“Pinta tu aldea y pintarás el mundo.” La frase de Tolstoi sirve de síntesis para comprender la idea que subyace detrás de Cuéntame cómo pasó, la ficción que el lunes se estrenó por la TV Pública Argentina. Adaptación de la clásica ficción española, que en su país de origen ya lleva dieciocho temporadas, la propuesta le suma a la pantalla chica local una ficción de época de calidad que trasciende la lógica comercial. Producida íntegramente en la emisora estatal, Cuéntame... es una suerte de sinécdoque audiovisual, que centra su trama en la vida cotidiana de la familia Martínez para abordar los acontecimientos políticos, sociales y económicos que marcaron a la Argentina desde 1974 hasta el comienzo de la democracia. La gran producción, reflejada en la exquisita reconstrucción de aquellos años, le imprime a la novela el encanto de una ficción que transporta a los espectadores más longevos hacia un pasado revisitado, y a los más jóvenes a un tiempo apenas conocido por los libros de historia o los recuerdos familiares. El debut midió 2,4 puntos, por encima del rating general del canal.

Contar la historia del país a través de una familia de clase media no es una tarea sencilla en una sociedad que hizo de las antinomias un ejercicio histórico. Lo que seguro resulta una ficción de este tipo es que parece tratarse de una idea apropiada y oportuna para que sea producida y emitida por la TV Pública. En cierto modo, con Cuéntame... (lunes a viernes, a las 22) la emisora estatal cumple satisfactoriamente con uno –tal vez el principal– de sus roles: poner en pantalla programas que por temática, géneros y búsquedas artísticas-sociales a la TV comercial ni se le ocurre abordar. Sin la necesidad de generar una programación exitosa en términos de rating, la alicaída TV Pública recupera con Cuéntame... la posibilidad de brindarle a los televidentes una ficción entretenida, a la vez que –revisitando el pasado– no desdeña la construcción de ciudadanía. Dos aspectos que la flamante gestión de Cambiemos no había desarrollado activamente hasta el momento.

Dirigida por Jorge Bechara, Cuéntame... narra la vida de los Martínez, una familia de clase media de mediados de los ‘70 en la Argentina. La trama avanza a través de las vicisitudes que atraviesan Antonio (Nicolás Cabré) y Mercedes (Malena Solda), un matrimonio joven de la época que lidia con una situación económica que lejos está de ser holgada: él se desempeña como encargado de máquinas en una gráfica y ella se las rebusca como costurera. El matrimonio tiene tres hijos: Inés (Candela Vetrano) trabaja en una peluquería; Toni, el primer universitario de la familia, cursa el primer año de Derecho; y con sus 9 años, Carlitos es el más pequeño y pícaro de los tres. Justamente es la voz en off de Carlitos, ya en su adultez (Martín Seefeld), quien relata la historia de una ficción que en el primer capítulo vio lucir –una vez más– a Leonor Manso, interpretando a Herminia, la encantadora, creyente y desconfiada –sobre todo de la juventud eclesiástica– abuela española.

La serie comienza el 29 de junio de 1974, con la noticia –escuchada a través de aquellas viejas radios que formaban parte del mobiliario de cualquier hogar argentino de la época– de que Juan Domingo Perón está enfermo, quedando el poder en manos de la vicepresidenta, Isabel Martínez de Perón. La conmoción que genera en la población el conocimiento del estado de salud del presidente es apenas el preludio a lo sucederá días después, cuando el 1º de julio y por cadena nacional –que por entonces paraliza al país– se anuncia el fallecimiento del general Perón. Ese acontecimiento, para nadie indiferente, es el punto de inició de una trama que llegará hasta los albores de la democracia, en 1983, a lo largo de 80 capítulos. La ficción cuenta con un numeroso elenco, entre los que se destacan Carola Reyna, Carlos Portaluppi, Ludovico Di Santo, Osvaldo Santoro, Mónica Scapparone, Esteban Meloni, Paula Kohan, Diego Alonso, Laura Azcurra y Carlos Santamaría, entre otros.

El posicionamiento político con el que Cuéntame... revisitará la historia argentina reciente quedó plasmado en la manera en que la ficción abordó la noticia de la muerte de Perón en el debut. Cada personaje recibió la información a su manera: el obrero gráfico (Diego Alonso) y el dueño del bar (Carlos Portaluppi) estallaron en un triste llanto, el patrón dueño de la gráfica (Carlos Santamaría) esbozó frente al televisor un expresivo “muerto el perro...”, el abogado de extracción radical un respetuoso “que en paz descanse”, mientras que el resto de los personajes no salieron de su estupor ante lo que escuchaban. Sin caer en partidismos pero con una explícita mirada política, el ciclo escrito y adaptado por Liliana Escliar y Marisa Grinstein (la misma dupla de autoras de Mujeres asesinas) parece haber elegido atravesar las pasiones argentinas desde la multiplicidad de miradas. Una tarea compleja y delicada que habrá que ver cómo continúa con el correr de los capítulos y los intensos acontecimientos sociopolíticos que se sucedieron durante el período histórico que aborda la ficción.

La exquisita reconstrucción de época que reflejó el debut le imprime a la propuesta un logrado valor artístico para el estándar televisivo argentino, en el que se destaca el gran trabajo de ambientación y de vestuario. Más allá del impecable aspecto estético vintage, Cuéntame... narra la historia a través de tres registros diferentes, que se intercalan constantemente en el relato: la ficción, la voz en off de Carlitos y las imágenes de archivo de entonces (desde publicidades y entrevistas a famosos de la época, hasta notas de color), abastecidas por la voluminosa videoteca de la emisora estatal. Sin embargo, es justamente ese enriquecedor intercambio narrativo de los tres niveles donde reside el posible talón de Aquiles de la ficción. El mayor desafío que tiene por delante Cuéntame... es cómo lograr mantener la intensidad dramática en un formato que cambia de registro permanentemente.