Hace 11 años comenzó este proyecto que no para de crecer. En 2012 se formó el equipo, y en 2017 Ciervos Pampa se convirtió en un club. Se entrenan miércoles y viernes en el Polideportivo de Parque Avellaneda. “Surgió como un espacio de contención, la pelota era una excusa, dos años después jugamos nuestro primer partido porque nadie quería jugar con nosotros. Enseguida supimos que queríamos seguir en ese camino”, aseguró Caio Varela, el fundador.

Desde 2016 son parte de la URBA y actualmente participan el torneo empresarial de preparación.

En 2017 se realizó la primera edición de “Tackleando la Homofobia” que con el tiempo se transformó en “Tackleando la LGTBIfobia” que este año se realizará en diciembre. Serán dos o tres días de actividades deportivas en el que también se incluirán otros deportes que ya son parte del club: vóley, rugby femenino, gimnasia aeróbica y newcom, la actividad que se incorpora para tratar la vejez LGBTIQ+.

Página/12 pudo hablar con el capitán del equipo, Jonathan Castro Fonseca, quien contó entre otras cosas el porqué del nombre: “El ciervo se eligió porque es un animal que está en el sur y pensamos en el Bambi que es un animal grande pero que tiene algo un poco maricón, pensamos en algo que va para adelante con fuerza pero que también marca nuestra identidad”.

El club cuenta con varios programas y herramientas que buscan formar a los jugadores no solo en lo deportivo, sino también en lo integral. Tiene una escuela de derechos humanos disponible para los integrantes y desde este año abierta para todo el que quiera acercarse. “Esta escuela es para reflexionar, porque además de estar en la cancha nos dimos cuenta de que teníamos que agregar un valor más”, comentó Varela.

Con respecto a los objetivos del club, Fonseca insistió en la importancia de hacer actividades para que estos temas se pongan sobre la mesa. “Lo que nosotros queremos proponer es un rugby distinto, una propuesta diferente, todo lo contrahegemónica posible, hablamos de diversidades corporales y culturales. Tenemos el lema de ocupar las canchas resistir la LGBTIfobia y transformarnos a nosotros mismos, social y deportivamente”.

El capitán del equipo también hizo hincapié sobre la importancia del involucramiento de otros clubes: “La nuestra es una presencia política dentro de la cancha, nosotros hacemos parte de la historia del rugby. No es nuestro objetivo principal, pero la idea es que los demás clubes empiecen a entender que es necesario prestar atención a la diversidad que a ellos los toca a veces, pero ni se la nombra porque le tienen temor. Queremos que sepan que hay espacios que están diseñados para que puedan aprender y que también somos un espacio que podemos recibir a quienes quieran acercarse”.

Actualmente hay otros clubes de diversidad sexual en Mendoza y Jujuy, entre otras provincias, pero los integrantes de Ciervos Pampa fueron los pioneros y a esto también se refirió su fundador: "Es un orgullo decir que somos los primeros, pero así también mostramos cuánto nos falta, la oportunidad de crear un espacio diverso se dio hace 12 años, esto quiere decir que hay una brecha ahí que nosotros buscamos achicar. Somos migrantes de otros países, de otras provincias. La sociedad todavía está marcada por prejuicios, discriminación y violencia".

El club se sostiene con sponsors, donaciones y cada socio paga una cuota. Para Ciervos Pampa es importante que se vinculen empresas y otro tipo de instituciones, que se unan a la transformación social y deportiva que ellos proponen.

La propuesta más nueva que presentaron es "Mariconeando la cultura" que tiene que ver con reflexionar sobre cuerpos y diversidad que históricamente generaron rechazo.

En abril se realizó la primera actividad en el Museo Moderno, en dos muestras diferentes: "Cuerpos Mutantes" y "Cuerpos Contacto" en las que se realizó un recorrido desde la década del sesenta hasta ahora para repensar los cuerpos desde la diversidad, con todas las identidades y géneros.

El bautismo

Los bautismos en el deporte, sobre todo en el rugby, han sido puestos en la mira debido a las prácticas violentas que muchas veces se manifiestan es este tipo de "rituales". A los integrantes de Ciervos Pampa les preguntaron si ellos tenían algún bautismo y Caio Varela contó que la primera vez que les preguntaron eso se miraron y se abrazaron, y así quedó el abrazo como el bautismo del equipo.