La tenista polaca Iga Swiatek confirmó su favoritismo y retuvo el título en Roland Garros, al imponerse este sábado en una final de alto voltaje sobre la checa Karolina Muchova por 6-2, 5-7 y 6-4.

Swiatek, nacida en Varsovia hace 22 años y líder del ranking mundial de la WTA, superó sus propios altibajos para finalmente derrotar a Muchova (43) luego de una batalla que se extendió durante dos horas y 48 minutos, en la cancha central Philippe Chatrier del complejo ubicado en el barrio parisino de Bois de Boulogne. Para la número uno del mundo se trató de su tercera coronación en París, donde había ganado en 2020 y el año pasado, y también de su cuarto título de Grand Slam en una lista a la que suma el US Open de 2022.

La tenista polaca se mostró dominante en el inicio del partido cuando bien plantada en la línea de base se puso rápido 3-0 arriba y encaminó el set. La checa Muchova, quien había eliminado del torneo en la segunda ronda a la argentina Nadia Podoroska (103), eligió como estrategia arriesgar en todos los tiros con la intención de incomodar a la polaca y eso la hizo fallar más de la cuenta.

El primer set se lo llevó Swiatek por 6-3 con dos quiebres de servicio (2/0 y 6/2) y luego se adelantó nuevamente 3/0 con una seguidilla de cinco games ganados en forma consecutiva, lo que transformó la final casi en un monólogo. Sin embargo, en ese segmento del partido la polaca cometió un error cuando consideró que lo tenía ganado, se relajó y debió soportar una gran reacción de la checa.

La checa Muchova, de 26 años, dejó de acumular errores no forzados y reaccionó cuando mantuvo su saque y quebró el de la polaca para y luego igualar 3-3, así poner  en apuros por primera vez a su rival en la final. Swiatek no terminó de reaccionar y vio de esa manera como su adversaria se llevaba el set y se adelantaba 2-0 en el set decisivo.

Swiatek modificó su semblante, comenzó a quejarse en voz alta cada vez que fallaba, quizá porque comenzó a rondar por su mente la idea de que la final podía escapársele. No obstante, mejoró la precisión de sus tiros, así logró igualar un partido de alto nivel de emotividad y otra vez dominó con su derecha para adelantarse 5-4 ante la checa Muchova, que se fue apagando de a poco, sin la consistencia del parcial anterior.

Swiatek festejó su nuevo éxito en París con el puño apretado y un grito de desahogo, se abrazó con su cuerpo técnico y recibió el aplauso del público parisino, que se había inclinado por ella desde que comenzó la final. La foto del final dejó la sensación de que si no sucede un cambio muy grande Swiatek se encamina a dominar el tenis femenino por los próximos años.