El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó a la Fuerza Armada realizar ejercicios el 26 y 27 de agosto en todo el país, en respuesta a la amenaza de su par estadounidense Donald Trump de usar la “opción militar” en el país petrolero.

Ante una multitud de seguidores en las afueras del palacio de Miraflores, en el centro de Caracas, el mandatario socialista pidió a los venezolanos prepararse “para defender la paz, con los tanques, los aviones, los misiles”. “Vamos a derrotar la amenaza militar del imperialismo norteamericano”, aseguró Maduro, al señalar que “al pueblo venezolano no lo intimida nadie” y está “decidido a enfrentar a los racistas de Estados Unidos”. Vestido de rojo, al igual que sus simpatizantes, Maduro aseguró que en el llamado “Ejercicio soberanía bolivariana 2017” participará no solo la Fuerza Armada -que cuenta con unos 365.000 efectivos y es el sostén clave de su gobierno-, sino también los civiles. “Trump go home, que se escuche hasta Washington”, gritó Maduro, en coro con sus seguidores, en su primera reacción a la amenaza de Trump del pasado viernes.

Maduro llamó ayer a sus simpatizantes y trabajadores a concentrarse en el centro de Caracas para iniciar una “gran marcha antiimperialista” en rechazo a las amenazas de Estados Unidos en cuanto a que no descarta la “opción militar” contra Venezuela, como sostuvo el presidente Trump.

Los chavistas comenzaron a reunirse a partir de las 9 en la sede de la empresa telefónica estatal, Cantv, en el centro de la ciudad, para partir de allí hasta el Palacio Presidencial de Miraflores, donde fueron recibidos por Maduro.

La convocatoria fue hecha luego de que el líder republicano señalara que Estados Unidos no descarta la “opción militar” para resolver el “lío muy peligroso” que atraviesa Venezuela, y recordó que su país tiene tropas por todo el mundo, mientras que, agregó, “Venezuela no está muy lejos y la gente está sufriendo y está muriendo”.

Esta movilización se suma a un conjunto de actividades en rechazo a los dichos de Trump que desatan una nueva escalada de tensión entre Caracas y Washington, e incluso llevó a la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) a rechazar ayer la amenaza de la Casa Blanca.

La advertencia del mandatario estadounidense llegó un día después de que Maduro insistiera en que desea tener relaciones de “respeto” con Estados Unidos e instruyera a su recién nombrado canciller, Jorge Arreaza, para que iniciara gestiones y se concretara una “conversación” con Trump.

Luego de los dichos de Trump, Arreaza sostuvo que Estados Unidos pretende llevar a toda Latinoamérica a un conflicto militar.

Además del repudio de la amenaza de Trump planteado por los países del ALBA (Alianza para la Liberación de los Pueblos), también motivó el rechazo de los países del Mercosur, de Perú, Colombia y Chile, muchos de los cuales cuestionan al gobierno de Maduro y lo califican de “dictadura”

En su visita a Colombia, el vicepresidente Mike Pence advirtió que Estados Unidos no aceptará “una dictadura” en Venezuela. Si bien matizó la advertencia de Trump, el vice estadounidense no logró aplacar al gobierno venezolano. “No nos quedaremos esperando mientras Venezuela se desmorona, pero es importante señalar, como dijo el presidente, que un Estado fallido en Venezuela amenaza la seguridad y la prosperidad del hemisferio”, dijo Pence. El vicepresidente estadounidense señaló que su país está decidido “a usar a plenitud el poder económico y diplomático” hasta ver “restaurada” la democracia en Venezuela.

Estados Unidos impuso recientemente sanciones financieras y jurídicas contra Maduro y una veintena de sus funcionarios y excolaboradores, acusándolos de quebrantar la democracia, corrupción o violación de derechos humanos.

La advertencia de Trump generó fuerte rechazo internacional, precisamente cuando varios gobiernos habían aumentado su presión contra Maduro, tras la instalación hace una semana de una Asamblea Constituyente oficialista que rige el país con poderes absolutos. “Esto hará más difícil la acción multilateral en Venezuela. Dará crédito a la denuncia de que Estados Unidos amenaza su soberanía y planea invadirla. Es absurdo, pero será usado políticamente por el gobierno. Es un regalo para Maduro”, dijo Michael Shifter, presidente del centro Diálogo Interamericano, con sede en Washington.

El analista Diego Moya-Ocampos, del IHS Markit, con sede en Londres, opin¢ que “servirá para que los altos rangos civiles y militares radicales del gobierno se unan mas en el corto plazo bajo una narrativa de una posible amenaza externa”.

“El presidente Trump terminará siendo, sin querer, el mejor sponsor político del presidente Maduro”, opinó el analista político Luis Vicente León.