacidad de reacción. Cada partido juega un poco peor. Y los tiempos se le acortan. Los hinchas recuerdan que el último de la tabla anual se irá al descenso a fin de año. Y aunque falta muchísimo para ello, temen que noviembre y diciembre sean demasiado tarde para lágrimas.