Además de Hernán Díaz, otro argentino fue reconocido en los Premios Pulitzer. Se trata del fotógrafo Rodrigo Abd, a quien el jurado premió por una imagen captada en la guerra de Ucrania. No es la primera vez que obtiene el galardón. 

Abd trabaja para Associated Press desde 2003. Antes, el fotógrafo nacido en Buenos Aires 1976 había trabajado para La Razón y La Nación. Para AP, cubrió el terremoto de Haití de 2010, la guerra en Afganistán, la Primavera Árabe en Siria y la guerra civil en Siria, entre otros hechos. 

La guerra en la mirada del fotógrafo argentino. Télam

Como parte de la agencia fue enviado a Ucrania tras la invasión rusa de febrero de 2022. La foto que le valió el premio muestra a Nadiya Trubchaninova, de 70 años, que llora de rodillas junto al ataúd con el cuerpo de su hijo.

Es la segunda vez que el fotógrafo, que reside en Buenos Aires, es reconocido con el Pulitzer que otorga la Universidad de Columbia. La vez anterior fue en 2013 por su trabajo en Siria. Además, esta misma serie de la guerra entre Rusia y Ucrania resultó ganadora del Premio Gabo 2022 de periodismo en la categoría de Fotografía, presentada como "El dolor silencioso de Ucrania". 

La foto que le valió el Pulitzer a Abd. Télam

El fotógrafo hizo una cobertura de 30 días en el territorio ucraniano, extendida a cinco semanas en total debido a la travesía, ya que tuvo que tomar primero un avión hasta Polonia, luego viajar en tren hasta la frontera con Ucrania y de ahí conseguir un auto que recorriera durante dos días el trayecto hasta llegar a Kiev, la capital del país. Allí fue donde tomó la foto que le valió su segundo Pulitzer.

"Llegamos cuando las tropas rusas estaban todavía cerca de Kiev. Fuimos a documentar lo que quedó de esa ocupación. Lo más duro de la cobertura fue ver esos lugares devastados después de la salida del ejército ruso", recordó en abril de 2022. "Sirenas todo el tiempo en una ciudad vacía llena de militares, llena de controles, mucha paranoia sobre los espías rusos, los toques de queda", narró entonces.

Una imagen de las primeras semanas del conflicto. Télam

"Escuchábamos los bombazos todo el día, las sirenas toda la noche, de hecho estábamos en un hotel solo con periodistas y yo estaba en la habitación que tenía la cámara de televisión lista por si había una columna de humo. Yo era el encargado de avisar cuando pasaban cosas. Era un alerta constante", añadió.