El obispo católico Jorge Lugones, presidente de la Comisión de Pastoral Social y titular de la diócesis de Lomas de Zamora, hablando en el marco de la Semana Social que se celebra en Mar del Plata, aseguró que “necesitamos pasar de una democracia representativa a una democracia participativa” teniendo en cuenta que “en nuestra convivencia cotidiana la pluralidad se manifiesta cuando reconocemos que no puede haber una sola manera de entender la convivencia… que siempre hay posibilidad de discusión, debate, interacción”.

El encuentro, del que participan además de obispos y líderes religiosos, también dirigentes sociales, gremiales, empresarios y políticos, es una iniciativa de la jerarquía católica que se celebra cada año con la finalidad de debatir sobre cuestiones sociales y políticas.

En su alocución, titulada “Recrear la democracia con un oído en el pueblo”, el obispo Lugones hizo un repaso analítico de los cuarenta años transcurridos desde la recuperación democrática en el país y puso especial acento en la importancia de la escucha, en la misma línea de lo expresado en el discurso de apertura por el presidente del episcopado, Oscar Ojea, obispo de San Isidro. 

Lugones señaló también que “hay sectores que hoy cuestionan el sistema democrático, pero no debemos claudicar” porque la democracia “es el marco y el estilo de vida que hemos elegido tener, con sus aciertos y errores” y “en este proceso de integración debemos discutir nuestras posturas, dirimir nuestras diferencias y encontrar nuevos consensos”.

A partir de la certeza de que “la democracia es el gobierno del pueblo” el obispo invitó a escuchar al propio pueblo porque “aún no se vive una justicia social que responda a lo que cada persona necesite para vivir”, porque “aún nos enredamos en contiendas partidarias, más que en discernir cómo podemos aportar juntos al bien común”, porque “aún miramos al que piensa distinto como un enemigo y no nos abrimos al diálogo que construye” y porque “pareciera que vivimos atados a la coyuntura y no despegamos hacia políticas de estado sostenibles en el tiempo”.

Lugones también criticó el “proceso de desintegración y fragmentación del cuerpo social” y apuntó a la “crisis del sistema de representación” como consecuencia de lo cual “la democracia dejó de identificarse con la defensa de los intereses de la mayoría, del bien común, para pasar a ser una herramienta en manos de sectores de poder vinculados a corporaciones monopólicas que fue manipulando la opinión pública y los criterios de análisis social, generando falta de empatía hacia los sectores vulnerables, con fuerte impacto en la clase media”. También señaló la gravedad del “endeudamiento endémico” con los programas de “ajustes del FMI y de la administración de la moneda norteamericana”, todo lo cual nos lleva a enfrentarnos “a dolorosos e inaceptables índices de pobreza, altísima inflación” que afecta a los asalariados y a sectores de la economía social.

Después de criticar la corrupción, “no solo de la política, sino de un sistema económico condicionado por los monopolios y corporaciones”, el presidente de la Pastoral Social afirmó que “nos encontramos ante una democracia con una percepción de falta de vigor y empatía con lo propio, que no alcanza a cobijar a todos los sectores de la Argentina”.

El encuentro organizado por la Iglesia Católica concluye el domingo con la difusión de un mensaje final dirigido a la sociedad.

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