El fallo exprés del Tribunal de Disciplina de la AFA que sancionó a Deportivo Riestra deja, entre otras, una conclusión: fue una decisión contraria a los deseos del principal operador que tiene el Gobierno en el fútbol: Daniel Angelici. Una sentencia que celebra la presunta autonomía de la asociación que preside Claudio “Chiqui” Tapia. Ni el máximo dirigente de Boca ni Sergio Fernández –el juez que votó en disidencia y que responde políticamente a aquél– suscriben lo que se resolvió. Perdieron la votación. Querían una sanción ejemplar para el club de la Primera B, de la que se desprendería una advertencia a quien lo maneja: el mediático abogado Víctor Stinfale. No pudieron por el viejo y escaso apego de los dirigentes a los reglamentos, pero también porque todavía priva en la AFA cierto rechazo a ganar los partidos en el escritorio. Les hacía demasiado ruido entregarle los puntos a Comunicaciones. Y sobre todo cuando ese partido va 2 a 0 a favor de un equipo que será castigado.  

“A la AFA le hubiera convenido que a Riestra le dieran por perdido el partido. Quedaba a resguardo de las críticas que le están cayendo desde todos lados”, le dijo ayer un integrante del Comité Ejecutivo a PáginaI12. La resolución, que es apelable ante un Tribunal de Alzada, deja al club sancionado a cinco minutos de un histórico ascenso. En 2014 todavía jugaba en Primera D, la última categoría del fútbol argentino. Pero así como puede subir, con el fallo que le quitará 20 puntos cualquiera sea el torneo que juegue en el futuro, estaría casi condenado a bajar. En la próxima temporada de la B Nacional habrá seis descensos para un campeonato de 25 equipos. En 24 partidos podría sacar un máximo de 72 puntos, pero su techo sería de 52. Además recibió una dura sanción económica y la clausura de su estadio por diez fechas. El futuro de Riestra es muy complicado aunque todavía conserve la chance del ascenso.

“Si esto hubiera pasado con otro club, seguramente la sanción hubiera sido otra. De todos modos vamos a jugar lo que falta porque los puntos se ganan en la cancha”, declaró Jorge Benítez, el técnico de Riestra en Solo Ascenso. Tiene razón en suponer que la sanción hubiera sido otra si se trataba de un club más poderoso. Antecedentes son los que sobran. Alcanza con mencionar a los de Boca y River. 

La alianza Cambiemos patentó el discurso de que representa una “nueva forma” de gobernar. Acaso con el mismo propósito, Angelici supone que está haciendo lo mismo en el fútbol. En su menú de declaraciones abundan clichés como transparencia, modernización y cuentas claras. Quizá crea que un fallo más lapidario para Riestra hubiera ido en esa línea de continuidad. La de pregonar cambios profundos para una AFA desprestigiada. Pero a la AFA la hacen y la hicieron sus hombres. Sobre todo, y por encima de todos, Julio Grondona, omnipresente entre 1979 y 2014. O sea, influyó durante 35 de sus últimos 38 años. Arrancar de cuajo esa cultura de prebendas, arbitrariedades y tics mafiosos no puede ser un objetivo a plantearse por muchos de los nuevos-viejos dirigentes. Un fallo ejemplarizador contra el club del polémico Stinfale hubiera sido una golondrina en verano. Aun cuando pudiera aprobarse o cuestionarse. 

Esto lo debería saber también Sergio Fernández, el integrante del Tribunal de Disciplina que es juez de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal. Hombre de una familia judicial, su hermano Javier integra la Auditoría General de la Nación. A menudo los medios lo mencionan a éste como un operador en la Justicia Federal durante el gobierno anterior y ahora también. El doctor Fernández que votó en la AFA por una sanción más dura contra Riestra, como magistrado fue determinante en otro polémico fallo de este año (Mariscotti, Raúl Esteban Pedro Pablo c/ Estado Nacional (Bonos de consolidación 4 serie 2) s/ Proceso de conocimiento). Con su firma avaló la política del Indec influida por Guillermo Moreno y le permitió ahorrar varios millones de pesos al gobierno de Mauricio Macri. El juicio lo había iniciado un particular que se sintió damnificado por unos bonos atados al coeficiente CER.

A diferencia de aquella sentencia, Fernández quedó en minoría en la AFA. Votó en disidencia. Es vicepresidente del Tribunal y lo integra en representación del club de futsal Pinocho. Eduardo Bozzi, Jorge Galleli, Roxana Del Río y Eduardo Gómez Coronado fueron los cuatro miembros que conformaron la mayoría para sancionar al club de Villa Soldati. Ausentes estuvieron los otros cuatro integrantes del organismo: Jorge Ballesteros, Oscar Ameal, José Jozami y Fernando García Pulles. El presidente del Tribunal, Fernando Mitjans, tampoco votó. 

La credibilidad de Riestra estaba condicionada por sus antecedentes. En 2014 –por mencionar un solo caso– su público invadió la cancha cuando le iba ganando a Sportivo Barracas por 3 a 2 en el torneo de la D. Faltaban algunos minutos para terminar el partido –incluido el descuento–, como frente a Comunicaciones. Pero la diferencia es que no se trataba de una final. Quedaban tres fechas por jugarse y Riestra llevaba 10 puntos de ventaja en la tabla. El Tribunal de Disciplina que también integraba Fernández adoptó una postura contraria a la del caso actual. El votó para que se le diera por ganado el partido al club que ya controlaba Stinfale. Salió campeón y subió a la Primera C. Fue el primer escalón de tres ascensos casi consecutivos para una institución que pasó la mayoría de sus 86 años en las dos categorías más bajas del fútbol nacional.

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