Ante la decisión de los trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) de cumplir una jornada de paro para denunciar desvío de fondos, emergencia en seguridad e higiene y un largo petitorio de reclamos laborales, el organismo dependiente del Ministerio de Producción puso en práctica una nueva política y dio asueto a sus 2100 empleados, cerró las instalaciones y organizó un fuerte operativo policial. La excusa para cerrar el INTI fue un corte total de agua, aunque los trabajadores denunciaron que el suministro funcionó correctamente. “Sabemos que esto no escapa al ataque generalizado que están sufriendo los organismos de Ciencia y Tecnología desde la asunción de Mauricio Macri”, dijo Giselle Santana, de ATE-INTI.