El 65 por ciento de las cooperativas que trabajan con producción derivada del cannabis son bonaerenses. Así se desprende del relevamiento del que da cuenta Ana Deaneri, la representante de la Federación de Agrupaciones Cannábicas Bonaerenses que durante el último Congreso de Cooperativas Agropecuarias y Agroalimentarias de la Provincia de Buenos Aires pidió que "el objeto cannábico sea reconocido dentro del entramado cooperativista".

"Somos una Federación de asociaciones civiles, algo que no existía, y desde hace tres años, nucleamos a setenta agrupaciones de la provincia de Buenos Aires, con y sin personería jurídica, y además, abarcamos cooperativas, emprendedores y emprendedoras a través de diversos convenios de colaboración”, cuenta Deaneri a BuenosAires/12, a la vez que también destaca de muchas de las asociaciones preexistentes se están haciendo cooperativas en la continuidad de un proceso que, en el país, la lleva más de una década.

Este jueves, en Tandil, el Ministerio de Desarrollo Agrario llevó adelante el tercer Congreso de Cooperativas Agropecuarias y Agroalimentarias de la Provincia de Buenos Aires. En la casa de estudios terciarios, la Dirección provincial de Cooperativas Agropecuarias brindó mesas de debates, talleres informativos y ronda de negocios para los cooperativistas.

En la primera mesa del día, titulada "Asociativismo para el desarrollo agrario", se abarcó el desafío de construir una nueva ruralidad que logre reducir el éxodo hacia las grandes ciudades. Con la discusión atravesada por el eje del arraigo y la identidad, Deaneri remarcó que las producciones cannábicas permiten que "las personas puedan desarrollarse en sus lugares", y gracias al cultivo, "las que las nuevas generaciones podrían estar abocadas a laburar de lo que a uno le gusta". Y explayó: "Es otro el proceso, otra cabeza y otra calidad de vida. Eso planteamos con el cannabis. Trabajar de lo que a uno le gusta es muy importante para la salud mental. Se habla mucho pero se está haciendo poco en ese nivel, y sin salud mental no se puede hacer absolutamente nada". En ese sentido, destacó las herramientas brindadas en el congreso cooperativo, sobre todo en el marco del asesoramiento, ya que, según dice, se "formaron como federación para tener los papeles y empezar a trabajar de manera legal".

Cuando Ana pidió la palabra y se presentó públicamente, varios de los presentes la miraron con asombro. Ella está habituada a ese tipo de situaciones. "Sabemos que falta un montón, sobre todo que nos empiecen a mirar de otra manera, hay mucha mirada de reojo, y eso me ha pasado con jueces y fiscales, una quiere hablar y la prejuzgan, pero cuando nos ven se dan cuenta que no es lo que pensaban”, dijo en su intervención. “Pero cuando nos prestan atención notan la capacidad que tenemos, ya obtuvimos varios logros, pero seguimos luchando por lo mismo: queremos trabajar de esto, queremos trabajar con el cannabis", sentenció.

Más tarde, le dijo a BuenosAires/12: "Queremos defender nuestro trabajo y nos vimos en la obligación de nuclearnos con todas las personas que trabajan con cannabis en sus distintas formas. Por eso empezamos a formar cooperativas y, a raíz de eso, nos formamos como federación. El relevamiento se hizo hace dos años a través de la Cátedra Libre de Patrimonio Cultural y Material de la Provincia de Buenos Aires y de la UNLP. Es una dirección dentro del Instituto Cultural de la provincia. Estas cooperativas vienen desarrollándose, necesitamos agruparnos y trabajar en pos de los derechos de los trabajadores, para que esto no quede en manos de empresas privadas, que es lo que tratan de generar".

Al ser consultada sobre la relación entre la Federación de Agrupaciones Cannábicas Bonaerenses y el Ministerio de Desarrollo Agrario, Deaneri sostuvo que "la respuesta y la predisposición siempre es muy buena". "Venimos golpeando miles de puertas y, sinceramente, ya son varias las que se abrieron desde la Provincia”, reconoce. “Es un proceso lento, nos tenemos que dar a conocer, y venimos charlando con todos y tratamos de lograr el objeto cannábico, algo que no existe dentro de las cooperativas”, relata y desagrega los pasos a seguir: “Estamos esperando la reglamentación para saber cómo nos vamos a manejar, nos están recibiendo y para nosotros, que venimos hace muchísimos años, es algo increíble".

Mientras Ana dialogaba con este medio, en las afueras de la biblioteca dos compañeras de la federación, oriundas de Tigre, exponían a la venta sus productos cannábicos en la feria de Productos Bonaerenses. Según remarcó Deaneri, son muchos los beneficios que puede aportar una plantación de cáñamo o de cannabis. "El cannabis se palpa en todo. Hoy nos convoca la parte alimenticia, sabemos que no hay otra semilla que tenga las propiedades del cáñamo. Podríamos sacar a un montón de niños y niñas de la desnutrición. Sirve como insumo para la regeneración de la tierra y se está utilizando en países desarrollados para la construcción. El gobierno mismo podría hacer casas para los barrios populares a muy bajo costo y con una producción de cooperativas", apuntó.