Desde Roma

Silvio Berlusconi, que falleció este lunes en el hospital San Raffaele de Milán (norte de Italia), estaba internado desde el viernes en principio para unos “estudios programados” sobre la “patología hematológica” que padece desde hace tiempo, según el informe difundido en aquel momento por su médico, Alberto Zangrillo, jefe del departamento de Terapia Intensiva y de Hematología del San Raffaele. Parte de su familia fue al San Raffaele para saludarlo, su hermano Paolo y sus hijos Eleonora, Barbara, Marina y Pier Silvio. Berlusconi estuvo acompañado todos estos días por su novia Marta Fascina.

El líder del partido Forza Italia (centro-derecha) era tratado desde hace tiempo por una leucemia mielomonocitica crónica y había sido dado de alta del hospital el pasado19 de mayo, luego de haber estado internado 40 días por una pulmonitis agravada por la leucemia.

Berlusconi, que tenía 86 años, ha sido uno de los políticos italianos más polémicos de todos los tiempos, no solo por temas relacionados con sus gobiernos y sus actividades económicas, sino también por su vida personal. Estuvo internado por problemas cardíacos y por la leucemia varias veces en los últimos años.

En el 2021, por decisión de su médico privado, había sido internado en el Centro Cardiológico de un hospital del Principado de Monaco de donde salió el 14 de enero de ese año.

Magnate de los medios

Nacido en Milán (al norte de la península y corazón económico de Italia) el 29 de setiembre de 1936, Berlusconi era propietario de decenas de empresas de construcción, inmobiliarias y de medios de comunicación entre otras, y ha sido considerado un ejemplo de “made self man”, es decir un hombre que fue capaz de pasar de ser un “nadie” a un famoso y poderoso personaje en todo el mundo. Fue cuatro veces primer ministro de Italia, además de diputado, senador y diputado europeo.

Pero esta historia no lo salvó años después de estar acusado en unos 30 juicios, entre otras cosas por corrupción y fraude fiscal pero también por denuncias hechas por prostitutas aparentemente por él contratadas para fiestas con sus colaboradores. Según la revista estadounidense Forbes, que cada año hace la escala de los hombres más ricos del mundo, en 2020 era el sexto hombre más rico de Italia (con un patrimonio de 6.000 millones de euros) y el número 318 en la escala mundial. Berlusconi aprendió mucho de la vida empresarial, como siempre ha repetido, de su padre Luigi, que llegó a ser procurador general de un banco de Milán donde empezó como simple empleado.

De la Logia masónica P2

Silvio Berlusconi estudió abogacía en la Universidad de Estudios de Milán donde se recibió en 1961. Pero antes había trabajado en distintos lugares, trabajos breves eso sí, como el de cantante y animador en barcos de cruceros que atravesaban el Mediterráneo. También trabajó como vendedor puerta a puerta de una marca de aspiradoras. Hasta que en 1961, el año que se recibió de abogado, comenzó su vida empresarial en el mundo inmobiliario, fundando Cantieri Riuniti Milanesi, una empresa de construcción en la que se asoció con otros constructores. Su actividad empresarial sin embargo, no se detuvo en esa compañía ya que fundó otras empresas ediles e inmobiliarias a lo largo de los años. Y muchos se preguntan si no influyó en su productiva carrera empresarial el hecho de haber estado inscripto en la logia masónica Propaganda Dos (P2) fundada por Licio Gelli (que según algunas fuentes contó con un pasaporte argentino) y de la que también formaron parte personajes nefastos de la Argentina como José López Rega de las Tres A (Alianza Anticomunista Argentina) y el almirante Emilio Massera, miembro de la dictadura comenzada en 1976. De la P2 según documentos secuestrados por la justicia en 1981, formaban parte más de 900 personas, muchos empresarios pero también políticos, militares, exponentes de la justicia y profesionales, entre otros.


El salto a nivel comercial y político Berlusconi lo hizo en gran parte a partir de la compra de varios pequeños canales televisivos privados en Italia, gracias al cambio de una ley que antes le permitía sólo a la televisión estatal RAI el control de las redes televisivas. Y el cambio de esa ley se hizo durante el gobierno de su amigo y entonces primer ministro socialista, Bettino Craxi (1983-1987), que había sido además testigo del segundo matrimonio de Berlusconi con la actríz Verónica Lario. Cuando era buscado por delitos de corrupción, Craxi escapó a Túnez y allí murió.

Mediaset, la multinacional de Berlusconi, hoy es propietaria en Italia de al menos 23 canales televisivos de distintos tipos, desde emisoras de noticias hasta canales de dibujos animados para niños, de deportes, de documentales, radio TV, etc. Y todas estas nuevas actividades pasaron a manos de la super empresa coordinadora de los negocios de la familia Berlusconi fundada en 1975 y todavía existente, Fininvest.

Fininvest controla no sólo canales televisivos en Italia sino también en Europa (en España, Francia, Alemania y América Latina, entre otros). Fueron incorporados asimismo a Fininvest importantes empresas editoriales como la Arnoldo Mondadori, y otras menores como Einaudi, Grijalbo, Sperling & Kupfer, etc. También entró a ser parte activa de dos diarios, Il Giornale y Il Foglio, ambos del norte de Italia. En 1986 compró además el club de futbol Milan, que mantuvo hasta 2017 cuando lo vendió a empresarios chinos. Y luego compró otro equipo menos importante, el Monza.

Il Cavaliere

En 1977, Berlusconi había recibido la condecoración de “Cavaliere del Lavoro” (Caballero del Trabajo) de parte del entonces presidente de la República Giovanni Leone. Una condecoración que el presidente asigna cada año a las personas que se han destacado en el mundo del trabajo. Y por eso todo el mundo lo llamaba “Il Cavaliere”.

Pero después de haber sido acusado en 30 o más procesos, cuya sentencia final logró esquivar en la mayor parte de ellos por prescripción de la causa, por absolución o por indulto, en 2013 finalmente fue condenado a cuatro años de cárcel (tres de ellos indultados) por fraude fiscal con su empresa Mediaset. Entonces se vio obligado a renunciar a su condecoración de “Cavaliere”. La condena le prohibía asimismo tener cargos públicos por dos años, por lo cual el Senado lo eliminó como senador.

El año de condena lo pasó haciendo servicios sociales. No estuvo nunca en la cárcel sino visitando y conversando con los enfermos de la Clinica “Sagrada Familia” de Cesano Boscone, a algunos km de Milán. El definió ese año de condena como “una pausa de serenidad”.

La vida política 

En 1994 Berlusconi había decidido entrar en política y para eso fundó su propio partido, Forza Italia, que se perfiló como un partido líder de centro derecha que marcó la vida política italiana por varios años y que sigue existiendo pese a que en los últimos tiempos, buena parte de sus electores se han pasado a partidos de ultraderecha como La Liga. Actualmente Forza Italia sigue siendo parte del actual gobierno de derecha de Giorgia Meloni.

Además de haber sido desde 1994 varias veces diputado y senador, además de representante en el Parlamento Europeo, Berlusconi llegó cuatro veces al gobierno como primer ministro (1994-1995, 2001-2005, 2005-2006 y 2008-2011), transformándose en uno de los políticos que más tiempo ha transcurrido en ese cargo.

Después de la condena de 2013, el ex-Cavaliere retomó su actividad política en 2018 y desde entonces, como representante de Forza Italia, ocupó un cargo como diputado en el Parlamento de la Unión Europea (UE), el órgano legislativo de la UE.

Desde 2022 era senador. Su actividad política de todas maneras disminuyó en estos últimos años, en parte por la condena pero también por los años y los problemas de salud. Dejó la dirección del partido en manos del europarlamentario Antonio Tajani.

El escándalo de "las fiestas"

Dicho en palabras simples, Berlusconi parece que fue siempre o casi, un “Don Giovanni” como se llama en Italia a los mujeriegos. Se casó por primera vez en 1965 con Carla Dall’Oglio, con la que tuvo tres hijos (Piersilvio, Marina, y Eleonora). Pero el matrimonio duró hasta 1985. En 1990 y hasta 2012 estuvo casado con Verónica Lario, con la que tuvo dos hijos (Barbara y Luigi). En 2012 se puso de novio con Francesca Pascale, una jovencita napolitana fundadora de un club llamado “Silvio, ci manchi” (Silvio, te extrañamos). En 2020 empezó una relación con Marta Fascina, originaria de Calabria pero que vivió a Milán y trabajó como encargada de prensa del equipo de fútbol de Berlusconi, el Milán. Después se dedicó a la política y es actualmente diputada.

Pero lo que provocó más escándalo en la vida del líder de Forza Italia fue el descubrimiento, varios años antes, de algunas fiestas con la presencia de “escort” o prostitutas de lujo, que se organizaban en los palacios donde vivía Berlusconi en Milán y en Roma. Y tal vez el caso que desató todo fue el de una chica menor de edad, de origen marroquí, que fue detenida por la policía acusada de robo pero fue salvada por Berlusconi y sus contactos, mintiendo que era pariente del presidente egipcio de entonces, Mubarak. El caso Ruby, el nombre ficticio de la muchacha, que confesó haber sido pagada para tener relaciones sexuales en las fiestas siendo menor de edad, dio lugar a un proceso-escándalo por prostitución de menores. Pero luego de haber sido condenado en primera instancia, en la segunda instancia, fue declarado inocente porque no sabía la edad de la prostituta y la prostitución en sí no es un delito en Italia.


Algunos procesos relacionados con estas fiestas y donde es acusado de haber corrompido con varios millones de euros a algunos testigos para que declararan en su favor, todavía estaban en curso. Pero Berlusconi no se había presentado en las audiencias por haber estado internado varias veces.