Desde Quito

Entre lustrabotas, hombres de traje y niños en bicicleta, el barrio La Mariscal promedia la mañana del martes. Bajo el cielo encapotado de Quito irrumpe la sonrisa de la asambleísta Gissela Garzón, quien acaba de ser electa por la provincia de Pichincha con el 37,22 por ciento de los votos. Licenciada en Comunicación, Garzón ya era asambleísta pero tuvo que volver a enfrentarse a las urnas este domingo debido a la "muerte cruzada" del presidente Guillermo Lasso, que disolvió la Asamblea Nacional para evitar que avance un juicio político en su contra. En diálogo con PáginaI12, Garzón promete reactivar el proceso contra Lasso y reconoce que, a pesar de que necesita crecer, la Revolución Ciudadana mantiene un gran caudal político: "Tenemos 49 alcaldías a nivel nacional y 9 prefecturas en las provincias más grandes".

Garzón sostiene que estos comicios demostraron que las mujeres pueden avanzar en política y reivindica la figura de Cristina Fernández de Kirchner, quien "ha irrumpido en todo lo posible". A los 31 años se muestra preocupada por el "vaciamiento de ideas" que el rival de la correísta Luisa González, el empresario Daniel Noboa, está provocando en los jóvenes ecuatorianos. Además se opone a la idea de "bukelizar" como salida a la crisis de seguridad y recuerda que el expresidente Rafael Correa logró cambiar "el enfoque de la policía que desaparecía jóvenes por una policía comunitaria".

- ¿Cuál es su primera lectura de los comicios del domingo?

- Hay que reconocer la afectación y el desequilibrio que significó el asesinato de Fernando Villavicencio. Nosotros veíamos en la Asamblea que Villavicencio siempre estuvo con guardaespaldas y escudos antibalas, era en teoría el más custodiado de los candidatos. Esto evidencia lo profundo del asunto, porque ya empezamos a cuestionarnos si la policía tuvo algo que ver. Hasta antes de ese suceso nosotros estábamos en condiciones de ganar en una sola vuelta e incrementar la cantidad de asambleístas. Íbamos a ser muchos más de los que vamos a ser ahora. Esta especie de voto-homenaje a Villavicencio le permite tener una fuerza legislativa y un poder detrás del poder que es quizás el más peligroso de todos, porque no es precisamente gente que entra a hacer oposición desde las ideas sino desde el odio.

- ¿Cómo explica que el empresario Daniel Noboa haya logrado entrar a la segunda vuelta?

- Noboa se muestra por fuera de esta polarización correísmo-anticorreísmo, pero no significa algo distinto a la derecha empresarial y bancaria del país. Entonces, en esta disputa de las ideas hay que evitar caer en el vaciamiento del marketing político. Yo a Daniel lo conocí siendo servidor público del Legislativo y era de los que menos iba y de los que menos proyectos de ley presentaba, salvo que el proyecto de ley tuviera que ver con el empresariado. A través de las prácticas propias de su empresa como el no pago de tributos, la salida a paraísos fiscales o en su momento las bananeras de Álvaro Noboa (padre del candidato) explotando a menores de edad, hay una herencia que si bien no cae en la polarización no deja de estar lejano a aquello que a la derecha le interesa que es el fin de lucro. Me preocupa este vaciamiento de ideas que Noboa les está proponiendo a los jóvenes para debatir quién es más guapo y no quien tiene mejores criterios. Es un debate profundo que quizás tiene similitudes con lo que está pasando en Argentina: esta venta del ideal, el aspiracional, el querer-ser que en el momento de la lucha de clases te oprime y aplasta mucho más.

- Todo indica que la Alianza Democrática Nacional de Noboa tiene más posibilidades de aliarse con otros partidos y sectores. ¿Qué debe hacer la Revolución Ciudadana para ampliar su base?

- Nosotros venimos hablando desde el curso del juicio político a Lasso de una necesaria mesa en la que confluyamos sectores políticos, sociales, académicos, donde la prioridad sea la crisis de seguridad sin dejar de lado la crisis económica. Por supuesto que va a haber más cercanos a Noboa no porque piensen como él, sino porque piensan que es la forma de ganarle al correísmo. En el ejercicio del gobierno agarran lo que queda del Estado, lo reparten como un pastel y el que agarre el mejor pedazo es el que más defenderá a Noboa. Yo espero que un sector de la CONAIE (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador) tenga claridad de lo que es tener un empresario en el gobierno y pueda de alguna forma acercarse, no para darnos la razón a nosotros sino para entender que vamos a precautelar lo mismo que ellos defienden. Le vamos a hacer frente al neoliberalismo que tanto daño le está haciendo a nuestro país. 

- ¿Cuáles deben ser las prioridades de esta renovada Asamblea Nacional?

- Las cuestiones de género son fundamentales. He presentado reformas para tratar el tema del femicidio de manera similar al tratamiento en Argentina y México. Nosotros tuvimos un femicidio en una escuela de policía y eso abre un debate respecto a qué responsabilidades asume el Estado. Tenemos pendiente una reforma al código de trabajo para promover el empleo de las mujeres en la empresa privada. Hay que hablar desde un enfoque de género real que no sea únicamente enfrentar a la violencia sino enfrentar a las brechas de desigualdad salarial, los derechos reproductivos, el acceso a la educación o la trata de blancas. En materia de fiscalización está pendiente el juicio político al expresidente Lasso. En términos procedimentales la sesión fue suspendida y puede ser llamada después. Eso va a depender también de la conformación de la Asamblea.

- Usted expresa un profundo interés por las causas feministas. ¿Tiene referentes en la región?

- Debo reconocer la inspiración que ha sido para mi y la generación pasada la presencia de Cristina Fernández de Kirchner. Desde Chile, Michelle Bachelet hizo un aporte importante, pero la vicepresidenta argentina ha irrumpido en todo lo posible. Incluso ha cambiado sus propios parámetros de pensamiento: antes rechazaba el aborto y ahora es la más abortera de las argentinas. Ese cambio y ese avance en la posibilidad de ser una politica mujer es evidente, incluso soportando golpes como el de perder a Néstor. Con (la exasambleísta) Gabriela Rivadeneira siempre evaluamos eso: quién nos deja el camino empezado, qué tenemos que recorrer y cómo avanzar. Ese también es uno de las mensajes de esta elección: sí se cree en las mujeres y los espacios que disputamos. 

- La ola de violencia que atraviesa Ecuador preocupa mucho. ¿Se pueden proponer políticas de seguridad sin caer en el discurso de la mano dura?

- Esta idea absurda de "bukelizar" las cosas, esta idea de Lasso de poner a los presos en las mismas condiciones de El Salvador y que al dia siguiente haya otro amotinamiento, da cuenta de que no sirve. Lo urgente es dotar a la policía de insumos, lo urgente es que la política criminal que tuvimos como gobierno se recomponga, volver a tener un ministerio de Justicia, volver a tener una política de rehabilitación social. Lo urgente no deja de lado lo importante que es la política pública social. Más empleo para que la delincuencia no sea el camino para tener un pan sobre la mesa. Por supuesto que se puede salir de la violencia sin poner un fusil en el ojo. Ya lo hizo la Revolución Ciudadana, logramos ser el segundo país más seguro de la región.