Con el imponente Espacio Cultural Universitario (ECU) como marco, se celebró en Rosario el 101º Día Internacional de las Cooperativas, día establecido por la Organización de las Naciones Unidas que pone en valor a un movimiento social y económico con más de 3 millones entidades en todo el planeta y que proporciona empleo al 10 % de la población empleada. Encabezada por el rector de la Universidad Nacional de Rosario, Franco Bartolacci, la celebración consistió en una conferencia a cargo de Juan Carlos Junio, presidente del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC). Una gran concurrencia, integrada por funcionarios provinciales, autoridades universitarias y dirigentes del ámbito cooperativo y mutual, colmó las instalaciones del ECU.

“Creemos que nuestra misión está en el vínculo activo, genuino, que establecemos con las causas de nuestro tiempo y claramente la causa del movimiento cooperativo, la agenda del movimiento cooperativo, es la agenda que a la universidad pública moviliza, interpela y compromete”, expresó Bartolacci en su intervención. El rector dijo además que la universidad debe asumirse “como una institución que transforma la vida de la sociedad, que puede cambiarle la vida a la gente” y que esa transformación “se hace de manera colectiva”.
En Rosario y la región, el cooperativismo y el mutualismo, ambas expresiones la denominada economía social y solidaria, tienen una historia centenaria, ligada a la llegada de los primeros inmigrantes. Según datos del gobierno de Santa Fe, hoy hay más de 1800 cooperativas en todo el territorio provincial. De hecho, la localidad de Sunchales fue designada en 1974 como la capital nacional del cooperativismo.
Junio, por su parte, destacó la importancia de la alianza del sector cooperativo con la universidad pública, sobre todo porque, advirtió, en la actualidad “aparecen paradigmas que niegan la reforma universitaria del 18, y que quieren refundar la universidad desde otro punto de vista para ponerla en línea y al servicio del mercado, con las necesidades de las empresas, y no una universidad pública para crear ciudadanía, valores, además de profesionales, que tengan un compromiso colectivo, con un proyecto nacional”. Luego, el también director del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, realizó un pormenorizado recorrido por diversos aspectos de la realidad nacional e internacional, en un mundo que se encuentra “en una crisis sistémica” con una brutal desigualdad social y con signos alarmantes de daño medioambiental. Ante ese panorama, consideró vital la unión de sectores que trabajan para revertir esa tendencia y recorrió los desafíos actuales para “el cooperativismo con vocación transformadora”, el lema de la conferencia que colmó las instalaciones del edificio otrora perteneciente al Banco de la Nación Argentina.
Presentaron a los disertantes Iván Pérez, jefe de la filial Litoral del IMFC y Claudia Paredes, integrante del IMFC y del Banco Credicoop. “Las empresas cooperativas son la responsabilidad social hecha empresa” dijo Pérez para graficar el compromiso que este tipo de organizaciones tiene con las comunidades de las que forman parte. Paredes, en tanto, compartió con los presentes la primera resolución sobre economía social y solidaria de la Asamblea General de la ONU el pasado mes de abril, que reconoce cómo la economía social y solidaria “puede contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular en lo que respecta al empleo y el trabajo decente, la prestación de servicios sociales, como los relacionados con la salud y la atención, la educación y la formación profesional y la protección del medio ambiente”. La resolución internacional también destaca el rol de estas organizaciones en la promoción de la igualdad de género, el acceso a financiación accesible, el desarrollo económico local y el crecimiento inclusivo y sostenible.