La mayoría de los consultores en campañas electorales cree que una alianza de Juntos por el Cambio (JxC) con Juan Schiaretti era más bien positiva para los opositores. Pero al mismo tiempo esos mismos consultores piensan que el tema no era sólo electoral: la cuestión de fondo es quien lidera, quien dirige el conglomerado opositor. El combate de fondo es Horacio Rodríguez Larreta vs Mauricio Macri. Y en ese terreno, la opinión de los encuestadores es que seguramente no irán divididos a las elecciones, pero que existe una ruptura de hecho. Incluso algunos hablan de guerra sucia. Página/12 consultó a nueve consultores-encuestadores que dieron un panorama del convulsionado mundo opositor.

El trasfondo ¿se define en las PASO?

“El enfrentamiento entre Larreta y Macri viene escalando desde hace varios meses -señala Roberto Bacman, titular del Centro de Estudios de Opinión Pública-. El expresidente respalda a Bullrich y el objetivo de Macri es seguir siendo referente indiscutido del PRO. Ya impuso a su primo en CABA y ahora frenó la entrada de Schiaretti. Esa jugada desafiaba el liderazgo de Macri. Desde ya que la paz no es definitiva. Si Larreta gana las PASO será una nueva etapa. Si pierde, será otro cantar”. Así planteado, ese es el fondo de toda la controversia.

¿Schiaretti era una estrategia correcta?

Varios consultores y encuestadores afirman que la estrategia de Larreta de sumar a Schiaretti era adecuada. Eduardo Fidanza de Poliarquía analiza que “el movimiento del jefe de Gobierno porteño y de Gerardo Morales es el intento de concretar una idea que habían planteado hace tiempo otras figuras de la oposición, como Facundo Manes. Me parece que es una estrategia correcta, cuyo fundamento es captar votantes desilusionados con el kirchnerismo y el macrismo. Sin embargo, falló la oportunidad, y por eso naufragó. Resultaba muy contraproducente integrar como candidato nacional a Schiaretti un día antes de la elección de gobernador de Córdoba”.

Carlos De Angelis, profesor de Opinión Pública, está de acuerdo con la evaluación de la jugada. “Me parece que estratégicamente era una movida muy importante que podía hacer JxC: producir un efecto, el efecto ampliación, producir un efecto de dejar atrás el antiperonismo. No sé si hubiera sido un jaque mate al kirchnerismo, pero era indudablemente un golpe al FdT. Sin embargo, se hizo desde la táctica, pensando en frenar el avance de Patricia Bullrich. Y eso es un desastre total. Le generaron un problema a los candidatos cordobeses y un gran choque interno. Hay otro tema de importancia: Mauricio Macri. La impresión es que hay una ruptura ya, hoy, pero el electorado no lo sabe. Lo que está claro es que Macri no es neutral, respalda a Bullrich y ahí está el trasfondo”.

También Analía Del Franco, de Del Franco Consultores, piensa que la estrategia no era mala. “Yo creo que la idea de incorporar gente a un frente en un proceso electoral siempre es positiva. Lo que se presenta ahora con Rodríguez Larreta, es el momento en que surge esta invitación y tampoco queda claro si hubo conversaciones previas o si el propio Schiaretti se enteró absolutamente por los medios. Y eso es una situación complicada y riesgosa: invitar a alguien y que después se genere un rechazo. Para colmo es en la coyuntura en la que hoy se encuentran la situación de JxC, de mucha tensión y mucha interna cruda. Pese a eso no creo que genere una ruptura. Sería responsabilidad de todos los participantes”.

Macri o Rodríguez Larreta

Artemio López, de Equis, realiza un análisis de las contradicciones. “El intento de incorporar a Schiaretti a JxC tiene racionalidad electoral, en tanto el gobernador de Córdoba toma votos presidenciales cuyo destino en alta proporción sería JxC, en una provincia clave para la coalición opositora donde obtuvo el 71 por ciento de los sufragios. Aquellos 900 mil votos cordobeses a favor de Cambiemos fueron decisivos para el triunfo de Mauricio Macri en 2015 que ganó la elección por 700.000 votos. Córdoba es a JxC lo que la tercera sección electoral bonaerense es al FdT. Este año, además, la coalición opositora deberá también enfrentar al drenaje de votos que le provoca Javier Milei, por lo que la incorporación de Schiaretti es electoralmente racional. Pero esa es sólo una dimensión de la racionalidad política y Mauricio Macri, líder de un amplio sector del JxC - y un histórico aliado de Juan Schiaretti - está pensando en otro diseño de coalición, con menos UCR republicana y más peronismo anti K. Es posible que ese sea el origen del rechazo, pero diría que el problema de fondo, la racionalidad política, es quien lidera, si Macri o Larreta.

El fantasma de la guerra sucia

“Yo creo que para Larreta era una gran movida -dice Raúl Timerman, de Grupo de Opinión Pública-. El punto era que, en todo caso, Schiaretti no fuera también candidato a presidente dentro de JxC, porque eso le quitaba votos al propio Larreta. El jefe de Gobierno ya dio un paso importante con la entrada de Espert, que como candidato a presidente tal vez saque uno o dos puntos, pero se los saca a Bullrich. Indudablemente hay una ruptura entre Larreta, por un lado, y Bullrich-Macri por el otro. No se trata de que vayan separados a elecciones, pero existe ya una ruptura. Diría que a Larreta, si va por afuera, no le alcanza con los radicales y Schiaretti. Por dentro, desde ya que sufre una guerra sucia con una batería de medios en su contra”.

Una alianza que planteaba más dudas que certezas

Hugo Haime, de Haime y Asociados, piensa que tal vez un acuerdo con Schiaretti sirve más a un gobierno que en el proceso electoral. “La jugada muestra la decisión de Larreta de ampliar su gobierno si es que gana. En relación a las PASO le puede atraer votantes no macristas pero también puede producir un rechazo del votante macrista que hoy está con Bullrich. Es difícil que JxC se rompa, pero a veces las circunstancias superan a los hombres Para romper debiera armarse una alianza de Larreta con los radicales, o sea Morales, y con Schiaretti. Una jugada fuerte, pero de resultados no previsibles. Hay que ver si se animan”.

Más contundente es Santiago Giorgetta de Proyección. “Me parece que es absolutamente negativo para Larreta sumar a Schiaretti. Si bien es un dirigente que pisa fuerte en Córdoba, a nivel nacional no alcanza los dos puntos. Tal vez es una jugada de ajedrez político, en respuesta a que Mauricio Macri le impuso a Jorge Macri en CABA. Desde ya que pienso en que esto abre la posibilidad de una ruptura, algo que no les conviene para nada. Beneficiaría, primero, al FdT y, segundo, a Milei. En nuestras encuestas tenemos a Bullrich y Larreta con 15 puntos cada uno y estarían hoy detrás de Milei y de Wado de Pedro, que creció después de las palabras de Cristina sobre la generación diezmada”.

Ruptura no, pero algo parecido

“No creemos que JxC se vaya a romper -dice Marina Acosta, de Analogías-. De todas maneras, esas tensiones dificultarán que la coalición sume el cien por ciento de los votos de las PASO en la general. En un clima de mucha tensión interna, el intento por sumar a Schiaretti parece tener dos intenciones: por el lado del schiarettismo, enrarecer la elección cordobesa acercándose al macrismo; por el lado del larretismo, la potencial inclusión de Schiaretti en el espacio podría funcionar como una moneda de cambio por la inclusión de Espert que efectivamente comparte vasos comunicantes con el electorado de Bullrich. Con Espert adentro de la coalición, Rodríguez Larreta logra el objetivo de restarle votos a Bullrich en la PASO”.

Aunque haya diferencias entre los consultores, todos perciben que sumar al gobernador de Córdoba ubicaba mejor a JxC. No es que Schiaretti iba a agregar una cantidad enorme de votos, porque esos sufragios, especialmente cordobeses, ya van para la derecha, como en 2015. Sin embargo, en una elección que pinta pareja, todo suma.

Tampoco es que la alianza con Schiaretti iba a cambiar demasiado los comicios de gobernador en Córdoba: el candidato de Schiaretti, Martín Llaryora, se impone ampliamente a Luis Juez, el hombre del PRO. Según una encuesta de Nueva Comunicación, de este fin de semana, la distancia es de 12 puntos.

Pero en la actualidad, los números no parecen importarle a nadie. Pesa más la interna que cualquier otro factor. Y en la interna, lo decisivo es la confrontación entre Larreta y Macri, por lo que si una jugada es blanco para uno, para el otro es negro. Y viceversa.