La Justicia vaticana inició una colaboración con sus pares de Roma en el denominado "caso Emanuela Orlandi", que investiga la desaparición de una joven que vivía en la Ciudad del Vaticano en 1983, y que la Santa Sede reabrió a inicios de 2023 tras casi 40 años sin pistas firmes.

La fiscalía vaticana que conduce Alessandro Diddi "está colaborando con la justicia de Roma" que reabrió la causa en los últimos días, informó una fuente vaticana a Télam.

Orlandi, hija de un empleado laico de la Santa Sede, desapareció a los 15 años el 22 de junio de 1983 después de dejar el apartamento de su familia en la Ciudad del Vaticano para ir a una lección de música en Roma.

La investigación reabierta por la justicia romana, agregaron las fuentes, la encabeza el fiscal Stefano Luciani, calificado como "muy experto".

En 2020, la Justicia de la Santa Sede había archivado las investigaciones sobre la presunta sepultura dentro del Vaticano de la joven desaparecida, en uno de los casos más enigmáticos de toda Italia.

Según planteó a inicios de año el hermano de la joven, Pietro Orlandi, "esta es la primera investigación vaticana seria" que involucrará el análisis de documentos de la Santa Sede.

El mes pasado, el caso había vuelto a generar polémica en Italia luego de que el papa Francisco considerara "ofensivas e infundadas" las hipótesis aparecidas sobre el rol de Juan Pablo II en el caso.

"Cierto de interpretar los sentimientos de fieles de todo el mundo, dedico un pensamiento grato a la memoria de Juan Pablo II, en estos días objeto de inferencias ofensivas e infundadas", planteó el pontífice al público tras recitar la oración del Regina Caeli en el Vaticano.

El Papa se refirió así a los dichos del hermano de Emanuela Orlandi, quien había planteado dudas sobre el rol del pontífice polaco en el caso al asegurar en declaraciones televisivas que Karol Wojtila "a la noche salía con dos de sus amigos monseñores polacos y no a bendecir casas".